Viernes, 29 de marzo de 2024
Mussio Cárdenas Arellano

Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com

 

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Mentir para salvar el pellejo

Martes, 26 Marzo 2024 05:27

 

Mentirosa compulsiva, Rocío Nahle nunca atina qué inventar al verse demolida, acorralada, intentando salvar el pellejo, hoy peor, descubierta su mansión de más de 40 millones de pesos en El Dorado, la zona fifí de Veracruz.

“No me enredo en esas broncas”, soltó la zacatecana en Coatzacoalcos al estallar el escándalo.

“Son chismes”, dijo después cuando Pepe Yunes Zorrilla le puso las banderillas, acusándola de habitar en una residencia que no habría podido adquirir con su salario de servidora pública.

“Es un intrigoso y difamador”, lanzó ya con la bilis a tope.

“El candidato del PRI y PAN salió a medios nacionales a difamarme sin prueba alguna”, reseñó.

“Rento la casa”, dijo después.

“Es una guerra sucia”, se quejó como si su recua en redes sociales no fuera hiriente, vulgar, soez, la peladez hecha discurso y hasta ella misma, Rocío Nahle, que en corto, con amigos y no tan amigos, suelta leperadas que hacen sonrojar al más procaz.

Dícese difamada la candidata de Morena al gobierno de Veracruz, la zacatecana que ha hecho del cuento y la diatriba una forma de trepar al poder.

Dícese dolida Rocío Nahle García, cuya norma ha sido tejer una mentira y luego otra y otra más, y así hasta el infinito tomándole el pelo, incluso y por principio de cuentas, al mesiánico Andrés Manuel, el gran tonto que creyó que la ingeniera, que no pasó de ser instrumentista en las plantas petroquímicas de Coatzacoalco, podría construir una refinería como la Olmeca en Dos Bocas y 21 meses después de su inauguración –montaje, mejor dicho– no refina ni agua del manglar.

La mentira, pues, es consustancial a Rocío Nahle. Y es su recurso para salvar el pellejo en situaciones de crisis.

Su lengua falaz no tiene límite.

Explotó la planta Clorados III en el Complejo Petroquímico Pajaritos, el 20 de abril de 2016. Murieron 32 personas y más de 130 resultaron lesionadas. Fue pérdida total. La planta era operada por la empresa privada Mexichem, socio mayoritario de Pemex en Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV). Ocho años después no hay culpables.

Rocío Nahle era legisladora federal por Morena y secretaria de la Comisión de Energía de Diputados. Acudió de inmediato. Ofreció llegar hasta las últimas consecuencias. Habló en corto con el entonces director de Petróleos Mexicanos, José Antonio González Anaya, concuño del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, y el caso se congeló.

Rocío Nahle mintió. Y tenía por qué. Su marido, José Luis Peña Peña, fue por años uno de los funcionarios de mayor nivel en el área de mantenimiento del Complejo Petroquímico Pajaritos, según consta en licitaciones públicas de la entonces paraestatal. Y la razón de la explosión en Clorados III fue la falta de mantenimiento.

32 muertos, 130 heridos y Nahle sofocando el fuego que amenazaba con alcanzar a su marido.

La historia tiene evidencia sustancial. Pero esa es otra historia. Y Nahle lo sabe.

Otra mentira:

Detonado el escándalo por los videos en que la entonces diputada local, Eva Cadena Sandoval, aparecía recibiendo dinero para su campaña a la alcaldía de Las Choapas, en 2017, Rocío Nahle soltó otro embuste: quien llevó el “moche” era la hermana del fiscal yunista, Jorge Winckler Ortiz.

“La persona que le entrega el dinero a Eva Cadena es muy cercana a Miguel Angel (Yunes Linares) –dijo la zacatecana–. Es extraño que no encuentren los videos del hotel Terranova donde se dio el dinero, los 500 mil pesos. El fiscal Winckler envió por los videos y no aparecen, porque todo indica, y si me equivoco, y para eso pido que salga el video completo, todo indica que la persona que va a llevar el dinero es la hermana del fiscal Winckler, Ana María Winckler”.

