Sábado, 20 de abril de 2024
Mussio Cárdenas Arellano

Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com

 

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Más que Rocío Nahle, el enemigo del PRI es el voto de castigo, el repudio bien ganado por la historia de corrupción y complicidad

Unos por acción, otros por omisión, pero el priismo en pleno fue cómplice de Javier Duarte, y del Z1 Fidel, y del fifí Alemán, y del Resortes Chirinos, y de las historias negras de Gutiérrez Barrios.

Y quieren que el pueblo vuelva a creer.

Duarte robó a lo bestia, sin freno, burdo, descarado, un ladrón insaciable, saqueando las arcas, desapareciendo partidas federales, hurtando recursos destinados a municipios. Y el PRI prefirió callar.

Duarte, hoy preso en el Reclusorio Norte de la CDMX, le jodió la vida a Veracruz. Y el PRI no alzó la voz.

Duarte tenía gustos extremos, la belleza de Xóchitl Tress y los caballos finos que hicieron célebre al super rancho de Valle de Bravo. Y el yate en el surcó el Papaloapan, y las mansiones de Woodlands a nombre de su círculo rojo, la parentela de Bermúdez, la mujer de Spinoso. Y el priismo nada se atrevió a decir.

Duarte llenó de efectivo las cajas de huevo. Unas las envió en camionetas de lujo a la CDMX. O las subió a un helicóptero y bajaron en un helipuerto de un famoso edificio de la capital del país. Y el priismo qué podía decir si el dinero fue para el PRI.

Bajo el reino de terror del Cártel del Golfo, con sus dineros, según testimonios de un juicio en Texas, se financió la campaña priista siendo Fidel Herrera candidato al gobierno de Veracruz. Y ya en el poder abrió la puerta a Los Zetas y la masacre se generalizó.

Z1 impuso a Javier Duarte. Y el priismo aplaudió, sabiendo que era un títere que a la postre habría de morder la mano del que literalmente le dio de comer.

Duarte fue cómplice silencioso de la transición de Los Zetas al Cártel Jalisco Nueva Generación. Los que tienen el poder sólo dan su bendición. Los muertos los pone la sociedad.

Nada pudo ser para Veracruz. Un saqueo descomunal a las arcas y el empoderamiento de los cárteles mientras la prensa veía morir a los suyos —Regina Martínez, Milo Vela, Yolanda Ordaz, Huge, Goyo, Saldaña, Rubén Espinosa, Moisés Sánchez, más de una veintena en total—. Y el PRI en silencio.

Karime Macías, esposa entonces de Javier Duarte, se autoexilió en Gran Bretaña y ni Dios Padre la ha podido traer. Fue el cerebro de las empresas fantasma, de las empresas fachada, de la compra de inmuebles en México y el extranjero, consignado así en testimonios de colaboradores y empleados que la involucran. Y el priismo nada quiso decir.

Fueron a parar a prisión Flavino Ríos, Mauricio Audirac, Francisco Valencia, Luis Ángel Bravo, Gina Domínguez, Bermúdez, La Chacala, unos por el saqueo, otros por abuso de autoridad, unos más por represión, tortura y hasta desaparición forzada. Y el PRI nada quiso saber.

Su historia es de complicidad. El priismo encumbra a sus delincuentes y los venera. El priismo pulula en la corrupción, generando negocios y consabidas fortunas, avalando el pillaje, las cuentas públicas que exhiben podredumbre, la deuda descomunal, tácitamente impagable, el uso de la policía para reprimir, el uso de la ley para salirse con la suya.

Fue así con Fernando Gutiérrez Barrios, el hombre cortés de mano dura, al que precedían historias negras, la represión del echeverriato y el lopezportillismo.

Fue así con el inefable Patricio Chirinos, que gobernó pero no gobernó porque la mano ruda la tenía Miguel Ángel Yunes Linares, entonces secretario de Gobierno.

O el fifí Miguel Alemán Velasco, literalmente un hombre en la Luna, ajeno a todo, al que no fueran a salir con un incendio porque decía que para qué acudir si él no era bombero, que salió tan cargado —más de lo que ya era— que le dio para fundar Internet, la líder aérea que terminó en la quiebra.

