1 de noviembre de 2025

 

Corrupción, acoso y abandono en el Instituto Nacional de Rehabilitación de Xochimilco

Por Rebeca Solano

El Instituto Nacional de Rehabilitación “Luis Guillermo Ibarra Ibarra”, ubicado en Xochimilco, alguna vez fue un referente internacional en medicina de rehabilitación. Hoy, sin embargo, enfrenta denuncias por corrupción, acoso laboral y deterioro en sus instalaciones, que reflejan una profunda crisis administrativa y humana.

De acuerdo con denuncias del personal, el pasado 26 de junio se presentó una queja ante el Órgano Interno de Control de la Secretaría de Salud, en la que se reportan presuntos pagos a personas que no acuden regularmente a trabajar, e incluso a quienes ya habrían renunciado o se encuentran en comisión sindical sin cumplir con los requisitos formales.

El conflicto también alcanza a la dirección administrativa, señalada por estar en manos de funcionarios sin el perfil académico ni la experiencia exigida por la Secretaría de Salud. Según la normatividad, el director de administración debe contar con al menos 10 años de experiencia en recursos humanos, materiales y financieros; sin embargo, Humberto Moreno Tello, actual titular, es abogado.
En la misma situación se encuentran José Francisco Cruz Ángeles, subdirector de planeación, quien es bibliotecario, y Joel Sánchez Vacío, subdirector de recursos financieros, quien no cuenta con licenciatura.

Médicos del instituto aseguran que existen especialistas en administración hospitalaria con la preparación necesaria, pero que los cargos se asignan por favoritismo político o sindical. Varios trabajadores que denunciaron estas irregularidades han sido víctimas de acoso laboral e incluso obligados a firmar su renuncia.

“Siempre el más afectado es el paciente, porque empezamos a quedarnos sin médicos que quieran seguir trabajando aquí”, declaró un integrante del personal médico.

A los problemas administrativos se suma el deterioro físico del hospital: los baños están en pésimo estado y el tanque terapéutico lleva más de un año sin funcionar, afectando directamente la atención de los pacientes en rehabilitación.

El Instituto Nacional de Rehabilitación, que alguna vez fue emblema del servicio público de salud y referente en Latinoamérica, hoy es ejemplo del abandono, la corrupción y la impunidad que carcomen a las instituciones del sector.