Aquel día, Ana María Winckler anunció que la denunciaría por la difamación y daño moral. Nahle no la volvió a mencionar.

Eva Cadena la había acusado de ser ella, Rocío Nahle, la recaudadora de Andrés Manuel López Obrador. Y respondió con una zarandaja fenomenal: AMLO no necesita operadores. Salvo Pío, Martinazo, Esquer, Bejarano, Imaz de Sheinbaum, Ariadna Montiel, Mario Delgado y decenas de piojos del Supremo porro de la nación de los que la escritora Elena Chávez hizo una disección.

Es la mentira el recurso de siempre. Y Rocío lo usa. Pero mentir no es engañar. Nahle miente por compulsión aunque sean pocos los que se dejan embaucar.

Destrozada por el golpe de Arturo Castagné, por la mansión en que habita en El Dorado, el fraccionamiento más exclusivo de Boca del Río, Rocío Nahle volvió a patalear. Y a mentir.

Doña Mentiras gusta de la vida opulenta, las mansiones, el convoy de camionetas de lujo que la siguen, el roce social con los aspiracionistas clasemedieros, su compadre Arturo Quintanilla que mide su peso en oro, y la élite petrolera, los de confianza porque lo suyo no fue mezclarse con la clase sindical, y hasta los que aparecen en los expedientes de Odebrecht.

Doña Mentiras lanzó el primer sapo cuando la prensa la cuestionó por la mansión de El Dorado. “No me enredo en esas broncas”, soltó.

Y sí estaba enredada, hundida, con el fango en el cogote y los hedores inundando el entorno electoral.

“Son chismes”, señaló cuando Pepe Yunes, candidato de la coalición Fuerza y Corazón por Veracruz, le imputó que el hallazgo de la mansión de El Dorado es un tema de corrupción, salpicada por su paso por la refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, con observaciones de la Auditoría Superior de la Federación.

“Es un intrigoso y difamador”, respondió Nahle mientras iba cediendo, admitiendo que el enredo existe y la enredada es ella, aceptando al final que vive en la mansión de la isla, con sus canales en los que circulan yates, con su séquito de guaruras y la decena de lujosas camionetas que ya tienen hasta el tope a los vecinos por los alardes de Doña Mentiras.

Y al final, la realidad. Renta la casa, la propietaria es Maribel Hoyos Peña, sobrina de José Luis Peña Peña, el esposo incómodo –don’t forget Clorados III–, cuyo avalúo es de 40 millones de pesos, que seguro Maribel podrá demostrar cómo los reunió o si son de aquello que los fiscales suelen llamar “recursos de procedencia ilícita”.

López Obrador, el Supremo porro, decía que la Casa Blanca de Peña Nieto olía a lavado de dinero y debía investigarse. La Casa de Nahle huele a corrupción y no pasa la prueba de la honestidad.

Mentir es el recurso natural de Rocío Nahle.

Y cuando se trata de salvar el pellejo, más.

ARCHIVO MUERTE

* Videos desmienten a Seguridad Pública; sí hay acoso al alcalde de Cosolea, Ponciano Vázquez, y a la tesorera. Sin reporte de vecinos, como argüía el policía que encabezó el asedio, fotografiaban la casa del edil https://bit.ly/3Tu2uaA

 

 

La mansión del escándalo

Miércoles, 20 Marzo 2024 11:01

A todo lujo vive Rocío Nahle su aventura en la 4T. Y tiene con qué: una mansión, entre otras, de 40 millones o más, el marido de prestanombre, la sobrina de tapadera, la ostentación y la burla a los pobres que decía defender.

Majestuosa, la megamansión de la zacatecana en Residencial El Dorado, municipio de Boca del Río, evidencia que la élite del obradorismo es una minoría rapaz. Y que la pobreza es rollo y discurso y la única miseria que existe es su miseria moral.

La mansión es un oprobio, un palacete de más de 40 millones de pesos, circundado por jardines y prados, erigido en una isla de ensueño, rodeada de canales, donde los ricos son realmente ricos y los de la Cuarta Transformación los quieren superar.

