Jueves, 18 de abril de 2024
Mussio Cárdenas Arellano

Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com

 

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Hay un abismo entre Pepe y Héctor Yunes. Pepe desafió a Andrés Manuel, votó contra el Plan B, contra la militarización y contra la extensión de la Guardia Nacional en tareas de seguridad. Héctor sólo es el que dijo: “Javier Duarte es mi jefe político”.

Mira, pues, que no son iguales.

Pepe Yunes lideró una revuelta en la Cámara de Diputados, una intifada en la fracción tricolor, exigiendo congruencia frente a la contrarreforma eléctrica, aduciendo que aprobarla significaría una regresión. Y así, con su voz, generó el consenso hasta hacerla abortar.

Morena requería 14 votos priistas. Pepe Yunes se movió, alertando, esgrimiendo, documentando por qué la reforma de 2013 fue mejor, por qué tendría resultados a futuro, bajando costos, garantizando la calidad a partir del uso de energías alternativas. Y su discurso prendió.

De los 71 diputados federales del PRI, sólo uno, Carlos Miguel Aysa Damas, dio el bandazo, hincado ante Morena, arrastrado para no frustrar la embajada de su padre, Carlos Armando Aysa González, ex gobernador de Campeche, en República Dominicana.

No son iguales, pues.

José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla rechazó la línea, la cargada, el voto a ciegas que le diera a la Guardia Nacional cuatro años más en las calles, en tareas de seguridad, propuesta de Morena, del presidente López Obrador, que reafirma que la militarización sigue ahí.

Sólo Pepe y la diputada priista del Estado de México, Sue Ellen Bernal, refrendaron su condición de oposición real a Andrés Manuel. Y Pepe lo vivió. Y lo sintió. Y lo escuchó cuando su nombre fue coreado por las fracciones parlamentarias del PAN y PRD.

Pepe y Héctor no son iguales. Por supuesto que no.

Héctor Yunes Landa es producto duartista, antes instrumento de Fidel Herrera. Siendo líder del Congreso de Veracruz, operó reformas, aprobación de créditos, triquiñuelas y caprichos. Sirviendo al de Nopaltepec, fue un peón del que andaba en “la plenitud del pinche poder”.

En 2018, Héctor fue a las puertas de palacio de Gobierno. Tocó y volvió a tocar. Y de tanto joder las tuvieron que abrir.

Ofreció a Cuitláhuac García colaborar para bien de Veracruz. Las mejores ideas, la mejor intención. Mala memoria. Seguro habrá olvidado cuando en la campaña de 2016 sacudió a medio mundo revelando que el gobernador saliente, Javier Duarte, priista, le estaba poniendo recursos al proyecto de Morena.

Cuitláhuac, en cambio, no olvidó. Un apretón de manos, una foto y no lo volvieron a pelar.

Es ese Héctor Yunes, el de la frase que lo marcó para la eternidad: “Javier Duarte es mi jefe político”.

Por eso Pepe Yunes y Héctor Yunes no son iguales.

Uno es de una pieza; el otro es mil caras intentando engañar.

Tres encuestas ubican a Pepe Yunes en la cúspide del priismo hacia el gobierno de Veracruz y a Héctor Yunes Landa entre el montón.

La de Gobernarte Veracruz, correspondiente a septiembre, coloca al diputado federal oriundo de Perote con 26 por ciento de aprobación ciudadana; le sigue Juan Manuel Diez Francos, alcalde de Orizaba, con 18 puntos; Cirilo Vázquez Parissi, ex alcalde de Cosoleacaque, 13; Héctor Yunes en cuarta posición con 8 puntos, casi empatado con Lorena Piñón, 7, y en el fondo la diputada local Anilú Ingram Vallines, 2 por ciento.

La medición de Gobernarte sitúa a Yunes Zorrilla por encima de los panistas Julen Rementería, senador por Veracruz, con 25 por ciento; el ex alcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, 23; ex alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, 16; actual presidenta municipal de Veracruz, Patricia Lobeira Rodríguez, 13; diputada federal, Maryjose Gamboa Torales, 4, y senadora Indira Rosales San Román, 2.

En el top 10, Pepe Yunes Zorrilla es quien mayor pelea le da a la morenista Rocío Nahle García. Pepe con una preferencia ciudadana de 26 por ciento contra 30 puntos de la zacatecana.

A nivel de alianzas, la de Morena-Partido del Trabajo-Partido Verde Ecologista de México aventaja con 44 por ciento; PRI-PAN-PRD, 33; Movimiento Ciudadano, 4: otro, 9 por ciento, y por ninguna opción, 10 por ciento.

Otra encuesta, Destino 24 Veracruz, de CE Research, correspondiente a agosto, le da ventaja a Pepe Yunes sobre otros priistas.

En la medición alcanza 32 por ciento; Héctor Yunes, 14; Cirilo Vázquez Parissi, 12; Juan Manuel Diez Francos, 11; Lorena Piñón, 6, y Anilú Ingram Vallines, 5.

El panista mejor situado es Miguel Ángel Yunes Márquez, 24 por ciento; Julen Rementería, 21; Fernando Yunes Márquez, 19; Patricia Lobeira Rodríguez, 7; Maryjose Gamboa Torales, 5, y el diputado local, Enrique Cambranis Torres, 4.

Para el bloque obradorista la percepción favorable es de 44 por ciento; alianza PRI-PAN-PRD, 31, y Movimiento Ciudadano, 4; el resto son indecisos.

Tercera encuesta: Rubrum. 18 de septiembre. Pepe Yunes, 34 por ciento; Cirilo Vázquez, 18; Héctor Yunes, 17, y Lorena Piñón, 10.

Sólo el panista Julen Rementería le da batería al de Perote. Julen tiene una percepción ciudadana de 32 por ciento; Fernando Yunes, 24.5; Patricia Lobeira, 16.8; Joaquín Guzmán Avilés, 9.2, y Maryjose Gamboa, 9.

Frente a frente, el bloque Morena-PT-Partido Verde supera a la alianza PRI-PAN-PRD. Para el obradorismo hay una percepción favorable del 48.3 por ciento, mientras que para el Frente Amplio, 30.9, y para Movimiento Ciudadano, 4.5. Así, llanamente, 18 puntos de ventaja a ocho meses de la elección.

Aún con la estridencia, el rechazo entre el morenismo, mantas en los puentes y descalificaciones, auténtico fuego amigo Rocío Nahle García, secretaria de Energía, concentra la mayor intención de voto con 39.9 por ciento. Y su mayor contrincante es Pepe Yunes Zorrilla.

Y fuera de los azules, del senador Rementería y Fernando y Miguel Ángel Yunes Márquez, los números, que son fríos y contundentes, reflejan una tendencia hacia el diputado Pepe Yunes.

El otro Yunes rojo, Héctor, es sólo alharaca de Tiktok, bravatas de quinta en las que increpa a Cuitláhuac García, zarandajas que el gobernador no escucha, aspavientos que el gober no ve.

