2 de noviembre de 2025

 

Censuran a García Márquez en EE. UU

Por Rebeca Solano

En los últimos años, distritos escolares de Estados Unidos, especialmente en Florida, Texas y Carolina del Norte, han decidido retirar o restringir libros de Gabriel García Márquez, entre ellos Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera.
Según informes de PEN America, esta medida forma parte de una ola de censura literaria que busca eliminar de las bibliotecas escolares obras consideradas “inapropiadas” por su contenido sexual, lenguaje explícito o por abordar temas de raza, género y diversidad cultural.

En el caso del escritor colombiano, las autoridades escolares alegan que algunas escenas sexuales o alusiones a relaciones no convencionales motivaron el veto. Sin embargo, detrás de estas justificaciones se oculta un conflicto ideológico más profundo: la resistencia de sectores conservadores a que los jóvenes accedan a visiones del mundo distintas a la dominante.

Aunque estas decisiones no son políticas nacionales, sino locales, reflejan una tendencia preocupante hacia la homogeneización cultural y la restricción de la libertad literaria.

Paradójicamente, que un Premio Nobel de Literatura y autor universalmente reconocido sea objeto de censura revela los prejuicios culturales que persisten hacia la literatura latinoamericana y su manera de representar el cuerpo, la historia y la memoria.

Prohibir Cien años de soledad no solo limita el acceso a una obra fundamental de la literatura mundial, sino que restringe el contacto con una visión profundamente humana y poética de América Latina.

Gabriel García Márquez, nacido en Aracataca, Colombia, en 1927, fue periodista antes que novelista, y esa formación marcó su estilo narrativo: preciso como reportero, imaginativo como cuentista. Con el Boom latinoamericano de los años sesenta, su obra —particularmente Cien años de soledadrevolucionó la narrativa del continente al combinar lo real y lo fantástico en una sola respiración: el llamado realismo mágico.

Macondo, el mítico pueblo de los Buendía, se convirtió en símbolo de América Latina: un espacio donde la historia se repite, el tiempo es circular y el olvido pesa tanto como la esperanza.

En contraste, El amor en los tiempos del cólera muestra la resistencia del amor frente al paso del tiempo, la vejez y la muerte.

Ambas novelas comparten una misma fe: la imaginación y la memoria como formas de sobrevivir al olvido.

El Premio Nobel de Literatura de 1982 consolidó a García Márquez como una de las voces más influyentes del siglo XX. Su grandeza no radica solo en el lenguaje exuberante, sino en su capacidad de convertir lo local en universal y lo mítico en una forma de verdad.

Hoy, en un contexto de censura y polarización, leer a García Márquez es un acto de resistencia cultural. Sus historias enseñan a aceptar la ambigüedad, la diversidad y lo mágico de lo cotidiano.
Censurarlo, en cambio, es negar a los jóvenes la posibilidad de comprender la historia de un continente narrada con belleza, ironía y verdad.

En última instancia, la prohibición de sus libros en Estados Unidos no es solo una medida moralista: es un síntoma de una crisis educativa y social.

Censurar a García Márquez es censurar la libertad misma, porque —como enseña su obra— el poder siempre teme a la imaginación, y en esa imaginación, Gabo sigue siendo invencible.