19 de diciembre de 2025

 

María Corina Machado obtiene el Premio Nobel de la Paz; contraste con el silencio del gobierno mexicano

Por Rebeca Solano

El otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a la líder opositora venezolana María Corina Machado ha sido calificado como un triunfo moral de la resistencia democrática frente a la dictadura de Nicolás Maduro, en contraste con el silencio de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien evitó pronunciarse sobre el reconocimiento internacional.

De acuerdo con crónicas difundidas por medios internacionales como The Wall Street Journal y CBS News, Machado tuvo que salir de Venezuela de manera clandestina, burlando a los aparatos de seguridad del régimen, tras permanecer 16 meses en la clandestinidad. La operación de rescate fue encabezada por Brian Estey, veterano del ejército de Estados Unidos y miembro de Grey Bull Rescue Foundation, organización especializada en rescates en zonas de alto riesgo.

La líder opositora cruzó la costa venezolana disfrazada, abordó una lancha pesquera y navegó durante 16 horas en mar agitado, en una de las misiones más complejas que la organización ha realizado, según reconocieron sus propios integrantes. Nunca antes, afirmaron, habían rescatado a una persona con el perfil político y la relevancia internacional de Machado.

El Comité Noruego del Nobel anunció que el galardón fue concedido con la intención explícita de proteger su vida, luego de que el régimen de Maduro intensificara la persecución política, la descalificación pública y los intentos por minimizar su liderazgo.

En su discurso de aceptación, leído por su hija, María Corina Machado describió con precisión cómo Venezuela fue llevada al abismo, señalando que la riqueza petrolera fue utilizada no para liberar, sino para someter, creando una estructura basada en clientelismo, privilegios y corrupción. Denunció que el régimen desmanteló la democracia, violó la Constitución, corrompió a las fuerzas armadas, persiguió a jueces independientes, censuró a la prensa y manipuló elecciones.

Machado advirtió que cuando la sociedad comprendió la fragilidad de sus instituciones, ya era demasiado tarde, y alertó que el carisma nunca puede sustituir al Estado de derecho. Recordó que en julio de 2024, millones de venezolanos acudieron a las urnas para respaldar al candidato opositor Edmundo González, pero que el aparato de la dictadura impidió que la voluntad popular se expresara.

Pese a la relevancia del reconocimiento, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, evitó emitir una postura, limitándose a declarar “sin comentarios”, incluso en el marco de un discurso público sobre el liderazgo femenino. Analistas y columnistas han señalado que este silencio contrasta con el discurso de defensa de los derechos humanos y con la cercanía del gobierno mexicano con el régimen de Maduro, amparándose en una interpretación selectiva del principio de no intervención.

El discurso de María Corina Machado, advierten especialistas, no solo interpela a Venezuela, sino que funciona como una alerta para las democracias de la región, incluido México. El silencio presidencial, sostienen, también es un mensaje, uno que ha sido calificado como claro y ensordecedor.