
“Los anestesian y los regresan”: el drama en el IMSS Bienestar de Coatzacoalcos
Por Cristina Ferreyra
En el Hospital Regional Valentín Gómez Farías, hoy bajo el esquema IMSS Bienestar, decenas de pacientes viven una situación desesperada: son preparados y anestesiados para cirugía… pero luego regresados a casa porque no hay insumos médicos.
Los testimonios de familiares y pacientes revelan un patrón indignante: las cirugías de cataratas —una enfermedad que nubla la vista progresivamente— se cancelan al último momento por falta de lentes intraoculares, bisturís, anestésicos y soluciones.
En esta unidad médica, ubicada en la tierra natal del exsecretario de Salud Roberto Ramos Alor, las promesas de transformación se diluyen entre quirófanos vacíos y pacientes frustrados.
“Nos dicen que ya nos van a operar, nos preparan, nos ponen la anestesia… y después nos informan que no hay material. Así llevamos meses”, relató una paciente de 72 años.
La mayoría de los afectados son adultos mayores, muchos de ellos con visión severamente reducida, que han esperado meses o incluso años para poder recuperar la vista. Cada día sin cirugía, dicen los médicos, significa menos luz, menos autonomía y menos vida.
Fuentes del personal médico señalan que “las órdenes vienen de arriba”: sin material, no hay autorización para operar. Sin embargo, el protocolo de preparación sigue ejecutándose, lo que agrava los riesgos físicos y emocionales de los pacientes.
En Coatzacoalcos —de donde es originario el delegado estatal del IMSS Bienestar y la propia gobernadora Rocío Nahle— esta situación ha detonado una crisis silenciosa, donde la vista de los veracruzanos se apaga no por enfermedad, sino por negligencia institucional.
Mientras los discursos oficiales hablan de cobertura universal y bienestar, en los quirófanos del sur del estado reina la oscuridad administrativa.
Ahí donde debería haber salud, solo quedan promesas anestesiadas.