O figura decorativa en anuncios espectaculares que nadie voltea a ver, así inunde con su rostro y sus frases trilladas, sabidas y sobadas todo Veracruz.

No son iguales. Pepe Yunes tuvo los cojones para alzar la voz en el Congreso, encabezar la intifada, la revuelta en el seno de su fracción, repudiar la contrarreforma eléctrica, rechazar la extensión de la Guardia Nacional en las calles por cuatro años más, y el Plan B electoral. 

A Héctor Yunes sólo se le recordará por decir que “Javier Duarte es mi jefe político” y por intentar ponerse a las órdenes del bailarín de salsa, Cuitláhuac, el bohemio que con el hígado desgobierna a Veracruz.

Hay, pues, un abismo entre los dos.

Archivo muerto

Welcome, señora Nahle; Xalapa la desprecia. Welcome al infierno de Morena. Amanece y las mantas cuelgan en los puentes, y en las paredes hay condenas, y rechazo y repudio a la zacatecana que intenta asaltar el gobierno de Veracruz. “No a la zacatecana. Fuera Nahle”, dice una. “Veracruz para los veracruzanos”, reza una pinta en una barda. Y así el show de los que transforman la quietud en estridencia y la bonanza en fango. Welcome, señora Nahle.

El infierno político de Morena apenas se enciende. Y horas después, la noche del jueves 28, la secretaria de Energía usa el puño. Se atasca los votos de los consejeros morenistas, los que controla Cuitláhuac García, los que le allega al truhán del Congreso, Juan Javier Gómez Cazarín, los de los fieles, porque Nahle huele a hueso político y la recua la sigue, y la piara intuye quién les dará de comer. Avasalla Norma Rocío Nahle García en la elección de los aspirantes a coordinador de los comités de la cuarta putrefacción, o sea de la candidatura a gobernador de Veracruz.

Se lleva 123 votos; Zenyazen Escobar, el striper, 96; Eric Cisneros, el rufián, 67; la diputada por Xalapa, Claudia Tello, 56; Manuel Huerta, ex delegado de Bienestar, 19; Sergio Gutiérrez Luna, el diputado OVNI, 1, y al fondo de la tabla, extraviada en la realidad, Mónica Robles Barajas, emisaria del Clan de la Succión, con un sólo voto, que así habrá de entender que no es lo mismo ganarse una candidatura con votos que con arreglos en las sombras y en la oscuridad. Ha noqueado la señora Nahle a los suyos. Los ha humillado.

Se llevó los votos, los sueños, las ilusiones, los delirios y hasta las alucinaciones. No les ha pegado con clase. Se valió de la maquinaria oficial, la broza, los piojos y las pulgas, los zorros y los mapaches que ven en la oriunda de Río Grande, Zacatecas, el hueso que hay que roer. Desechó a Manuel Huerta, su ex operador, que trae a los Siervos de la Nación y los programas sociales. Desechó a Sergio Gutierritos Luna, el diputado alien, que trae pacto con los petroleros y nada más. Desechó a Mónica Robles, su antigua comadre, que no trae nada como no sean los recuerdos de cuando tildó a los empleados del Congreso de autistas, el sainete con Sonia Morales tapando la cámara porque sentía que las preguntas eran violentas —otra Sheinbaum— o el día que en la Sala de Cabildos de Coatzacoalcos una protesta airada le reventó la promoción de sus reformas al Código Civil. Nahle será candidata de Morena al gobierno de Veracruz. Entonces no serán mantas. Será desprecio. Será repudio. Será reclamo por el daño causado al país. Welcome a Veracruz, señora Nahle. Welcome al infierno de Morena… No deja de arder Nanchital. Apostados en el camino de tierra, decenas de nanchitecos han de impedir el paso de los camiones con basura de Minatitlán, Coatzacoalcos y Cosoleacaque hacia el Rancho 34 o Casa Caracol, el que pretenden imponer como relleno sanitario regional. Y si les lanzan a la policía, aguantarán la represión. Y si hay que ir a la cárcel, irán a prisión. Llegó el día.

Este 30 de septiembre, según la alcaldesa de Minatitlán, Carmen Medel Palma, se dejará de usar el basurero de Las Matas y comenzaría a depositarse en predio de Nanchital. Y entonces los nanchitecos bloquearon el acceso. Todo el día permanecieron sobre el camino y ya por la noche ocurrió un incidente. Impidieron a Roque Gabriel Ávalos Chao, copropietario del predio, abandonar el sitio. Y lo llenaron de improperios, gritos de traidor, mentadas y no precisamente de menta. Así la radicalización. Cuando los vieron marchar, los desdeñaron. Son 200 personas, no miles, expresó el gobernador Cuitláhuac García. Y encendió a la gente. Entonces marcharon 6 mil, y luego 10 mil, y reventaron el Grito de Independencia, y le armaron un borlote al presidente Andrés Manuel López Obrador cuando concluía su recorrido en el Tren Transístmico, a las puertas de Ferrosur, en Coatzacoalcos, el domingo 17. Hay quien dijo que el movimiento no iba a aguantar y ya se radicalizó… Xóchitl capoteando el vendaval y en Coatzacoalcos el Frente Amplio infiltrado por Morena.

Priistas, panistas y perredistas, y hasta los “sin partido”, los ínclitos defensores de la democracia, según pregonan, recibiendo favores de la runfla que hoy financia a las huestes del obradorato. Xóchitl Gálvez recibiendo tunda, que si por el plagio del informe que acompañó a sus proyectos de edificio verde inteligente, que si por la Casa Roja en que habita, que si porque a Andrés Manuel López Obrador se le puso que no la dejará avanzar hacia la Presidencia de México, y acá, en Coatzacoalcos algunos de los preclaros priistas, panistas y perredistas andan de manita sudada con los aliados de Rocío Nahle y Amado Cruz Malpica, sacándole jugo a la supuesta condición de opositores. El Frente Amplio en Coatzacoalcos ya fue infiltrado y a Xóchitl Gálvez nadie le pasó el informe de lo que hacen sus huestes… 

Al Shory Ordaz se le va a recordar como el cronista urbano. Petrolero de toda la vida, Víctor Paulino Ordaz Hernández solía relatar, escribir y recrear la vida del Coatzacoalcos antiguo. Citaba anécdotas, historias de familia, aquello que fue dando vida a la ciudad que se convirtió el punto central de la petroquímica nacional. Shory Ordaz buscaba y hallaba espacios en la prensa regional.

Nutría así la memoria histórica de Coatzacoalcos y su pueblo. Condensó sus crónicas en su columna Observatorio, en Andanzas Porteñas y en libros que sirven de punto de referencia a nuevas generaciones, y ganó el reconocimiento de todos sin que nadie le regateara el estatus de cronista urbano, aunque no haya sido el cronista oficial.