Y luego Fidel Herrera —Z1, el que vivía “en la plenitud del pinche poder”— que heredó a Javier Duarte el poder y que, juntos, montaron la doce trágica de Veracruz. Y los priistas sin pronunciar palabra.

Hoy el priismo aspira al poder. Y hay priistas atascados que recomiendan “decirle al pueblo cuánto le debe México al PRI”. La estupidez es atrevida.

Rocío Nahle no es el enemigo. El enemigo es la complicidad del PRI con sus próceres, los ladrones que ha llevado al poder.

El PRI no tiene memoria; los veracruzanos sí. Y la zacatecana también.

 

 

La guerra de Pepe Yunes

Miércoles, 29 Noviembre 2023 17:45

* La sonrisa de Héctor y Anilú y el puñal en la espalda  * Cruenta batalla en el seno del PRI  * Pepe Yunes, 4; Héctor, cero  * Candy Cayetano, montada en Cuitláhuac para llegar el Senado  * Para Anilú Ingram, ni gubernatura ni senaduría  * Tania Cruz sólo tiene que doblegar al esposo de Rocío Nahle  * Ser diputada por tercera ocasión

Salvo los arañazos de Anilú, todo bien. Y los embustes de Héctor Yunes, y la revuelta de Kuri, y la renuncia tan deseada de Renato Alarcón, y los ataques mediáticos, y la intriga, y el filo del puñal en la espalda. Pepe Yunes los venció.

Cruenta, sangrienta, la guerra dejó cuatro cadáveres, un triunfador y un aliado. Y el ridículo de los detractores.

Guerra fratricida, la del PRI ha dejado lecturas: Héctor Yunes, Anilú Ingram, Marlon Ramírez y hasta Lorena Piñón, buenísima para hacer burletas en Twitter pero hasta ahí, siguen siendo más de lo mismo y de lo peor.

Héctor, por ejemplo, no solo es de los que disfrazaba al papá y a los hermanos de policías y los insertaba en la nómina del IPAX para justificar que la Sedena les extendiera los permisos de portación de armas, sino que años después ha perfeccionado el método, el arte de la intriga, el doble discurso, la doble cara y la traición.

Horas antes de ser derrotado, antes que Alejandro Moreno, “Alito”, oficializara la paliza que Pepe Yunes les asestó, Héctor Yunes Landa se aferraba a un imposible, la candidatura tricolor al gobierno de Veracruz.

Echó a andar maquinaria de saliva que lo proyectó como el vendedor de ilusiones más jocoso del Golfo de México, salvador de las causas perdidas, impoluto adalid de la democracia, el Batman jarocho que bajo el disfraz guarda su identidad de guasón.

Héctor Yunes es un soñador descarado. Soñó gobernar Veracruz y no sale del letargo. Aún así, cifró su campaña en impactar las redes sociales y recibir elogios de sus amigos en prensa.

Buscó a Francisco Garfias y le agradeció su columna en Excélsior.

Soltó al clan de los matraqueros en las redes, políticos y no políticos, periodistas y no periodistas, ilusos y súper ilusos, y con las tres agravantes —premeditación, alevosía y ventaja— los envió a pregonar que Héctor Yunes era la mejor carta para echar a Morena del poder.

Al ver la debacle, nada que lo posicionara, tiró la piedra y, como siempre, escondió la mano cuando el portal Plumas Libres ventiló dichos de cuantiosa ponzoña que advirtieron que su lengua es viperina y de la mejor calidad.

Cítense tres párrafos de semejante puñalada:

“¿En qué competencias hemos estado quienes aspiramos al cargo de candidato a gobernador, en dónde hemos competido, qué votaciones hemos tenido? Eso se debe considerar. Ahí yo llevo una gran ventaja sobre Pepe.

“La mejor manera de comunicarnos con los ciudadanos son las redes sociales y, en ese sentido, yo llevo el primer lugar sin lugar a dudas, en redes sociales, en número de visualizaciones, y en número de videos que he sacado.

