4 de noviembre de 2025

Megamarcha de transportistas

Por Rebeca Solano

El secuestro del transportista Fernando Galindo en el Estado de México fue la chispa que encendió una nueva ola de protestas para exigir seguridad. La Alianza de Autotransportistas Autónomos de la República Mexicana (AAARM) convocó una megamarcha nacional que parte hoy desde municipios como Jilotepec, Atlacomulco, Toluca, Lerma, Naucalpan y Tepotzotlán con destino al Zócalo capitalino.

La movilización incluye bloqueos en puntos estratégicos como la carretera México–Querétaro, el Arco Norte y el Circuito Exterior Mexiquense, lo que amenaza con colapsar la movilidad en el centro del país.

Los manifestantes exigen acciones concretas contra la violencia en las carreteras, donde los asaltos, secuestros, extorsiones y asesinatos se han vuelto parte de la rutina diaria. “Nos están matando y el gobierno no hace nada”, expresó uno de los dirigentes durante el arranque de la caravana.

El caso de los transportistas no es aislado: se suma a una larga lista de sectores que, ante la violencia, se organizan por cuenta propia. Entre ellos, las madres buscadoras, que cavan con sus manos para encontrar a sus desaparecidos; los agricultores, que bloquean carreteras tras el asesinato del líder Bernardo Bravo; las colectivas feministas, que inundan las calles exigiendo justicia; y los grupos de autodefensas, que han tomado las armas ante la ausencia del Estado.

Cada uno de estos movimientos representa una fractura en la promesa de seguridad y justicia del gobierno. Y todos juntos dibujan un mapa de hartazgo nacional que amenaza con detonar un nuevo ciclo de movilizaciones masivas.

El gobierno de Claudia Sheinbaum enfrenta una bomba social de tiempo: la acumulación de agravios y víctimas que no encuentran respuesta ni protección. Los expertos advierten que se necesita una estrategia de seguridad integral que no sólo presuma la disminución de homicidios, sino que restituya la paz en ciudades y pueblos del país.