Su nombre se inscribe con el don Ramón Figuerola Ruiz, don Desiderio Cadenas Granados, la inolvidable maestra Julia Chong, el doctor José Lemarroy Carrión, el inmenso Ignacio Ordóñez Rodríguez y muchos otros que se fueron pero que nunca se les dejará de recordar por haber descrito con sus crónicas y relatos los orígenes y la construcción del Coatzacoalcos de hoy. Don Víctor Paulino Ordaz Hernández fue miembro de una familia que ha dejado huella —don Camilo Ordaz Chiñas, un defensor de los derechos laborales del gremio petrolero, y sus hermanos Camilo, médico que falleciera en el avionazo de Cerro del Mesón, en Poza Rica, durante la campaña presidencial de Luis Echeverría Álvarez; Leonel, catedrático universitario en Coatzacoalcos, y Carlos, abogado laboral con gran reconocimiento en la Ciudad de México—. Fallecido este miércoles 20, Shory Ordaz será recordado por sus aportes a la historia de Coatzacoalcos…

Adentro, muy en sus adentros, Rocío Nahle siente el asedio de sus crías, el filo de los puñales, el reacomodo de los aliados que ven la judicialización de su candidatura y el fracaso por ser nativa de Zacatecas y pretender gobernar Veracruz.

Muy en sus adentros, ha de saber que Zenyazen Escobar no la acuerpa; la sigue y la presiona, conociendo que incumple el requisito central, por no ser veracruzana por nacimiento o por no ser hija de veracruzano o veracruzano y se acoge a la residencia efectiva de cinco años

Siente la daga de Mónica Robles, su sombra, un fantasma, emisaria del Clan de la Succión, que aún lidia con el desdén de la zacatecana que hace cinco años, en 2018, la vetó para ser senadora suplente de Morena por su pasado priista, por el cobijo de Fidel Herrera y hasta por un pacto de no agresión con el panista Miguel Ángel Yunes Linares con el que el padre, José Pablo Robles Martínez, intentó cobrar los 25 millones de pesos que Javier Duarte, aliado de los depredadores del Istmo, les quedó a deber.

Mordida por unos, intrigada por otros, Nahle tiene un enemigo frontal, Sergio Gutiérrez Luna, diputado federal morenista, políticamente hueco, sin estructuras electorales, tan falto de arraigo que ni en su pueblo, Minatitlán, le ven trazas de gobernador.

Nahle carga en la conciencia la traición a Manuel Huerta Ladrón de Guevara, viejo perredista, operador de su campaña a diputada federal por Coatzacoalcos, en 2015, el que reagrupó a las fuerzas de Gloria Rasgado Corsi, némesis de Nahle, su acérrima enemiga, con las que tuvo que apuntalar a un sector del priismo, el marcelismo, que le allegó votos porque por sí sola la zacatecana no gana ninguna elección. 

Y le quita el sueño el más desleal, su engendro, Eric Cisneros Burgos, el siniestro Bola 8 que mandó al diablo al propio Andrés Manuel López Obrador cuando lo instó a dejar de promoverse para gobernador o renunciar a la Secretaría de Gobierno. Si Bola 8 abriera la boca, si contara tantos y tantos atropellos a la ley, y quién los urdió, Rocío Nahle no tendría cara para contender.

Todos fingen que la aman y todos la quieren descarrilar.

Todos son nacidos en Veracruz o hijos de veracruzano, menos Rocío Nahle.

Todos cumplen con el requisito constitucional; Norma Rocío Nahle García, no.

Pareciera la favorita del mesías pero, en el tablero político, es la más frágil.

Los cuervos de Veracruz apuestan a la judicialización de la candidatura de Rocío Nahle. Y vendrán decenas de impugnaciones y alegatos en órganos electorales y la resolución en tribunales. El punto crucial será si cumple con el requisito constitucional: ser veracruzana o no. Y que no se cuelgue de los cinco años de residencia efectiva porque eso no invalida el precepto legal.

Será una guerra con daños directos y colaterales. Será fuego amigo y gozo entre el enemigo. Y el crujir de dientes y el llanto en la soledad.

La judicialización de la candidatura de la secretaria de Energía equivale a una implosión en Morena. Reventarán por dentro. Exhibirán el agandalle de Rocío Nahle y el canibalismo de los contendientes, los amores simulados y los odios a flor de piel.

Entre los cuervos de Veracruz destaca Sergio Gutiérrez Luna, alias Gutierritos, diestro en derecho electoral. Su experiencia se da en las trifulcas en el Instituto Nacional Electoral cuando Morena comenzaba a ascender.

Gutierritos no orbita en torno a Claudia Sheinbaum, virtual candidata presidencial. No fue de Ebrard ni de Monreal. Fue el único alfil del ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, entre los aspirantes al gobierno de Veracruz.

Gutierritos le tiene cantada la judicialización de la candidatura a Rocío Nahle. Lo ha pregonado. Atacará su origen, ser oriunda de Zacatecas, no tener padres veracruzanos, incumplir el requisito constitucional.

Habrá decenas de impugnaciones, de morenistas y no morenistas, los que sufrieron los aceleres de Rocío Nahle, el atropello a sus aspiraciones, la imposición de candidatos, el encumbramiento de ladrones que hicieron de ayuntamientos y gobiernos un auténtico botín.

Aflorarán las tretas de la secretaria, su altanería, la intransigencia, su corrientez. Nahle es un lastre. No suma resta. Nahle fracciona al morenismo, lo divide, atiza disputas.

Morena sufrirá un desgaste interno y todo porque la zacatecana no quiso —y no podría— gobernar Zacatecas y se le puso que gobernaría Veracruz.

Los cuervos también traicionan. Cuitláhuac García, el bailarín que desgobierna a Veracruz, congregó en mayo a sus alfiles. Acordó no ir ya con Rocío Nahle e impulsar al secretario de Educación estatal, Zenyazen Escobar García, un striper con el mote de Tarzan Boy que en sus años mozos divertía a las damas de la mejor sociedad.

Filtrado a los medios de comunicación, viralizado en las redes sociales, aquel cónclave y la reordenación de la candidatura movió a Rocío Nahle a reencontrarse y ceder. Nahle iría para la gubernatura y Zenyazen para la senaduría por Morena. Y luego vinieron las fotos y la faramalla vociferando que eso, todos sonriendo a la cámara, era muestra de poder.

Abierto el registro de aspirantes a “coordinador de los comités para la transformación”, o sea la precandidatura al gobierno de Veracruz, Morena comienza a arder. Se apuntaron Zenyazen, Gutierritos, el delegado de Bienestar federal, Manuel Huerta; Eric Cisneros; la ex diputada priista y ex diputada morenista, Mónica Robles Barajas, de la cuadra duartista, y peces de menor nivel.

Al registro de aspirantes seguirá la decisión del consejo estatal de Morena sobre quiénes irán a la encuesta. De ahí saldrá el candidato o candidata al gobierno de Veracruz. El resto se acomodará en posiciones hacia el Senado, diputaciones federales y locales. La fiesta de la simulación.

