Tanto México como su gobierno se encuentran en un preocupante estado de inflación, el país lo sufre en lo económico y el gobierno en el ego. El problema es que, como siempre, quienes padecemos las consecuencias somos los ciudadanos, esos que movemos el país y mantenemos al gobierno; esos que, con nuestra creatividad, talento, esfuerzo y mucho sacrificio logramos establecer una sociedad, somos perjudicados por las decisiones de unos pocos, tomadas desde la comodidad de un palacio legislativo y anunciadas desde un palacio virreinal, todos ellos protegidos y apoyados por quienes deberían estar en un cuartel militar… 

Tan sólo el año pasado, nuestro país cerró con 7.36 por ciento de inflación, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), esto significa que, en promedio, los costos de los productos y servicios que consumimos en México aumentaron el porcentaje mencionado. La organización “México, ¿cómo vamos?”, publicó los resultados del Instituto Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de las categorías subyacente y no subyacente, y estos son alarmantes. 

En pocas palabras, los productos y servicios subyacentes son aquellos cuyos costos son más controlables, es decir, que su variación depende más del mercado local, salarios y/o el tipo de cambio para la importación de los insumos, por ejemplo: alimentos procesados, ropa, accesorios para el hogar, negocios locales, etc. En cambio, los no subyacentes con aquellos cuyos costos son más volátiles, es decir, que su variación es muy amplia, pues se rigen por el mercado internacional, las políticas administrativas del gobierno y cambios climáticos que afecten su producción o realización, verbigracia: la gasolina (transporte), productos agrícolas (canasta básica), la energía eléctrica, etc.

En este sentido, la inflación subyacente incrementó en un 5.94 por ciento, lo que explica por qué la cerveza, el tabaco, las prendas de ropa, etc., no aumentaron significativamente sus precios. En cambio, la inflación no subyacente incrementó en un 11.74 por ciento, por eso es que el huevo, la fruta, la verdura, la gasolina y la energía eléctrica, entre otros, subieron mucho sus costos en muy poco tiempo. 

Ahora bien, es verdad que parte de este subidón de precios desmedido se generó por la pandemia, pues muchos sectores productivos se retrasaron o de plano se detuvieron, lo que afectó principalmente a los consumidores, debido a que la demanda superó por mucho a la oferta. No obstante, la mayor culpa la tiene el gobierno, pues en sus manos está la posibilidad de bajar las cargas impositivas en pro de apoyar al comercio local. 

Por ejemplo, bajar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) o el Impuesto Especial sobre Producciones y Servicios (IEPS), ayudaría a que los consumidores se animen a hacer sus compras de manera más regular, ergo, el mercado se acercaría a estabilizar. ¿Funciona?, por supuesto, en Europa y Estados Unidos lo aplicaron y gracias a ello su recuperación ha sido constante. 

Pero aquí, como referí al principio, el ego de López Obrador y sus allegados está tan inflado que se han atrevido a jactarse de ser «el mejor gobierno en el peor momento», en palabras del ejecutivo federal. Se atreven a minimizar la fuga de capital que representa la salida de la empresa Citigroup, quien puso a la venta a Banamex, uno de los bancos más usados en el país. Esto, junto con la reciente salida del banco JP Morgan el año pasado, así como el que Santander dejara de cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), son evidentes muestras de incertidumbre financiera en el país. Con todo esto, el secretario de Gobernación, Adán López, afirmó que las finanzas de México están estables y sanas… 

Así pues, el inflado ego de este gobierno les impide ver la realidad, lo que deriva en un círculo inflacionario que golpea de manera directa a quienes el presidente jura procurar, los más pobres, quienes carecen de trabajo y quienes necesitan emprender para salir adelante… Vaya transformación… 

Y tú, ¿Kime cuentas? 

Sígueme en Twitter: @kimsebastian_ 

Facebook: @SebastianKimMx 

Mándame un correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.