“Las redes son de una influencia extraordinaria, ya que la falta de trabajo de los aspirantes en el territorio se cubre por ‘aire’ y es ahí donde yo le saco muchísima ventaja a Pepe, y eso lo debe de considerar y valorar Alejandro Moreno y el CEN del PRI al momento de seleccionar al candidato”.

Lo que andaba en el aire era su imaginación y su ética. Detonado el escándalo, conocida su habilidad para puñalada trapera y luego a decir “yo no fui”, Héctor Yunes salió a desmentir. Nadie le creyó. Salvo Héctor Yunes, todo el priismo y no priismo de Veracruz dio por cierta la versión.

Entrado en años, 65 a cuestas, Héctor Yunes vive una adolescencia infinita. Se siente chavo. Se siente el Samuel García o la Mariana Rodríguez del tricolor. Se ha creído que los bots son votos. Se ha concebido como el candidato TikTok.

Influencer frustrado, la realidad lo noqueó. Al ex senador no le sirvieron los likes ni las vistas. Lo que se ve en las redes no tiene relación directa con la percepción ciudadana, con la aceptación ni con la intención de voto.

Duartista por confesión —“Javier Duarte es mi jefe político”—, Héctor Yunes Landa no imaginó la bailada que le daría Pepe Yunes Zorrilla en las cuatro encuestas con que los midió el PRI. Una fue a instancias del Frente Amplio por México, otra del PAN y una más de Pepe Yunes.

Reacios a aceptar el resultado, los renegados exigieron una encuesta más. Pepe Yunes la apoyó. La realizó “Lorena Becerra”, quien realiza los sondeos que difunde el periódico Reforma. El resultado confirmó que Pepe Yunes es el mejor posicionado en la percepción ciudadana.

Rendido ante la evidencia, Héctor Yunes se comprometió a la unidad. Él sabrá si cumple. Seis años fuera del presupuesto no lo soportarían ni su ego ni su bolsillo.

Al cónclave priista, el viernes 24, no acudió Anilú Ingram. Pataleó. Acusó que no se prestaría a una farsa ni al reparto de plurinominales.

La ex reina del carnaval de Veracruz es histriónica. Y cambiante. Y maleable.

Armó un show cuando a su príncipe consorte político, Fernando Kuri Kuri, intentaba ser líder del PRI en Veracruz. Entró en un proceso de “reflexión”, dijo, que en los hechos fue de presión. Amagó irse. Deslizó que el Partido Verde la haría candidata a la senaduría, restándole votos al PRI.

Vastísima su imaginación, no le dio para advertir que ni tiene votos que la respalden ni en el Partido Verde se mueren por contratarla para seguir el show.

La reina es coleccionista de plurinominales. Lo fue cuando capturó la diputación federal y luego hizo mancuerna con el ex secretario de Gobernación del peñanietismo, Miguel Ángel Osorio Chong, hoy con un pie en el PRI y otro en el PVEM.

Luego regresó al Congreso de Veracruz por la vía plurinominal para convertirse en coordinadora —ja— de la fracción parlamentaria de tres legisladores, todos pluris: Arianna Ángeles Aguirre, Marlon Ramírez y Anilú Ingram.

Saboteando al prójimo, Anilú es un fiasco. No pudo impedir la llegada de Adolfo Ramírez Arana a la presidencia del PRI en Veracruz. No atajó a Pepe Yunes en la contienda por la nominación para el relevo en el gobierno estatal. No hubo un solo priista que se cortara las venas cuando deslizó que dejaría el tricolor.

Dice hoy que su bronca es con “Alito” Moreno, no con Pepe Yunes. Pues no. Cuando Anilú habló de una farsa y del reparto de plurinominales, se llevó en el tropel al virtual candidato del Frente Amplio al gobierno de Veracruz.

Anilú Ingram quiere hueso. Le van a decir que sí pero no le van a decir cuando.

Hay guerras que aniquilan. La de Renato Alarcón tiene un saldo rojo: él mismo. Renunció al PRI “de Alito” cuando que lo que hizo fue renuncia al PRI, a secas.

