10 de diciembre de 2025

A un año del asesinato de Benito Aguas persiste la indignación y el silencio del Partido Verde

Por Alberto Mejía

A doce meses del homicidio del exdiputado Benito Aguas Atlahua, el clima en Tepenacaxtla y comunidades serranas continúa marcado por el enojo social y la desconfianza en la investigación oficial. Habitantes de la región sostienen que el caso fue manipulado, ya que, aunque existen dos personas detenidas por los hechos ocurridos el 9 de diciembre a las 17:00 horas, son vistas como chivos expiatorios utilizados para simular justicia y encubrir a posibles beneficiarios políticos.

En este contexto, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ha optado por el silencio absoluto. Tanto la dirigencia nacional, encabezada por Javier Herrera Borunda, como la estructura estatal dirigida por Edgar Herrera Lendenchy, han evitado emitir cualquier posicionamiento público a un año del crimen.

El señalamiento más severo recae sobre Jonathan Puertos Chimalhua, diputado federal que ocupó la curul tras la muerte de Benito Aguas. Su silencio total ha generado rechazo e inconformidad entre los pobladores, quienes consideran inadmisible que el principal beneficiado político del crimen no haya exigido justicia ni pronunciado una sola palabra sobre el asesinato.

En Tepenacaxtla, familiares, amistades, habitantes y autoridades locales realizaron una misa y un convivio en memoria del exlegislador. La ausencia de representantes del PVEM fue notoria, lo que reforzó la percepción de que el partido decidió deslindarse del legado político de quien fuera uno de sus cuadros más visibles en la región serrana.

Un acto similar se realizó en Santa Leticia, municipio de Fortín, durante una celebración religiosa en la parroquia Guízar y Valencia, donde también se recordó a Benito Aguas. Ni siquiera este homenaje motivó un posicionamiento oficial de la dirigencia ecologista, que mantuvo su postura evasiva.

Se informó que el levantamiento de la cruz se llevará a cabo el viernes 12 de diciembre a las 20:00 horas en la Funeraria Del Ángel y Hernández, en Córdoba, para posteriormente trasladarla a Tepenacaxtla, donde reposan los restos del exrepresentante popular.

En el ámbito local, tampoco se registraron exigencias públicas contundentes por parte de figuras cercanas a su entorno. Ni su sobrina, la excandidata Jessica Viviana Victoria Atlahua, ni el alcalde Wenceslao Cosme Reyes se pronunciaron sobre el estado de la investigación. La única voz que exigió justicia fue la de su hija, quien pidió en redes sociales que el crimen no quede impune.

Para las comunidades serranas, los homenajes no representan un cierre, sino un recordatorio de que el asesinato sigue sin resolverse. La indignación crece mientras los detenidos continúan bajo sospecha de ser solo piezas sacrificables y el silencio del Partido Verde —en especial el de Jonathan Puertos Chimalhua— profundiza las dudas y exhibe la distancia entre la clase política y una ciudadanía que exige verdad y justicia.