Pero el incendio avanza hacia Rocío Nahle. Si la judicialización complica su candidatura, tendrá que concertar. Cederá candidaturas al Senado, quizá Gutierritos en lugar de Zenyazen, o Manuel Huerta y Eric Cisneros; la de mujer para Mónica Robles con tantos negativos que aseguraría un descalabro electoral, o la diputada Claudia Tello, Citlali Navarro, Irene Navarrete.

Nahle camina en la cuerda floja. Y al final la cuerda se incendia. No sólo no acredita ser veracruzana, en términos del artículo 11 de la Constitución Política del Estado de Veracruz que habla de los nacidos en el territorio o ser hijos de padre o madre veracruzanos así haya nacido fuera de la entidad, sino que incumple el artículo 43 para aspirar a ser gobernador, que exige ser “veracruzano en pleno ejercicio de sus derechos”.

Nahle esgrime los 30 años de residencia en Veracruz. Eso acredita vecindad y la vecindad no es el requisito que exige la Constitución local para contender por la gubernatura.

Nahle intentó parchar la Constitución de Veracruz en dos ocasiones. Una, a cargo de su esbirro legislativo, hoy peón en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica; la otra, a manos de la diputada local por Cosoleacaque, Magaly Armenta. Era la Ley Nahle con la que   un oriundo de otra entidad pudiera ser veracruzano sólo por tener hijos nacidos en Veracruz.

La primera fue a la congeladora. La segunda pasó. Se aplicó el mayoriteo. Pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación anuló parcialmente la trastada. El origen se da padres a hijos, no al revés. Pero dejó abierto el resquicio de la residencia de cinco años en términos del artículo 116 de la Constitución General de la República.

Sergio Gutiérrez Luna sabe que mientras la Constitución política de Veracruz no se reforme, sólo los veracruzanos por nacimiento pueden aspirar a gobernar.

El vodevil es de antología. Los depredadores de la nación luchando a mordidas y navajazos.

Nahle los crió y ahora los cuervos de Veracruz la comienzan a devorar.

Archivo muerto

Candil de la calle, podredumbre de su casa. Qué aleccionador es oír las condenas de Marlon Ramírez a la corrupción. Miles de millones de pesos desviados en el gobierno de Cuitláhuac García. O la trama de los empleados que son contratistas, llámese Araly Rodríguez Vez. O los contratos millonarios a jóvenes beneficiarios de programas sociales que no rebasan los 20 años de edad. Un pozo de estiércol en que se convirtió, entre otras, la Secretaría de Salud. Y 17 dependencias más saqueando a placer. Los 40 ladrones del célebre Alí Babá debieron tomar un curso intensivo en la Cuarta Transformación.

Sólo qué… Marlon Ramírez, líder aún del PRI en Veracruz, hace lo mismo, obviamente con menos millones, con los suyos. Cinco quincenas sin liquidarle a dirigentes y empleados del tricolor. Como Cuitláhuac, destina las prebendas para su círculo cercano —Arianna, Kuri, Anilú— y sus corifeos. Muy loable la expedición de Marlon al centro del drenaje, hallando casi mil 600 millones de pesos con tintes de corrupción. Muy audaz zambullirse en el mugrero de la Cuarta Putrefacción, siguiendo el rastro de las ratas, hallando el modus operandi y el modus robandi, documentando la uña inmensa del gobernador y su grupo delincuencial, la falsa honestidad, la profunda simulación.

Pero candil de la calle es oscuridad de su casa. Marlon Ramírez nada dijo cuando vio hacer lo mismo a Javier Duarte, el pillastre que saqueó el gobierno de Veracruz. Hubo empresas fantasma y Marlon calló. Hubo robo de participaciones federales a municipios y Marlon calló. Hubo una licuadora que concentró recursos federales para luego dispersarlos y no saberse su destino al tiempo que Javier Duarte presumía un yate, cuatro penthouse en Boca del Río, un rancho con cuadras de caballos en Valle de Bravo, y los testimonios de los cómplices, registrados en las pesquisas de la entonces Procuraduría General de la República dando cuenta del torrente de efectivo en empresas y firmas fantasma, en México y Estados Unidos, y Marlon ni se inmutó. Candil de la calle, putrefacción del PRI… Junior predilecto, Farid Lamarque Rosas gusta del trago y los finales violentos.

Gusta de amigos y novias de sus amigos que arman trifulca, lanzan botella, hieren rostros y huyen del antro, no como si fuera película violenta sino como la realidad violenta que les gusta protagonizar. Farid Yael Lamarque es el nieto incómodo y consentido de Esmeralda Mora Zamudio, la comadre política de Rocío Nahle, la cuasi candidata de Morena al gobierno de Veracruz, la jefa de la banda siniestra. Farid es el nieto de la alcaldesa de Nanchital.

Aquella noche del viernes 22, en el antro Agua Mala, hubo violencia innecesaria. Una versión —la de Gerardo Enríquez Aburto— refiere que Darina Cruz, media naranja del susodicho Farid Lamarque, se puso histérica cuando una vecina de mesa, asediada por el nieto de doña Esme, le pasó el dato y le pidió que le pusiera bozal. Darina la emprendió, no contra el intrépido Romeo sino contra la víctima del asedio. Y de ahí volaron las mentadas, los reclamos y, como debe ser, las botellas. Una de ellas se estampó en el rostro de otra damita que nada tenía que ver. La otra versión —la de Víctor Nazariego Ortiz— dice que el zafarrancho lo armó Karla Michelle Olea Cid, tesorera municipal de Nanchital, novia de César Ortega, el mejor amigo de Farid Lamarque; Karla Michelle es pieza clave en el manejo de los dineros y le imputan también que en los negocios de Farid que, vía prestanombres, realiza con el erario de Nanchital. De acuerdo con videos subidos a las redes sociales, la fuga fue al estilo Tarantino: una damita fuera de control, una camioneta conducida en sentido contrario sobre uno de los carriles del malecón de Coatzacoalcos, la exquisita dama trepada a la fuerza, los vecinos de farra arrojándoles vasos con licor y la unidad motora intentando arrollarlos hasta emprender la huida. No es un borrachazo más.

Es el retrato de un junior y su banda ejerciendo el poder en las cantinas. Es la imagen de Farid Lamarque Rosas, el nieto incómodo de la alcaldesa de Nanchital, Esmeralda Mora Zamudio, en plan destroyer. Es Farid Yael, aquel mozalbete sorprendido y aprehendido con una camioneta con reporte de robo, remitido a la Fiscalía en Nanchital, por el que la abuelita metió las manos hasta lograr su liberación. Reza la conseja pública: deja impune al malhechor y su mundo será la delincuencia.

Peor cuando la madrina política es Rocío Nahle. Con esa pandilla piensa gobernar Veracruz… A Gersaín Hidalgo, ni el PVEM ni la diputación federal. Vetado por Javier Herrera Borunda; por su padre, el ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, y por Rocío Nahle, el líder real del Sindicato Único de Empleados Municipales (SUEM) dejó de tener futuro político. Intentó apoderarse del Partido Verde, tomar el control del comité municipal, colocar su estructura política y financiarlo y los dueños del Verde no lo dejaron pasar. Palabras más, palabras menos, sentenciaron que el PVEM era —y es— para Isaac Férez Esparza, así cargue un historial de señalamientos, cinco acusaciones en el Me Too sexual de la Universidad Anáhuac.