Repudiado como líder del PRI estatal, se le recuerda hilvanando un rosario de derrotas, negándose a dimitir cuando el priismo lo exigía, aferrándose al cargo sin darle opción a quien pudiera evitar el naufragio. 

Se fue como parte de la asonada, sin advertir que los golpistas se quedaron y a él lo dejaron ir.

Cruenta, la batalla de Pepe estuvo surtida: los arañazos de Anilú, las intrigas y bajezas de Héctor, la torpeza de Renato Alarcón, y los ataques mediáticos, y la intriga, y el filo del puñal en la espalda, que es la especialidad de este clan.

Y al final, Pepe Yunes los venció.

Archivo muerto

Pepe Yunes 4; Héctor, cero; es la propuesta del PRI para el Frente Amplio por Veracruz. Meses de presiones, caprichos y golpes bajos, y les ganó hasta en la encuesta que sus adversarios propusieron (https://bit.ly/3QS1XOw)

* Candy Cayetano, montada en Cuitláhuac para llegar el Senado; a Mónica, Citlali y Claudia, bola negra. Fue una nulidad como secretaria de Trabajo, una gris diputada, pero el gobernador se encaprichó en proyectar a su cuasi hermana (https://bit.ly/3GjRp5M)

Para Anilú Ingram, ni gubernatura ni senaduría; prepara el brinco al Partido Verde. Le falló la técnica del petate del muerto; nadie se rasgó las vestiduras porque amagó com renunciar al PRI (https://bit.ly/46C5GFE)

Tania Cruz sólo tiene que doblegar al esposo de Rocío Nahle para ser diputada federal por tercera vez. Su contrincante en Morena, Miguel Pintos, es símbolo de corrupción (https://bit.ly/3RrBPf3)

Le falló la técnica del petate del muerto; nadie se rasgó las vestiduras porque amagó com renunciar al PRI

Anilú ni baranda tocó. Para ella, ni gubernatura ni senaduría.

Enchilada, sabiendo que no está en el ánimo del priismo, mucho menos de la sociedad, se marchó lanzando sapos por la boca, despotricando, acusando que el proceso interno del PRI es una farsa a la que no se habría de prestar.

Puro berrinche de Cuarta. Anilú Ingram Vallines se bajó de la contienda minutos antes que saliera humo blanco el PRI, el viernes 24. 

Sabía de las tres encuestas que dieron ganador a Pepe Yunes Zorrilla, la del Frente Amplio por México, la del PAN y la que auspició el propio Pepe. Anilú Ingram sabía que la cuarta encuesta, realizada por la prestigiada firma “Lorena Becerra”, la misma que tiene a su cargo las que difunde el periódico Reforma, confirmó la percepción favorable a Pepe Yunes. Y esa se hizo por exigencia del bloque opositor a Yunes Zorrilla. En todas, un 2 a uno contundente. En las cuatro, Pepe ganador. 

La reina —de carnaval— carga un catálogo de incongruencias: desde los habituales lapsus linguae hasta los gazapos de memoria.

Semanas atrás, la reina quiso espantar con la técnica del petate del muerto. Estoy haciendo una reflexión sobre mi permanencia en el PRI, dijo, palabras más, palabras menos. Y creyó que el PRI en pleno se soltaría a llorar. Todo porque a su príncipe consorte, Fernando Kuri Kuri, le negaron ser presidente del PRI en Veracruz.

Y como nadie la fumó, Anilú se reinsertó entre los aspirantes priistas a la nominación.

 

Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, y Adolfo Ramírez Arana, la dejaron que se diera cuerda sola, aplicándole la del Kleenex —úsese y tírese—. Y ya no llegó al final, convencida la reina, que por muy reina que sea, nada le tocaría de ese tamal.

La pataleta es como para Del Toro o Cuarón. Es el preámbulo de una renuncia que el priismo celebrará a gritos. Porque, dicho sea con verdad, a esa reina ya no la quieren ni los pajes de la corte.

