Jueves, 25 de abril de 2024


Columna: Columna Invitada

Tramposos

Martes, 06 Diciembre 2022
  • Por:  Fernando Belaunzarán

Quienes suelen quejarse de reales o supuestas trampas, no dejan de cometerlas. Se dicen víctimas de toda clase de conspiraciones de las fuerzas del mal, pero siempre están tomando ventajas indebidas, violando consuetudinariamente la ley.

No se preocupan en ocultarlo siquiera, su cinismo recuerda a Fidel Velázquez, aunque en el viejo régimen cuidaban más las formas y simulaban con mayor oficio; quizá porque el actual gobierno cuenta con la legitimidad democrática de la que los de entonces carecían y creen que eso significa un cheque en blanco. En cualquier caso, el nuevo partido de Estado es más desvergonzado y rupestre que el de antaño y carece de la institucionalidad que tenía aquél.

Claudia Sheinbaum confirmó los temores. La iniciativa de desaparecer al Instituto Nacional Electoral y controlar desde el gobierno a las autoridades electorales es para que puedan hacer y deshacer sin preocuparse por la legislación. El artículo 134 de la Constitución prohíbe la propaganda personalizada de los funcionarios públicos y las precampañas de las elecciones presidenciales comienzan en noviembre del próximo año. Sin embargo, vemos a la jefa de Gobierno por todos lados a lo largo y ancho del país, lo mismo en espectaculares que en bardas y carteles. La imagen unificada y eslogan con hashtag para redes sociales, #EsClaudia, muestran planificación de la publicidad.

A pesar de la evidencia, la gobernante finge demencia. Asegura no saber quiénes están detrás de su promoción y se ofende porque la Comisión de Quejas y Denuncias del INE le impone medidas cautelares para que sus partidarios borren y retiren la propaganda ilegal. La pregunta no es por qué la autoridad tomó dicha decisión, sino por qué tardó tanto. Lleva muchos meses en campaña, aunque es verdad que no sólo ella, también el resto de las corcholatas.

El canciller Marcelo Ebrard ha realizado distintos eventos públicos para comunicar sus pretensiones presidenciales con todas sus letras y contraatacar: #ConMarceloSí. Por su parte, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, mostró ingenio al promoverse, sobando a su jefe, con la frase “Que siga López, estamos Agusto”. El maltratado Ricardo Monreal un día llama a respetar la ley y esperar los tiempos, y al otro presume su rap, se sube al ring en la Arena Coliseo para asegurar que va por la grande y amaga con abanderar a la oposición, sin renunciar a Morena, para cotizarse en ambos lados.

No es que se les haya ocurrido casualmente, el presidente López Obrador dio el banderazo de salida a los suspirantes del dedazo, tras los tragos amargos que pasó con las elecciones intermedias. Sabe que él no va a estar en la boleta y quiere que la inminente ungida aumente su conocimiento nacional, aprovechando que la oposición tardará en definir su candidatura. Que eso viole las reglas de equidad que él impulsó y le beneficiaron cuando era opositor le tiene sin cuidado. Lo importante es ganar, sea como sea.

Además de anticipadas, las descaradas campañas se operan en la oscuridad: omiten informar cuánto han gastado y de dónde salió el dinero. Que la gobernante de la capital se promueva de manera abrumadora, obviando la transparencia, huele a corrupción. Sigue los pasos del Presidente, quien llevó a cabo una movilización que ocupó infinidad de camiones, microbuses y hasta metrobuses, así como alimentos para decenas de miles de personas, y tampoco ha dado a conocer lo que costó y cómo se financió. Ante la opacidad, las respuestas se encuentran en El rey del cash.

López Obrador encontró la forma de darle la vuelta a la ley y hacer campaña permanente con sus mañaneras. Sin embargo, a pesar de ésta y otras ventajas que da el ejercicio inescrupuloso del poder, como la coacción a beneficiarios de programas sociales, insisten en cambiar unilateralmente la legislación secundaria, apoderarse del padrón y capturar el órgano electoral con los cuatro consejeros del INE que se renuevan en abril de 2023.

Ya no pudieron modificar la Constitución por la impresionante marcha ciudadana del 13 de noviembre que unificó a la oposición, pero el creciente temor a perder la elección presidencial los llevó al Plan B. Está visto, por conservar el poder no escatimarán en trampas.

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