AgnVeracruz_

El eco del escándalo en Veracruz resuena con la reciente exposición de información sobre la opulenta mansión, apodada “La Casa Blanca de la Zacatecana”, en el selecto fraccionamiento "El Dorado" en el municipio de Alvarado, que supuestamente pertenece a Rocío Nahle, la misma funcionaria gubernamental que pregonaba los valores de honestidad y austeridad. Sin embargo, la disparidad entre sus palabras y sus acciones es abismal.

Según las revelaciones del empresario Arturo Castagné Couturier, la mansión, valuada en más de $50 millones de pesos, está a nombre de Maribel Hoyos Peña, sobrina política de Nahle, una joven sin recursos aparentes para afrontar semejante inversión. ¿Cómo es posible que una persona de origen modesto como Nahle y su familia accedan a tal riqueza repentinamente?

El proceso de adquisición de la propiedad parece estar envuelto en una maraña de trampas y artimañas: declaraciones de compra de terrenos a precios subvaluados, licencias de construcción que subestiman la verdadera magnitud de la edificación y compras de lotes adicionales a precios irrisorios, todo apuntando a un esquema de corrupción descarado.

Las acusaciones de enriquecimiento ilícito de Nahle y su esposo, José Luis Peña Peña, exigen una respuesta inmediata y contundente. Sin embargo, hasta ahora, su silencio solo alimenta las especulaciones y la indignación del pueblo veracruzano, que merece líderes que estén a la altura de su confianza y respeto.

En un estado marcado por la corrupción y la impunidad, la impunidad de la clase política solo sirve para profundizar la desconfianza y el escepticismo del pueblo. Veracruz necesita una rendición de cuentas total y una transparencia absoluta por parte de aquellos que juraron servir a su gente.

En los días venideros, estaremos vigilantes ante cualquier desarrollo en este escandaloso caso que ya se encuentra en el visor internacional, que deja en entredicho la integridad moral y ética de aquellos que ocupan las más altas esferas del poder en el estado. Porque, en última instancia, "Veracruz es de los Veracruzanos", y merecen un gobierno digno de su lealtad y apoyo.

Andrés Manuel López Obrador, su manto protector no podrá limpiar la imagen de la Zacatecana, quien actualmente goza del repudio de la sociedad, que en verdad, ofende su presencia en cualquier sector que ella pretenda pararse.

Todavía su campaña no inicia, y su deslealtad con la sociedad es más que evidente, y no comprendemos la incapacidad para pretender desviar tantos millones de pesos a la vista de todos, con el cinismo que a ella le caracteriza.

En medio de un panorama político convulso, donde la lucha por la transparencia y la rendición de cuentas es una constante, surge un caso que ha captado la atención de muchos: la revelación de detalles sobre la propiedad de la señora de Zacatecas, Rocío Nahle.

Los datos proporcionados en la nota informativa revelan una realidad que no puede pasarse por alto. Una fecha de compra, una ubicación, un valor comercial significativo y un comprador, su esposo. Detalles que, aunque pueden parecer simples, encienden luces de alerta en una sociedad cada vez más exigente en cuanto a la honestidad y la integridad de sus representantes públicos.

Sin embargo, lo que debería ser un ejercicio de transparencia se ve empañado por la reacción de algunos defensores de la señora de Zacatecas. Adriana Muñoz, delegada de RTV y enlace de prensa de la mencionada, opta por la defensa a ultranza, recurriendo a la acusación de misoginia y violencia como respuesta a las legítimas interrogantes sobre los actos de corrupción que rodean a esta figura pública.

Es comprensible que la denuncia de posibles actos de corrupción genere incomodidad y resistencia. Pero es imperdonable que se intente desviar la atención utilizando argumentos falaces en lugar de abordar de frente las preocupaciones legítimas de la ciudadanía.

Es cierto que todos tienen derecho a una defensa adecuada y a la presunción de inocencia, pero también es cierto que la confianza pública se gana con acciones transparentes y honestas, no con negaciones y acusaciones infundadas.

El caso de la señora de Zacatecas no debe ser solo un punto de controversia momentáneo. Debe ser un recordatorio constante de la importancia de la transparencia, la rendición de cuentas y la integridad en el ejercicio del poder. La sociedad exige y merece respuestas claras y acciones concretas, no evasivas y manipulaciones mediáticas.

Mientras continúen surgiendo detalles sobre este caso, es nuestro deber como ciudadanos mantenernos vigilantes, cuestionar cuando sea necesario y exigir la verdad y la justicia, sin importar cuán incómodas sean las respuestas.

La transparencia y la veracidad son los cimientos de una sociedad justa y equitativa. Y es nuestra responsabilidad defenderlos con firmeza y determinación, siempre.

Porque Veracruz es de los Veracruzanos, y merecemos representantes dignos de nuestra confianza.

El estado de Veracruz, bajo el mandato del inexperto y pusilánime Cuitláhuac García Jiménez, está sumido en una profunda crisis que refleja las decadencias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de todos los estados gobernados por Morena. La incapacidad, opacidad, corrupción, intolerancia, impunidad, soberbia y voracidad por el poder son solo algunas de las plagas que afectan a esta administración. 