Lo suyo es abonar el terreno para dar el salto al Partido Verde Ecologista de México y, tácitamente, meterse en la puja por la candidatura al Senado bajo las siglas del Morena-PT-PVEM, así tenga que atropellar a Citlali Navarro, Mónica Robles, Claudia Tello y Elizabeth Morales. Aquello, como cualquiera intuye, atisba un desgreñadero apocalíptico.

Y Anilú se irá a cantar sus corridos al PVEM.

Su contrincante en Morena, Miguel Pintos, es símbolo de la corrupción

Tania Cruz ya debió ir por un notario y escriturar la diputación federal. 

Aferrada a la curul, va por su tercer período, segunda reelección, así tenga que pasarle encima al osado Miguel Pintos Guillén y a su padrino, José Luis Peña Peña, esposo de Rocío Nahle.

Tania Cruz, maestra, activista, mujer de deporte, tuvo la agilidad para treparse en el efecto López Obrador, en 2018, y así conocer San Lázaro, el palacio legislativo federal, el recinto donde Morena, su partido, destroza las leyes, viola un día sí y otro también la Constitución, extingue fideicomisos y los 135 mil millones de pesos o más se los engulle el presidente, que es papá del zángano que habitó la Casa Gris de Houston, el tal José Ramón López Beltrán, y donde se aprueban presupuestos que sirven para el derroche, los proyectos faraónicos, los caprichos de López Obrador, que sirven para nada.

Y Tania Cruz aplaude. Y Tania Cruz aprueba. Y Tania Cruz se suma. Y Tania Cruz es cómplice.

Y tanto le gustó ser parte de esos y otros atentados a la nación, que repitió en 2021, y la maestra ya no quiere soltar el hueso.

Tiene, como todos, sus positivos y sus negativos. Tiene sus intervenciones destacadas y otras que han sido una desgracia, las loas desmedidas al mesías de Tepetitán, léase Manuel Andrés López Obrador (MALO), y un hermano incómodo, Jonathan, el campeón de artes marciales que ha sido denunciado por otras artes, las sexuales, contra una menor de edad, hondureña, de 15 años de edad.

Carga Tania Cruz, la maestra, con esa y otras lápidas, pero la del hermano incómodo no es pesada, es destructiva.

Su rival por la nominación es un flan político, vulnerable, frágil por el cúmulo de tropelías que lo distinguen. Es Miguel Pintos Guillén. Es un invento malogrado de don José Luis Peña Peña, esposo de la cuasi precandidata de Morena al gobierno de Veracruz, Rocío Nahle García.

Peña Peña lo incrustó en la Secretaría del Ayuntamiento de Coatzacoalcos y desde ahí, junto con sus peones en Obras Públicas, controlaron los contratos para sus amigos constructores con los que solían hacer de las suyas en los complejos petroquímicos de Pemex en la zona industrial cuando Pepe Peña era el segundo de abordo en el área de mantenimiento del Complejo Petroquímico Pajaritos, donde, por cierto, la planta Clorados III voló con saldo de una treintena de muerto. ¿Por qué habrá sido? Por falta de mantenimiento. Faltaba más.

Pintos es odiado en Morena. Y más odiado en Coatzacoalcos. Fue el protagonista del escándalo por un acta de cabildo falsa con la que el gobierno de Víctor Manuel Carranza Rosaldo, alcalde impuesto por Rocío Nahle, de 2018 a 2021, se agenció dos canchas de futbol rápido, cuyo concesionario, Ember Ballinas García, demostró poseer los derechos, reconocidos en el acta de cabildo original, la se halla en los archivos del Congreso de Veracruz.

Pintos, pues, es odiado. Tania Cruz, no tanto. La maestra sólo tiene que torcerle la mano al marido de Rocío Nahle y negocio arreglado.

El otro escollo sería Juan Javier Gómez Cazarín, el bandolero que lidera a Morena en el Congreso de Veracruz, quien deshoja la margarita, quien está midiendo si Rocío Nahle, su patrona, se sostiene en la candidatura al gobierno estatal o si se cae por aquello de que es nacida en Zacatecas y no reúne el requisito constitucional.

Tania, pues, se enamoró de la curul.

 

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