No es un inmueble prestado. No es una casa de verano. No es un infundio, ni un dicho sin sustento, ni calumnia, ni la leyenda urbana que se teje de boca en boca sólo para enlodar.

La mansión de la infamia existe. Y la sustentan documentos oficiales, dos escrituras, dos notarías, lotes, manzanas, calles, fechas de compra.

Y la respuesta de Rocío Nahle García es una evasión: “Yo no me enredo en broncas, en esas cosas”.

Y el exabrupto de José Luis Peña Peña, el marido, un insulto.

Y el silencio de la sobrina, Maribel Hoyos Peña, la tapadera.

Y los gemidos, los llantos, la procacidad, la vulgaridad, las heces verbales que profieren los bastardos de la secta obradorista, la recua que habla sin razonar, intentando desvirtuar la realidad.

Noqueada, pulverizada, Rocío Nahle percibe el daño letal. El misil la destrozó. Aún no hay campaña y ya perdió.

El Clan Nahle es, por decir lo menos, voraz. Y Maribel Hoyos Peña, la supuesta dueña de la mansión de El Dorado, es pieza clave en una trama que vincula a la candidata de Morena al gobierno de Veracruz con Poza Rica y Coatzacoalcos.

Maribel Hoyos Peña es contratista. En Poza Rica, recibía contratos de la empresa Gleason, dedicada al rubro de la electricidad. Gleason está implicada en litigios contra la inmobiliaria GEO que culminaron en la adjudicación de terrenos en el malecón de Coatzacoalcos, gestionados por el abogado Emmanuel Alejandro Hernández, quien grita los cuatro vientos que representa los intereses de José Luis Peña Peña, esposo de Rocío Nahle.

Peña Peña es rapaz. Lo suyo, como se ve, es la tierra, los predios, los inmuebles, las mansiones y hasta ser coyote en la adjudicación de gasolineras, como la que habría de instalar en el malecón de Coatzacoalcos Reyna León, viuda del ex líder petrolero de Minatitlán, Jorge Wade González. 

El 13 de marzo, Arturo Castagné Couturier exhibió la imagen de la mansión y reseñó:

“Les presento la casa de la señora de Zacatecas, Rocío Nahle, construida recientemente en el fraccionamiento ‘El Dorado’. Dos Bocas aún no refina, pero ya dejó las primeras utilidades”.

El 15 de marzo señaló:

“La casa del fraccionamiento ‘El Dorado’ NO la renta, es de su propiedad como lo evidenciaré con los documentos que lo acreditan. Además, informo a mi familia tuitera que NO es la única propiedad que tienen en el mejor fraccionamiento de Veracruz ella y su familia. Hoy mismo daré a conocer y presentaré la primera parte de la información que tengo en mi poder. YO NO MIENTO, SEÑORA, usted está lejos del ya famoso lema del Presidente López Obrador de no mentir, no robar y no traicionar. Quedó claro que es pura demagogia”.

Minutos después, lanzó un nuevo misil:

“Aclaro: el valor con el cual se escrituró es de $3,600,000.00 , lejos de la realidad, valor comercial terreno y casa $39,000,000.00”.

Era el día de su registro ante el Órgano Público Local Electoral y Arturo Castagné la terminó de desgraciar. Le amargó el día.

Castagné detonó el escándalo. Lanzó un mensaje en Twitter, hoy X. Y luego otro. Y uno más. Y le esfumó a la ex secretaria de Energía el sueño de gobernar Veracruz.

Ese día escribió:

“Familia como lo ofrecí por la mañana a continuación presento información de la casa de la señora de Zacatecas Rocio Nahle: Fecha de compra del terreno: 25 de Noviembre del 2021, Fraccionamiento ‘El Dorado’, Lote 15  Manzana 8, municipio de Boca Del Río, Ver. Escritura Pública #47366. Tomo 1052. Valor Comercial $8.5 millones. Comprador: José Luis Peña Peña (esposo), con domicilio Calle 18 de Marzo #1509 Coatzacoalcos, Ver.”