Esa, sin embargo, es historia aparte y explosiva. Gersaín Hidalgo, que fuera peón de los Chagra, el corre, ve y dile de Mili, hoy está en la desgracia, viendo cómo la nave naufraga. Año y medio arrastrado ante el alcalde Amado Cruz Malpica, pisoteando la historia combativa del SUEM, y al final Morena lo repudia. Rocío Nahle le cobra el asedio a Víctor Manuel Carranza Rosaldo, primer alcalde morenista que la zacatecana impuso en Coatzacoalcos, un cero a la izquierda, un marrullero que permitió hasta la falsificación de un acta de cabildo. Nahle le cobró las manifestaciones, bloqueo al Túnel Sumergido, cierre de los accesos a Coatzacoalcos y hasta la baladronada de quemar el palacio municipal. Gersaín se le arrastró a Amado Cruz Malpica, prestándose a joder los derechos de sus agremiados, suponiendo que así se ganaba el derecho a ser candidato del PVEM a diputado federal. Se ve que Gersaín Hidalgo no conoce a la secretaria de Energía. Lo usó, se burló y lo desechó. Su futuro y su suerte ya la decidió Rocío Nahle. Y no pinta bien. Mejor dicho, pinta muy mal… 

Cuitláhuac reta al pueblo de Nanchital

Lunes, 25 Septiembre 2023 10:49

Vulgar embustero, Cuitláhuac no tiene cómo encarar la revuelta social en Nanchital, el repudio al relleno sanitario de Andrés Manuel, a los miles de mujeres y hombres en las calles, la repulsa, las mentadas y los votos que Morena no tendrá en la próxima elección.

Da palos de ciego intentando acomodar la coartada, construir el guión que explique por qué un proyecto tan noble, tan ecológico, tan de avanzada, colocando nada más 900 toneladas diarias de basura, provenientes de tres municipios, puso fuera de sí a miles de habitantes de Nanchital.

La culpa, según Cuitláhuac García, no es de Esmeralda Mora, la alcaldesa que no operó políticamente ni logró acuerdos.

La culpa, según el gobernador, no es de Semarnat ni Sedema, que nunca explicaron el proyecto.

La culpa, según el gañán, es de la regidora priista Virginia Bartolo Lagunes, porque tiene conflicto con la presidenta municipal.

Dicho así, la tesis de Cuitláhuac es un tiro en el pie. Si Virginia Bartolo, ella sola, posee la capacidad de movilizar 10 mil personas, jóvenes y adultos en su mayoría, tiene asegurado el triunfo del Frente Amplio por México en 2024.

Si Virginia Bartolo descompone la ceremonia del Grito, azuza a la gente, y las fuerzas vivas lanzan lo que hoy es su himno —“No al relleno”— y llevan bambalinas y le revientan la fiesta a la presidenta municipal, entonces Morena ya aseguró la derrota en 2024.

Si Virginia Bartolo pudo armar la revuelta, en las calles de Nanchital, primero, en el parque Benito Juárez, el día del Grito de Independencia, y en Coatzacoalcos, a las puertas de la ferroviaria Ferromex, y ahí esperaron a Andrés Manuel y lo asediaron, le manotearon, gritando, acorralándolo, luchando contra su guardia pretoriana, disfrazada de Ayudantía, entonces el poder lo detenta la priista, no la alcaldesa, no Morena, no los líderes petroleros, porque ninguno tiene esa capacidad de movilización.

Una mujer, Virginia Bartolo Lagunes, según la coartada del gobernador, movió a un pueblo y puso en aprietos a López Obrador. Entonces, Morena y Cuitláhuac y Rocío Nahle y Eric Cisneros y todo el aparato de poder, será arrasado en Nanchital en 2024.

Así funciona la mente del gobernador. Razona en corto. Discurre en corto. Procesa en corto. Todo en diminuto. Todo en microscópico. Todo tan elemental.

Cuitláhuac es un remedo, a escala, a la mínima escala, de Andrés Manuel. Imita los cuentos y las cuentas, las falacias, las mentiras, la exculpación; responsabiliza al pasado, presume el presente hueco, sin resultados; dice exorcizar la corrupción aunque la corrupción siga ahí y crezca y lo avasalle y lo sepulte, y aunque el mesías y su peón vivan en el lodo y apesten a fango, vuelven a decir que ellos no son iguales, aunque sean infinitamente peores.

Cuitláhuac es, además, amnésico. Un día acusa en un sentido y al día siguiente va en contrasentido. Bueno, ahí también está tan jodido como López Obrador.

Su inquina contra la regidora Virginia Bartolo se volvió obsesiva. Creyó encontrar una culpable a la revuelta de Nanchital y lo que halló fue una chapucería.

Le imputó, por ejemplo, que Virginia Bartolo no mencionó que Nanchital tenía un basurero a cielo abierto y en un segundo video se ve al desgobernador apuntando que la priista sí lo había dicho mientras colocaba la lona del repudio al relleno sanitario en el balcón central del palacio municipal.

Hay otro video en que Cuitláhuac trasluce rabia, aduciendo que la regidora Virginia Bartolo carecía de argumentos, que sus razones no tienen validez. La regidora fue enfática: la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal pretendió darle atole con el dedo a los nanchitenses, realizar ferias y foros sobre medio ambiente para simular que habían enterado a la población sobre la instalación del relleno sanitario.

La ira de Cuitláhuac García es de risa. Fuera de sí, observa cómo Virginia Bartolo, hablando entre los manifestantes, le pide a la alcaldesa Esmeralda Mora, comadre política de la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, que baje del nicho, que deje la presidencia municipal, que se digne dialogar con el pueblo.

Y entonces el desgober se mete el pie. Al darle a Virginia Bartolo Lagunes la autoría de la revuelta, la categoriza como la mujer con más capacidad de movilización en Nanchital.

La revuelta tiene líderes. René Valdés es uno. Es un dirigente opositor, disidente petrolero, activista y con arraigo social. Es la verdadera cabeza de la revuelta contra el relleno sanitario.

Elda Luz Palma es otra figura. Cargada a la izquierda, “Lulú” Palma, como se le conoce, hace más de 30 años formó parte de un grupo que enfrentó al líder petrolero Francisco Javier “Chico” Balderas Gutiérrez. 

Un día se encontraron en el aeropuerto de Canticas. Esperaban la llegada del entonces gobernador, Fernando Gutiérrez Barrios. Se vieron. Se dijeron sus verdades. Hubo golpes. Una trifulca. Lulú Palma encarando al líder y el líder acuerpado por decenas de petroleros. 

