
Senado
Por Rebeca Solano
La reforma judicial impulsada por el Gobierno federal volvió a encallar. Las Comisiones de Justicia y de Estudios Legislativos del Senado decidieron posponer hasta febrero el dictamen que crea la figura de jueces sin rostro, uno de los instrumentos centrales de la presidenta Claudia Sheinbaum para combatir al narcotráfico.
La propuesta, promovida por Morena y sus aliados, forma parte de la reforma constitucional que permitirá elegir por voto popular a jueces, magistrados y ministros. El oficialismo asegura que el objetivo es proteger a juzgadores que enfrenten casos de delincuencia organizada, mientras que organizaciones civiles advierten riesgos de violaciones a derechos humanos y estándares internacionales.
El senador morenista Javier Corral, presidente de la Comisión de Justicia, logró frenar el dictamen, que se perfilaba para aprobarse esta semana. Al interior del oficialismo existía una fuerte división: Corral encabezaba el bloque que veía riesgos constitucionales, mientras que el senador Adán Augusto López, líder de Morena en la Cámara Alta, presionaba para avanzar.
La oposición celebró la decisión de pausar las reformas al Código Nacional de Procedimientos Penales y a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, que darían vida a los jueces sin rostro. Incluso algunos senadores de Morena alertaron sobre las implicaciones de negar a una persona el derecho a un tribunal imparcial e idóneo.
Fuentes cercanas al Ejecutivo afirman que Corral convenció a Sheinbaum de detener la discusión mientras se redacta una versión “excepcional y perfectamente reglada” que reduzca los riesgos en materia de derechos humanos. La presidenta ya tiene en su oficina la nueva redacción para revisión jurídica.
En su conferencia matutina, Sheinbaum fue cuestionada sobre el posible voto en el Senado. Mostró desconcierto—“¿Se aprueba hoy?”—pero defendió la iniciativa: “Este mecanismo permite a los jueces hacer una sentencia y proteger su vida”. Minutos después, el Senado anunció la cancelación del debate.
Organizaciones sociales, como el Centro Prodh, reiteraron su rechazo a los jueces sin rostro al considerar que los estándares internacionales no permiten excepciones en figuras que comprometen independencia, competencia e imparcialidad judicial.
Desde la oposición también hubo críticas. La senadora de Movimiento Ciudadano Alejandra Barrales advirtió que “como está la redacción, no hay manera de transitar”. Recordó que modelos similares fueron implementados por gobiernos autoritarios como Alberto Fujimori en Perú y Nayib Bukele en El Salvador. El PAN también aplaudió la pausa: “Es un gran acierto”, dijo su coordinador Ricardo Anaya.
El Senado retomará el análisis en enero, con miras a llegar a febrero —cuando inicia el nuevo periodo ordinario— con un dictamen final sobre uno de los temas más controvertidos de la reforma judicial.