Castagné se refería a otro lote, en la misma isla, a nombre de Peña Peña, esposo de Rocío Nahle.

El 16 de marzo asestó el golpe letal:

“La Señora Rocío Nahle compró el terreno y construyó la casa, misma que puso a nombre de su sobrina Maribel Hoyos Peña, hija de Maribel Peña Peña, hermana de José Luis Peña Peña esposo de la señora de Zacatecas.

“La casa tiene un valor superior a los $50 millones de pesos.

“Su sobrina Maribel no tiene la capacidad económica para construir una residencia de esas características y valor. Es una persona joven, sin ingresos relevantes.

“Maribel Hoyos Peña –quien prestó su nombre– declaró que pagó $4,970,000.00 por un terreno de 737 metros cuadrados, mismo que en realidad vale más de $10 millones de pesos.

“La escritura de este terreno es la número 4053 del tomo 75, de fecha 25 de agosto del 2020 firmando en la Notaría Pública número 53 de Cotaxtla, Ver., seguramente para que nadie se enterara.

“El 6 de Septiembre del año 2021 Maribel solicitó licencia de construcción al Ayuntamiento de Boca Del Río, Ver. mintiendo en la misma al decir que solo construiría 359 metros cuadrados y la casa en referencia mide más de 1500 metros cuadrados de construcción habitables sin incluir los muelles para yates”.

La mansión es el retrato de Rocío Nahle en su exacta dimensión. Su respuesta –“Yo no me enredo en broncas, en esas cosas”– es una evasión. Pero no modifica lo sustancial: es su propiedad, vía su sobrina, con la mano sucia de su marido, José Luis Peña Peña.

Un día más tarde, a punto de iniciar el evento de campaña de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, Peña fue abordado por el reportero Fidel Pérez, del portal Latinus.

“Son unos mentirosos” balbuceó Peña Peña. “Eres un mentiroso”, repitió el gañán.

Sólo a Peña Peña se le podía ocurrir exhibirse en la campaña de Sheinbaum con el escándalo de la casa del oprobio en su mayor nivel.

Rocío Nahle está liquidada. Es un escándalo mayúsculo. Salió del proyecto de Dos Bocas, la refinería Olmeca, entre acusaciones de ineptitud y corrupción, sin concluirlo, sin arrancar, sin producir un solo litro de gasolina y con observaciones de la Auditoría Superior de la Federación por irregularidades financieras.

En Dos Bocas floreció el contratismo descarado, miles de millones de dólares para grandes consorcios y amigos de trapacería. Y el primero, la asignación de 5 mil millones de pesos a Huerta Madre, consorcio donde lleva mano otro miembro del clan, Juan Carlos Fong Cortés, cuate de Arturo Quintanilla Hayek, compadre de Rocío Nahle.

Si la adquisición del terreno en El Dorado es legal, debe constar en la declaración patrimonial de Rocío Nahle. Y lo que haya adquirido el esposo incómodo, igual. O los bienes que pongan a nombre de las hijas. Así lo establece la ley. Y si lo omitieron es motivo para la inhabilitación a ocupar cualquier cargo público.

Falta dilucidar el origen de los recursos con que adquirió los lotes de terreno en El Dorado y los más de 40 millones de pesos invertidos en la construcción de la mansión, si son producto del salario, si corresponden a sus ingresos, o si provienen del diezmo, el coyotaje.

Nahle es transa por donde se le vea. A la recua la duerme con migajas. Les da empleo en ayuntamientos, Secretaría de Energía o Pemex. A esa recua les avienta salarios de hambre o los pone donde hay.

A ellos las migajas; a ella los millones.

Pero hoy enfrenta el escándalo de la mansión en El Dorado.

A todo lujo degusta la miel de la Cuarta Transformación.

Y la hiel de la corrupción. 

