
Rocío Nahle
Por Rebeca Solano
Apenas habían pasado 48 horas desde que Rocío Nahle presumió que Veracruz ocupa el octavo lugar nacional más seguro, cuando una nueva ola delictiva la desmentía: 10 asesinatos en tan solo dos días, tres de ellos mujeres, y otro más en el que aún no se determina la causa de muerte.
Durante su primer informe de labores, celebrado el domingo en la Plaza Lerdo de Xalapa, la gobernadora destacó una reducción del 13.32% en la incidencia delictiva. Sin embargo, la violencia se recrudeció prácticamente al mismo tiempo, contradiciendo la narrativa oficial y dejando en evidencia la persistente crisis de seguridad en el estado.
Doble feminicidio en Hueyapan de Ocampo
En Juan Díaz Covarrubias, comunidad del municipio sureño de Hueyapan de Ocampo, fueron asesinadas Mirna y su hija, ambas ejecutadas a quemarropa en el camino que conduce de la colonia Las Lajas hacia Cuatotolapan.
De acuerdo con el parte policíaco, las víctimas fueron sorprendidas dentro de una vivienda que presuntamente funcionaba como “casa de seguridad”.
Violencia creciente pese a discurso oficial
Los crímenes ocurren en medio del debate por el control político de la Fiscalía General del Estado, luego de que legisladores de Morena y MC aprobaran que Nahle sea quien designe directamente a la persona titular del organismo, decisión rechazada por colectivos de buscadoras y organizaciones civiles.
Familias de víctimas han denunciado que en Veracruz “la única paz es para los delincuentes”, acusando impunidad y una estrategia de seguridad incapaz de frenar la expansión del crimen organizado en varias regiones del estado.