Morena llegó al poder con la sorpresa del triunfo, pero una vez instalado en el puesto, comenzó a devorar los recursos del estado como si fueran propios. Ahora, con la propuesta de la candidata Rocío Nahle, alías "La Zacatecana", las cosas no mejorarán, sino que empeorarán. Su intolerable soberbia la hace incapaz de reconocer su ineptitud para dirigir el estado. Su falta de comprensión de la problemática social, de educación, de salud y hasta sindical, junto con la complicidad de un gobernador como Cuitláhuac García Jiménez, quien se aferra al poder a costa del bienestar de la población, agrava aún más la situación. 

La corrupción y la incapacidad de "La Zacatecana" son evidentes. El sobrecosto de la refinería de Dos Bocas no fue destinado ni mucho menos diseñado para la continuidad de la obra. Tanto AMLO como la Nahle, sabían que nunca entraría en operación. Más bien, fue desviado a las cuentas del presidente de la República, siendo ella la beneficiaria de una parte significativa de ese desfalco. Como dicen, la voracidad y el dinero no pueden ocultarse por mucho tiempo. 

En sus encuentros con la sociedad, que parecen ser meros montajes pues siempre son los mismos Godínez que llevan y traen para todos lados para intentar engañar a los veracruzanos de verdad, "La Zacatecana" deja en claro su desconocimiento de la realidad del estado. A todos lados llega con su mismo discurso sobre la refinería de Dos Bocas, que supuestamente está operando al 100%, contrasta con la realidad de que aún no ha refinado ni una gota de gasolina. Pero de los temas de interés de los sectores, jamás los toca. ¿Por qué? Simple, por que no tiene ni la mínima idea de dónde está parada. No conoce Veracruz, no conoce su dolencias y no le interesan. Lo único que la mueve, es apoderarse de lo que fue aprobado por el Pleno de la LXVI Legislatura, que es el Decreto de Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de Veracruz para el año 2024, que oscila en 163 mil 133 millones 934 mil 679 pesos. 

¡Nombre!, la mansión en el Dorado, sería una choza inmune comparado en lo que se podría edificar con ese dinero. Un palacio como el que tiene su patrón Andrés Manuel López Obrador, pero a su nombre. Por ello su desesperación de lograr la gobernar Veracruz, por lo ceros que tiene enfrente para robarse.

Dicen que en política el fondo es la forma, y la forma es el fondo.

La zacatecana, Rocío Nahle cree que los veracruzanos son tontos y no se percatan como anda como gorda en tobogán despilfarrando el dinero del erario y utilizando a los trabajadores del gobierno del estado para promoverse políticamente. Violando la ley sin ton ni son y queriendo hacer creer que en verdad Zenyazen Escobar García y Claudia Tello son contrincantes verdaderos cuando en realidad son de relleno para ella. Ambos haciendo campaña en su favor en las calles (considerados como anticipados de campaña). 

Si bien es cierto que ella fue “dedeada” por Obrador, como lo hizo con Claudia Sheinbaum, y que ya no tenemos duda que ella será la candidata por Morena a la gubernatura de Veracruz. Impuesta por el peor presidente de la República que ha tenido México (y mire que jamás pensé que hubiera alguien que superara a Felipe Calderón y a Enrique Peña) y que con recursos federales y estatales ella ordena hacer volantes, pintar bardas, hacer lonas, comprar camisetas y chalecos para promoverse políticamente. 

Pero una cosa es lo que el “Pejidente” quiera y otra es, que en verdad la zacatecana, que representa la corrupción, llegue a sentarse en la silla de palacio. Una mujer que se acompaña por Manuel Bartlett (un sujeto corrupto en su máxima expresión), de Cuitláhuac García Jiménez (que tiene en literal desastre en todos los rubros al estado de Veracruz) y de Zenyazen Escobar García que ha sido señalado por conformar empresas fantasmas y robado a manos llenas (al menos en la supuesta remodelación del edificio de Negrete donde estaba la sede de la Delegación Regional Veracruz se comió 5 millones de pesos junto con  la delegada Diana Santiago Huesca y su oficial Mayor) y el primo incómodo del ejecutivo estatal, Eleazar Guerrero quién ha sido señalado por corrupción en Finanzas. Todos, con antecedentes muy altos de corrupción. 

El cinismo de cómo la zacatecana usa el dinero del erario, los trabajadores del estado para conformar su “estructura” electoral en horario laboral, violando la ley de manera flagrante. Realizando actos anticipados de campaña. 

Pero eso no le alcanzará para pensar que será gobernadora, pues si algo tiene en contra, es que los ciudadanos reales, el veracruzano real, conoce, sabe de la corrupción que rodea a la zacatecana y como se ha enriquecido con empresas fantasma y su marido. Los verdaderos ciudadanos veracruzanos no la quieren por muchas razones. Una por no ser veracruzana (aunque ella mienta diciendo que si) y dos, por ser corrupta y nefasta. 

La zacatecana sabe que los veracruzanos la conocen negativamente, por lo tanto, hay una alta posibilidad de que Morena pierda el estado de Veracruz. Porque el veracruzano brindará su voto de castigo y sacará a este nefasto partido de palacio como lo hicieron con el PRI y el PAN en su momento, cuando Javier Duarte quiso imponer a su alfil y Miguel Ángel Yunes Linares a su vástago. 

La intolerancia, insensatez y terquedad de Andrés Manuel López Obrador costará su debacle en Veracruz.