ARCHIVO MUERTO 

* Tunde Dante Delgado Jr. a PRI, PAN, PRD y Morena; “sumieron a Veracruz en el olvido”. Así Movimiento Ciudadano tenga cara de esquirol, el diagnóstico es real; “los veracruzanos fueron traicionados” https://bit.ly/4cih4L6 

* Entrega PRI candidatura a la diputación local en Coatza a Marcelo Montiel; va Mónica de Hombre. Cierra las puertas a Tino Bolaños, Claudia González Pardo y Armando Rotter, aspirantes ciudadanos. https://bit.ly/3veyqaV

Sólo quienes han pasado por el filo de Rocío Nahle saben que es letal. A Manuel Huerta lo vio engallarse, humillarla, ganarle la encuesta interna, denostarla, increparla, ridiculizarla. Y al final lo destrozó.

“Hasta a la policía la están utilizando para inflar a quien está todavía desinflada”, decía Huerta con sorna desmedida.

Y se pitorreaba del acarreo con seguidores y fans pagados “para que le aplaudan”.

Fue ella –recordaba el ex delegado de Bienestar– quien colocó a Eric Cisneros, Ramos Alor, Delia González Cobos, aludiendo los excesos de poder, la corrupción, el encubrimiento en el gobierno de Veracruz.

Y se mofaba del círculo de Rocío Nahle García, de Cuitláhuac García hacia abajo, del gobierno fallido que no dejó llegar –sentenciaba Huerta– la transformación obradorista.

Y exigía que los aspirantes a gobernar Veracruz renunciaran a sus cargos públicos, incluida la zacatecana que se aferraba al hueso de la Secretaría de Energía y al negocio de la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco.

A escobazos, puntualizaba Manuel Huerta, los orilló López Obrador a presentar sus renuncias a sus cargos, incluida, claro, Rocío Nahle.

A Zenyazen Escobar, ex secretario de Educación en Veracruz, lo llamaba palero por bajarse de la contienda interna y postrarse a los pies de la oriunda de Zacatecas. 

Y ya en precampa Huerta dejó sola a Nahle, disfrutando de los dislates, de la ignorancia, de las malas cuentas –malas sumas– sobre cuántos municipios tiene Veracruz, y del día en que al alcalde de José Azueta lo rebautizó como José Azueta.

Pero cuando Norma Rocío blandió la espada, liberó la ira y asestó el golpe, la cabeza de Manuel Huerta Ladrón de Guevara rodó.

Ni el chamán charlatán que presidió el show de la liberación de los malos espíritus, la madrugada del 1 de marzo, sirvió para blindarlo de la revolcada que Nahle le terminaría acomodando.

Ese día amaneció candidato al Senado en primera fórmula y por la tarde ya lo habían degradado a la segunda fórmula.

Ni el mismo Manuel Huerta atinaba a explicar el golpe de timón. Anunció que horas después, a las 8, daría a conocer su postura por la primera fórmula perdida.

Y entonces la explicación fue que preguntaría al Instituto Nacional Electoral por qué lo había bajado.

El INE respondió. No fue el órgano electoral el que degradó al ex delegado federal de los programas sociales. Fue Morena, el partido de la putrefacción.

Nada duele más que un golpe interno. Que el PRI, PAN o PRD lo increpen, es normal. Que Miguel Ángel, el jefe del Clan de los Yunes azules, le diga que fue drogadicto y que legisló para legalizar el uso del fentanilo, es lo que se verá en esta campaña. Pero que Morena te mande a la posición perdedora, eso duele.

Hablaron todos. Y la que calló fue Rocío Nahle.

Esas venganzas le son propias. No se mueve, ni se inmuta, contiene la respiración, no pestañea. Y envía al infierno a sus enemigos.

Para cada uno hay historia. Pero la de Manuel Huerta se mueve en dos tiempos: el día en que el clan Nahle-Cisneros-Cuitláhuac urdieron la denuncia por violación y cuando Huerta se mofó de la zacatecana en la búsqueda de la candidatura de Morena al gobierno de Veracruz.