Marcela Cruz Montalvo, mujer de 75 años, anima las protestas contra el relleno sanitario. Expresa su rechazo, su repudio. Lleva en las manos un sartén y una paleta de madera. Las hace sonar. Camina entre la gente; se para frente a los que exhiben las bambalinas con el himno del “No al relleno”, y armó el escándalo a unos metros de la ventanilla de la camioneta en que el domingo 17 se hallaba Andrés Manuel López Obrador.

Pero el reto a Nanchital sigue. El relleno sanitario no está a debate, cree el desgobernador. Va porque va. Es, pues, una imposición. Y es, pues, una repulsa social, una revuelta social, que va a continuar.

El miércoles 20, en Coatzacoalcos, no en Nanchital, Semarnat presentó en conferencia de prensa el proyecto Casa Caracol, el relleno sanitario y las obras deportivas y de preservación ecológica que se programan en el Rancho 34, propiedad del ex síndico Fermín Ávalos Chao y sus hermanos, beneficiarios del proyecto.

Es un predio de 31 hectáreas, 26 de las cuales serán usadas para depositar las 900 toneladas diarias de basura provenientes de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque.

Semarnat reveló que la alcaldesa Esmeralda Mora Zamudio conoció el proyecto hace un año. Sabía que el gobierno federal lo iba a implantar. La alcaldesa, pues, mintió.

El domingo 17, minutos después del reclamo a López Obrador, Esmeralda Mora sostuvo que desconocía el proyecto, que escuchó cuando el presidente en su conferencia mañanera lo dio a conocer pero que ni Semarnat ni Sedema se habían acercado a darle detalles.

Esmeralda Mora miente. El 14 de septiembre, en sesión extraordinaria de cabildo, se trató el tema de la separación de la basura. Ahí se abordó el proyecto de relleno sanitario. Lo aprobaron Esmeralda Mora y los regidores Elvis Ventura y Rosa Alemán. Los votos en contra fueron los del síndico morenista Félix Olarte Ferral y la regidora priista Virginia Bartolo Lagunes.

El proyecto es más lengua que realidad. Hay evidencia de que el terreno aún no ha sido adquirido por el gobierno federal. Y si en dos meses no se cierra la operación, el proyecto se cancela.

Es un reto, una afrenta al pueblo de Nanchital. Todos quieren un relleno sanitario municipal para resolver su problema de basura, no un relleno sanitario regional. Si Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque disponen de más espacio territorial, por qué llevar sus desechos a un municipio con menor geografía, previa consulta a la sociedad, como marca la ley.

El reto sigue y la revuelta también.

Archivo muerto

Ahued no será el Ebrard de Veracruz. Sabe que habrá centralazo, que Rocío Nahle será la candidata, que la encuesta es una pantomima y que 2024 será para Morena matar o morir. Más relajado, Ricardo Ahued Bardahuil se queda en sus tareas de alcalde de Xalapa, bien clasificado en el ranking nacional de presidentes municipales, lidiando con la obra pública, con los que la aplauden y los que acusan falta de planeación. Ahued no es de los que alientan sueños ni nutren quimeras. Hace tiempo dijo que si sabían contar, no contarán con él para la gubernatura de Veracruz. Y lo vuelve a decir.

No será el Ebrard que apriete la tuerca para terminar avasallado por las hordas rabiosas cuya motivación es que con Nahle todo siga igual o peor. Ahued salvó a Morena en Xalapa cuando el caos dejado por Hipólito Rodríguez presagiaba tormenta. Ahued le dio a Morena un triunfo vital. Ahued tenía medido el terreno. Frente a un PRI ladrón y un PAN jodido, sabía que iba a ganar, y ganó. Pero hoy no es el Ebrard jarocho. No se mete entre las patas de Nahle. No se cruza en las vías del tren del bienestar. Las encuestas que sólo sirven para la simulación, le sirven a una simuladora de profesión. El patiño de Rocío Nahle es el striper Zenyazen Escobar.

Se inscribe en la contienda interna de Morena sólo para que le abran camino al Senado. O sea, del “chipandeil” a la Secretaría de Educación de Veracruz y de ahí a la Cámara Alta del Congreso federal. Ahued, por su parte, se queda en Xalapa viendo si los negativos de Rocío Nahle —ser zacatecana en tierra jarocha; haber fracasado con la refinería que no refina, y llevar como equipo político a la banda de Cuitláhuac García, que lo mismo roba que encarcela inocentes— la dejan llegar al gobierno de Veracruz. En serio que esta pandilla no merece Veracruz; merecen ir al penal de Pacho Viejo… Son tres los muertos en Coatzacoalcos.

Aquí había citado, en columna anterior, el homicidio doloso de “El Peluquero” en la colonia Sector Popular; el ejecutado en Ciudad Olmeca, y el secuestro y muerte de Christian Alberto “N”. Corrijo: el ejecutado en Ciudad Olmeca fue Christian Alberto, hallado en una bolsa de plástico con cinta industrial en el rostro. Hasta entonces eran dos casos, pero ocurrió un hecho más. El viernes 15 arrojaron un cuerpo desmembrado, embolsado, sobre el malecón costero de Coatzacoalcos, casi en la entrada del parque Playa Sol. El mensaje hallado junto al occiso es una acusación gravísima. Los autores del crimen refieren que Christian Alberto “N” fue secuestrado por elementos de la Policía Estatal, que se pagó el rescate y aún así lo privaron de la vida.

A eso, aquí y en cualquier lugar, se le denomina “policía criminal”. Y un día después se difundió un video en que un joven era interrogado y revelaba que los autores del plagio y muerte de Christian Alberto fueron policías estatales. Ese joven del video fue el que apareció desmembrado en la banqueta del parque infantil de Playa Sol. En el caso de “El Peluquero”, hubo otro mensaje: eso les va a ocurrir a aquellos que vendan droga de la SSP. O sea, elementos de Seguridad Pública de Veracruz son narcomenudistas.

Y los cárteles, una vez que detectan los puntos de venta y a los que trafican la droga de la SSP, los ejecutan. Decía el gobernador Cuitláhuac García que ya no había secuestros en Coatzacoalcos. Falso. Ahora los secuestros son los que comente la Policía Estatal y terminan en muerte… Paty Sister llegó con las manos atadas y los grilletes en los tobillos. Paty Sister no tiene la misión de limpiar Obras Públicas Municipales sino de salvaguardar la corrupción, mantener los privilegios; que los enredos de Arturo Delgadillo, su antecesor, no sean vulnerados. Patricia Ramona Sister ve desde la Dirección General de Obras Públicas a contratistas realizando obra. Los ve ganar millones de pesos. Los ve avanzar en sus tareas. Y también ve que su personal, los obreros, los que quiebran las losas y apisonan la arena, los que tienden las estructuras metálicas, los que vacían la mezcla y le dan forma a reparaciones en calles y banquetas, son empleados municipales, adscritos, faltaba más, a la nómina del ayuntamiento de Coatzacoalcos. La ratería es de antología.