La denuncia por violación nació en la Secretaría de Gobierno. Una mujer se prestó a su uso político. La confeccionó el Clan Nahle-Cisneros-Cuitláhuac. Llegó a la Fiscalía de Veracruz y su titular, Verónica Hernández Giadáns, le dio curso. Luego sería filtrada a la prensa y a grupos panistas, algunos vinculados a los Yunes azules.

La denuncia sacudió a Morena. Peor cuando fue el propio gobierno morenista el que la dimensionó. Lo grotesco fue ver a “Martha”, la víctima, disfrazada con peluca rubia y lentes negros ante los medios de comunicación, similar al “Tío Cosa” de los Adams. Y que el portal Al Calor Político, pastoreado a Eric Cisneros, atizara el fuego.

Tras la escaramuza, nada ocurrió. Fue fuego amigo. Y la exigencia de justicia nunca llegó. A “Martha” sólo la usaron.

El otro Waterloo de Manuel Huerta tiene origen en la contienda interna por la candidatura de Morena al gobierno de Veracruz. Ahí se mostró hiriente, soez, envalentonado, contundente, demoledor.

Hizo añicos a Rocío Nahle y aniquiló al séquito de la zacatecana. Algunas frases:

Los odian porque “se han pasado perjudicando a la gente, lastimándola, metiéndola a la cárcel, no reconociendo sus derechos, no sirviendo absolutamente para nada”.

“Ahora ya todos se dan ganadores en las encuestas. La verdad son encuestas patito, que mandan a hacer todos los días, que como la Chimoltrufia, unas dicen unos números, otras dicen otros, otras en las que ya de a tiro ni aparecemos”.

De Eleazar Guerrero, primo del gobernador y subsecretario de Ingresos en la Secretaría de Finanzas y Planeación, líder del grupo Unidos Todos, Huerta dijo:

“Yo nada más los veo, puro aplaudidor. Me da risa, porque los veo, a todos los pintan de blanco, los ponen de blanco, los llevan ahí junto con los chamacos de preparatoria. Y lo peor es que se la creen”.

De Zenyazen Escobar, dijo:

“El responsable de la Educación en Veracruz sirve de palero, se prestó para engañar a los veracruzanos, eso no es posible, ojalá que tenga valor y aguante su renuncia y no vaya a querer regresar a cobijarse de la burocracia y para seguir medrando del recurso del pueblo, ojalá aguante como debe ser y no regrese a la SEV, si aguantó el papel de palero, ahí que le siga siendo palero de los moralmente derrotados”.

Y vapuleó a Rocío Nahle:

“No es posible que se actúe de manera tan descarada utilizando un exceso de recursos en caravanas con vehículos de más de 2 millones de pesos y con personal de Gobierno, argumentando que la propia ley se los permite. Eso no es la 4T. Esas son prácticas del pasado, contra lo que tanto luchamos, que tanto criticamos. Lo peor de esto es que la gente lo ve y nos critica a todos por igual.

“Hasta a la policía la están utilizando para inflar a quien está todavía desinflada, a la que nunca se acerca al pueblo y por eso le cuesta tanto trabajo que tienen que llevarle acarreados a sus eventos y pagarles para que le aplaudan”.

Huerta ganó la encuesta para gobernador pero dejó pasar a la elegida de López Obrador. Fue una imposición. A cambio iría en la primera fórmula para el Senado. Aún perdiendo la elección, aseguraba el escaño en la Cámara Alta por ser primera minoría.

El 1 de marzo, iniciando campaña, Nahle lo reventó. Sin aviso, sin prevenirlo, Morena lo degradó a la segunda fórmula. Fue su partido; no fue decisión del INE. Fue a petición del partido obradorista.

La venganza de Nahle se había consumado. La única forma de llegar al Senado es que Morena gane la elección, el 2 de junio, y quien ocupa la segunda fórmula logre pasar.

Sólo quienes conocen el filo de la espada de Rocío Nahle saben que es letal. 

ARCHIVO MUERTO 

* El sur de Veracruz lo tiene perdido el PRIANRD. Pese a los abusos de alcaldes morenistas, corrupción y falta de obra, una encuesta pronostica la enésima derrota del priismo https://bit.ly/3V4QSNQ

 

El marido incómodo de Rocío Nahle

Viernes, 01 Marzo 2024 11:12

Pepe Peña es, literalmente, el dolor de hígado de Rocío Nahle, el soberbio y bocón, el indiscreto e imprudente, el que ofrece el paraíso y sale a comprar el voto violando la ley, pero el que pretende ejercer el verdadero poder.

“Mi nombre es José Luis Peña Peña… soy esposo de Rocío Nahle”, le dice a la parvada obradorista en Sayula de Alemán, el 18 de febrero, en intercampaña. Y el video es de escándalo.

Soy ingeniero, soy jubilado, soy ganadero, soy campesino, soy la conciencia, soy el profeta que anuncia el triunfo de la Cuarta Putrefacción en Veracruz.

Y él, Pepe Peña, que es un auténtico dolor de hígado, y de cabeza, y de intestino de Rocío Nahle, se revela como algo más: el mesías del campo, el nuevo mesías, el consorte de la zacatecana que descendió de la nube celestial al paraje jarocho a salvar a los ganaderos olvidados, para los que ni la 4T armó proyecto y el campo se jodió.

Peña Peña, como se le conoce en Coatzacoalcos, es un prima donna en el lado oscuro de Rocío Nahle, el zar del acuerdo en la penumbra, aquel con el que se arregla la clientela de la norteña, el de la chamba sucia.

Y no es de ahora; es de siempre. El coyote de siempre. El que va de café en café, en restaurantes, en cantinas, en antros, presumiéndole a sus compadres, que son muchos y bien conocidos, y más briagos que el tequila, que si quieren obra y contrato, que pasen con él. ¿Verdad, Manuel? ¿O no, Juan Carlos Fong, el de los 5 mil millones de pesos para rellenar –mal– el terreno donde se erige la refinería fallida, y siempre inundada, de Dos Bocas?

Ese dicho –“soy esposo de Rocío Nahle”– no es un deliz. No es un lapsus linguae. Es el carnet de identidad del operador de cabecera de la aspirante ilegal e ilegítima de Morena al gobierno de Veracruz.

“Soy esposo de Rocío Nahle” es el grito de batalla de Pepe Peña o Peña Peña nomás para que sepan con quién tratan, el que tiene derecho de picaporte, el que le puede dar al campo, a los ganaderos, a los campesinos lo que el gobierno de la Cuarta Putrefacción les negó.

Seis minutos. Un video. Y en él Peña Peña se siente y se ve a sus anchas. Habla dejando claro que una vez consumado el triunfo de Morena en la elección del 2 de junio –porque es “eminente y (sic) inminente”– que, sin cargo alguno, meterá las manos en el gobierno de Veracruz.

Y comienza a filosofar:

“Nosotros no venimos a estar jugando –dijo el mesías Peña Peña–. Venimos a ayudarlos.

“Queremos la mejor tecnología. La mejor tecnología la vamos a tener en el campo porque así lo hicimos en Dos Bocas. Tuvimos la mejor tecnología del mundo. Y si no la hay en México la vamos a ir a buscar.0

“Acuérdense de mi nombre: José Luis Peña Peña. Yo voy a estar ahí y cualquier problema que tengan ustedes, si ganamos, que es inminente, yo voy a estar en el área de ganadería sin un solo peso, sin cobrar nada, y lo único que voy a hacer es estarlos apoyando y cuando no nos quieran hacer caso, vamos y hacemos un plantón en el palacio de gobierno, y yo los voy a acompañar para que nos resuelvan todos los problemas que aquí estamos acordando”.

“Acuérdense de mí”, dice Peña Peña pero la oposición ni un dedo movió. Hay delito electoral. Hay violación a los tiempos electorales. Hay alcaldes, senadores, funcionarios menores en un evento ganadero y ahí se promueve a Rocío Nahle. Y lo hace el marido marido incómodo. Y el PRIANRD no capitalizan el episodio.