Los constructores —ya identificados, grabados en plena faena— no invierten en personal; usan como peones a empleados del ayuntamiento, ahorrándose el salario. Ocurre en las narices de Paty Sister y el que está enterado de todo, como debe ser, es el alcalde de membrete, Amado Cruz Malpica. Cuando los videos se difundan, a ver en qué árbol se van a chillar… Hace 36 años debió jubilarse. Pero no. El poder marea, ciega, aturde. El poder es adictivo. Y si Ramón Hernández Toledo hubiera pasado a retiro en Pemex al alcanzar sus 30 años de petrolero, no habría cumplido su sueño de ser líder de la Sección 11. Su pecho no es bodega; su cuerpo sí. Y ahí acumula y concentra las decisiones, las ocurrencias, los tinos y desatinos, sosteniendo a una organización que es vital en la marcha de la industria petroquímica en el sur de Veracruz. Sostiene Hernández Toledo a una Sección 11 que recibió en crisis, con una deuda impagable, la quiebra en el horizonte, la amenaza de embargo, sin rumbo desde que Francisco Javier “Chico” Balderas Gutiérrez murió. La nave no zozobró.

Don Ramón la mantuvo a flote. Y así, por los siglos de los siglos, porque estos líderes, si pudieran ser milenarios, lo serían. Los años pasan; la salud cobra la factura; lo que era claro, oscurece, y hay que reposar. Pero Ramón Hernández Toledo, como todo líder, se cree eterno. Y se aferra al cargo. Y se mantiene con los leales y los traidores por igual. Y premia a su gente, se deshace del que es abusivo —Carmen Carrizosa, la mandamás—, sabiendo que esto es un circo con un final inevitable. Don Ramón, ya vencido por sus más de 80 años, 66 de ellos en Pemex, testigo marginal de la pequeñez de este sindicato petrolero ante un Pemex que da vergüenza, no formó estirpe para la sucesión. Quizá lo releve Manuel de Jesús Toledo o Alfredo Yuén Jiménez, que ya también cascabelea, o Eleuterio de la Rosa, o Jorge Tadeo. Nadie de su familia. Ramón no es eterno; ya se debió ir. Mejor recordarlo en la plenitud y no acabado como está…

Aterrada, la alcaldesa ve al pueblo alzarse y reclamar, desafiarla y exigirle irse, y los ve marchar y movilizarse, acudir al “cacerolazo” instando a que el relleno sanitario en Nanchital se cancele, así sea proyecto de López Obrador.

Azorrillada, Esmeralda Mora Zamudio tuvo que huir en la Noche del Grito, sin haberlo dado, sintiendo el repudio de miles en el parque Juárez a convertir a Nanchital en basurero de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque.

Agazapada, Esmeralda escondió su vergüenza, ocultó su desgracia, se perdió entre las sombras viendo la ira y escuchando a la masa enardecida convocándola a dar la cara, obsequiándole su desprecio y rematando con un “fuera Mora, fuera Mora” con el que, si tuviera dignidad, habría presentado su dimisión.

Había escuchado la vox populi, una semana antes, cuando tomaron las calles unos 2 mil habitantes. Y tres días después, oyó las voces airadas, ya no de unos cuantos sino de al menos 6 mil nanchitenses, portando bambalinas y mantas, cartulinas con leyendas en que se repudia la construcción del relleno sanitario, porque basurero no son.

La movilización impacta. Son los de a pie, ejerciendo su derecho a no admitir que el pequeño Nanchital, en tiempos de la 4T tenga su transformación… en depósito de desechos de tres municipios con mayor geografía, más extensos, con más zonas rurales, son sitios donde la mancha urbana no llegue y así se cumpla con los términos de la Ley de Medio Ambiente y Equilibrio Ecológico.

Ahí se ve a mujeres aguerridas, y a varones con cojones, y a niñas y niños, y a los ancianos que aún tienen fuerzas y las usan para externar que el proyecto, así sea obradorista y Nanchital sea un municipio donde gobierna Morena, simplemente no va a pasar.

Asoma en la marcha de los 6 mil las cacerolas o vasijas de metal. Y golpeándolas con piezas de fierro o madera las hacen sonar y hasta ritmo les dan.

Asoma el repudio en las voces de las damas que se resisten, y así lo dicen, a que 500 toneladas diarias de basura lleguen al municipio de Nanchital.

Asoma el reclamo a Esmeralda Mora, comadre política de la secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle García, por permitir que el proyecto avanzara sin el aval de la sociedad.

Y el día del Grito de Independencia los nanchitenses estallan. Ya no son 200, como dice el gobernador Cuitláhuac García en una más de sus gestas lanzando bidones de gasolina al fuego, ni los 2 mil de la primera concentración, ni los 6 mil que marcharon. Ahora son 10 mil en el parque Benito Juárez y calles anexas.

La alcaldesa termina por la evasión. No da la cara. No habla. Sólo ve a la gente en el templete realizando un cordón humano, tomados de las manos. Y otros a ras de piso gritando de todo.

Es cuando Marcela Cruz Montalvo toma su cacerola, la hace sonar y con ella se consuma el Grito de rechazo al relleno sanitario del gobierno obradorista.

La repulsa es histórica. E histórico el silencio de la presidenta municipal. En su corta historia como municipio, 34 años apenas, en Nanchital nunca se había suspendido el Grito de Independencia.

Una de las ediles, Virginia Bartolo Lagunes, regidora priista, secunda la protesta social. Ayuda a colocar una inmensa manta en el balcón del palacio municipal. Y desde ahí confirma que Esmeralda Mora no le informa al cabildo y el cabildo, como máxima autoridad del municipio, no ha tratado el tema del relleno sanitario ni lo aprobará.

La humillación a Esmeralda Mora se consuma horas después. Le toca presidir el Desfile Militar del 16 de Septiembre y vuelve a estar sola. Ni el síndico, el periodista Félix Olarte Ferral, ni los regidores Elvis Ventura, Rosa Alemán y Virginia Bartolo Lagunes la acompañan. Le hicieron el vacío.

La acompañaba su hija, Karla Rosas Mora, presidenta del DIF municipal, célebre por sus escándalos, sus viajes, su ausencia; por dejar al DIF e irse a Colombia y ahora a Europa; por la aprehensión de su hijo a manos de la policía estatal, y hasta por el negocio familiar, una franquicia de tacos meses después de su arribo al poder.

Ese sábado volvieron los reclamos. Desfilaban los niños y sus padres volvían a la carga, exigiéndole a Esmeralda Mora que no se preste a la construcción del relleno sanitario.

Al caer la noche, el 16 de septiembre, la alcaldesa volvió a las andadas. Deslizó un audio en que se exculpa. Ella, dice, no estaba informada. Salvo el anuncio oficial del relleno sanitario, nunca tuvo contacto con autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente federal y su contraparte en Veracruz, la Sedema.

El galimatías verbal es de antología. Esmeralda Mora afirma que Nanchital es morenista pero, sobre todo, obradorista. A López Obrador se le quiere, dice. Pide la “suspensión” del proyecto, no la cancelación. Que llegue Semarnat y Sedema y le expliquen al pueblo.