Hizo más la prensa crítica, la oleada antipeje, los que están hartos del régimen de terror del clan Nahle-Cuitláhuac-Cisneros-Giadáns, que el bloque opositor.

Tienen el punto más vulnerable de Rocío Nahle a la vista y no lo quieren ver.

El marido incómodo es el personero de Rocío Nahle. Y algo mucho mayor. Habla en su nombre. Pontifica, ofrece, compromete, redime y predice.

La prensa que lo fustiga apenas conoce a Peña Peña. No imagina sus alcances, el poder que ejerce sobre la zacatecana que aspira a gobernar Veracruz.

El marido incómodo tiene historial. Data de sus días en Pemex, segundo de abordo en el área de mantenimiento del complejo petroquímico Pajaritos. Data de los días en que Rocío Nahle García, sin ser trabajadora activa, militaba en la Unión de Trabajadores de Confianza y Técnicos de Pemex (Untcyp).

Nahle y la Untcyp no se mezclaban con el gremio sindical. Eran la élite de Pemex. Veían, con sobrada razón, a los líderes petroleros como líderes charros, a la mafia sindical como aliada de los gobiernos neoliberales que hundieron a Pemex.

Nahle era protagonista; Peña Peña no. Nahle suplantaba al líder de la Untcyp, Felipe de Jesús Díaz González, ya fallecido, mientras Peña Peña no salía del baúl. Nahle debió callar, dejar el protagonismo, cuando miembros de la organización le recordaron que el líder era Felipe de Jesús.

Años después, Peña Peña vivió días amargos, sobajado por Nahle cuando intervenía en reuniones del Partido de la Revolución Democrática. Pero luego se impuso.

Ya en Morena, se enfilaron al poder. Rocío Nahle pactaba con el priismo, en 2015, y así pudo alcanzar la diputación federal, allegarse el afecto de Andrés Manuel López Obrador, quien la convirtió en coordinadora de la bancada morenista en San Lázaro, más tarde senadora, secretaria de Energía y hoy candidata ilegal al gobierno de Veracruz por no cumplir con el requisito constitucional de ser nativa del estado o hija de padre o madre veracruzanos.

Indisoluble su lazo, cargan Nahle y Peña con el estigma de la corrupción. Rocío Nahle es la recaudadora del Peje López Obrador, acusó la ex diputada local, Eva Cadena Sandoval, luego de la difusión de los videos que captan la trampa en que cayó al recibir dinero de empresarios cercanos al hoy alcalde de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica, que financiaban las campañas de Morena.

A la par, José Luis Peña Peña es la bisagra de los contratos en Dos Bocas, el nexo con la familia Quintanilla, con Juan Carlos Fong Cortés. Y cercano a otros contratistas del morenismo como Emmanuel Peña Sánchez.

A sus amigos los acercó al poder. A Víctor Manuel Carranza Rosaldo lo convirtió en alcalde de Coatzacoalcos; a Miguel Pintos Guillén, secretario del ayuntamiento; a Leopoldo Suárez, secretario de Obras Públicas y Desarrollo Urbano.

Y con ellos llegaron las compañías especializadas en obra industrial en los complejos petroquímicos y se llevaron los mayores contratos otorgados por el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Una decena de empresas acaparó toda la obra pública, según observó el Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz.

Peña Peña es, hoy por hoy, pieza clave entre la nueva élite petrolera donde proliferan los compadres transas, compadrazgos inconfesables, el jugoso esquema de los contratos, las obras a los amigos.

Y es la conciencia de Rocío Nahle.

Pero, por encima de todo, es el marido incómodo, el que aspira a ejercer el poder desde las sombras.

ARCHIVO MUERTO

* A pesar Héctor Yunes Landa y otras rémoras, Pepe Yunes ya es candidato del PRI al gobierno de Veracruz 

* Con todo y desfalcos en la Secretaría de Salud, Ramos Alor apunta a ser candidato a diputado federal por Morena en Coatza 

* Enloquece la prensa al Pulpo Remes; dice que ya no hay violencia en Poza Rica y la violencia lo devora, y se engalla con los periodistas 

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