“Le solicito que sea suspendida toda actividad vinculada a la construcción del relleno sanitario que viene para Nanchital, hasta que se le informe a la ciudadanía y se presente el proyecto a toda nuestra gente”, señala.

Y luego expresó:

“Desde que el presidente anunció el proyecto en la mañanera, no ha aterrizado ninguna información oficial al pueblo por parte de las autoridades competentes, ni de Semarnat ni de Sedema”.

Su ayuntamiento, apunta, no ha otorgado ni anuencias ni cambio de uso de suelo. La alcaldesa desnuda a López Obrador. El porro de palacio nacional arrancó el relleno sanitario sin los permisos de ley.

La treta es torpe. Intenta ganar tiempo, sofocar el repudio, amordazar al pueblo, someterlo, engañarlo.

Esmeralda Mora es un cero a la izquierda y lo admite. Siendo alcaldesa, primera autoridad, debió conocer los alcances del proyecto. Si no fue tomada en cuenta, es serio, se debe ir; si conocía los detalles, quién lo realizará, con quién se arreglaron los hermanos Ávalos Chao, propietarios del predio, y la empresa constructora, cuya cabeza visible es Jorge Arboleda, peor porque intenta engañar a los nanchitenses.

Al amanecer del domingo 17, a las puertas del Grupo México, en la terminal ferroviaria del Kilómetro 5, se concentraron los nanchitenses y habitantes de Coatzacoalcos. Esperaban la llegada de Andrés Manuel, que realiza uno más de sus paseos de fin de sexenio.

Recorría un tramo en el ferrocarril del Istmo de Tehuantepec que conectará Coatzacoalcos, Veracruz, con Salina Cruz, Oaxaca. Y al llegar estalla el repudio.

Se escuchan los gritos, la demanda de cancelar el relleno sanitario en Nanchital. Apuntalan a los nanchitenses grupos locales. López Obrador les dedica unos minutos. No desciende de la camioneta en que viaja. Recibe las peticiones y se va.

La respuesta es contundente. El mesiánico de Tepetitán no escucha y el pueblo bueno y sabio estalla.

“No se bajó. Nos engañó —dice una joven airada—. Se iba a bajar a platicar con la comitiva para anular el relleno sanitario y nos engañaron. Esta que nos hizo… Cuando voto por voto estamos con él. Que no nos traicione, que nos cumpla”.

Otra dama reclama:

“Si el gobierno no nos quiso atender, ahora vamos a las malas. Eso es lo que quieren ellos, ahora vamos a responder. El gobernador y el presidente están de acuerdo en eso que se está haciendo en Nanchital”.

El tema ya es político. Con esos números, con esos manifestantes, con esos 10 mil en contra del basurero, y los que repudian a la alcaldesa, Morena en 2024 perderá en Nanchital.

Y ahora, para redondear el cuadro, acusan a Andrés Manuel de traidor.

Archivo muerto

Zenyazen quiere ser senador aunque tenga un pasado nudista. Se destapa el favorito del gobernador Cuitláhuac García, Roberto Zenyazen Escobar García y sólo espera que la convocatoria de Morena sea expedida para dejar el cargo de secretario de Educación en Veracruz. Zenyazen es pieza vital de la pandilla depredadora que ha erosionado a Veracruz, que saquea las arcas, que despide tufo a corrupción, que abusa del poder encarcelando inocentes y no se midió para exhibir, desde el primer día, la riqueza mal habida, las mansiones en fraccionamientos de lujo, los autos, las novias ilegales.

A eso llegó la pandilla y eso se puso a hacer. Zenyazen proviene del congal y el desenfreno. Zenyazen, alias Tarzan Boy, fue striper en centros de diversión para respetables damas. Algo, pues, debía tener en común con Cuitláhuac García: a uno le da por bailar como desenfrenada y al otro por bailar son un hilo dental. Al paso del tiempo, fueron compañeros de refriegas en las calles, haciendo “lucha social”. Y así el nudista, una vez que el salsero llegó a gobernador, se le dio el encargo de encabezar la Secretaría de Educación de Veracruz. Un striper educador. Y de ahí al Senado. Nada de qué asombrarse.

Ahí anda una autodefensa secuestradora y extorsionadora; el vesánico César Cravioto que no se detiene para manotear y pegarle a otra senadora; el misógino Ismael García Cabeza de Vaca; el cacique minero Napito Gómez Urrutia, acusado de robarle 5 millones de dólares a sus compañeros de gremio, y Maribel Villegas, señora de Jorge Parra Moguel, cuya ex esposa murió acribillada por un sujeto en el estacionamiento de un Chedraui en Cancún; Jorge Parra es hermano de Felicia, la número uno en el clan del marcelista Víctor Rodríguez Gallegos. Zenyazen será candidato de Morena si es que esa posición no la reclama Javier Herrera Borunda, el poder real del Partido Verde en Veracruz, sin cuya alianza Rocío Nahle García ni soñando podría aspirar al gobierno estatal… Hildeliza Díaz ofrece y no cumple.

Punta Caracol, fraccionamiento al poniente de Coatzacoalcos, padece 25 días sin agua. Sus habitantes acuden a la Comisión de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos, la buscan en tres ocasiones, tramitan un cita, los batea y cuando se concreta el encuentro los vuelve a engañar. La denuncia fue expuesta mientras esperaban a Andrés Manuel López Obrador, a las puertas del Grupo México. Un día, Hildeliza Díaz Calafel tuvo una genialidad. Ofreció restablecer el servicio de agua, pero no cumplió. Les envió una pipa de agua. Una pipa para abastecer a más de mil habitantes. El suministro, en un sector, es intermitente. Llega a las 4 de la mañana y se va a las 7. Y reclaman: no hay agua pero los recibos de CMAS sí llegan puntualmente. O sea, el fraude institucional… 

El panismo es marginal y lo que le sigue. Quedó atrás la época en que lograron tener cinco regidores en el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Luego se estacionaron en dos. Y sólo un grupo político las detenta. Siempre los mismos, las mismas caras, los parientes, la hermana, la hija, el hijastro. Una mina de oro. En 2025, cuando concluya la alcaldía del morenista Amado Cruz Malpica, habrá de ser 18 años aferrados a la ubre presupuestal. Y en 18 años ni una crítica al PRI, ni un señalamiento a Morena. Son vividores, hincados por el maíz que les arrojan. Usan al comité municipal del PAN como palanca para que el negocio de las regidurías se mantenga en pie: salario de 50 mil pesos; caja chica de 30 mil; gratificación de 30 mil; bono mensual de 100 mil y bono anual de un millón. Y, obvio, ni una crítica al partido en el poder. Por ese PAN arrastrado y cómplice, quién se atreverá a pedir el voto en 2024… 

Excelente médico, mejor ser humano, Emilio Kuri Nacif falleció este domingo 17. Enfrentó el covid cuando no había vacuna ni tratamiento, cuando el país y el mundo lidiaban con la peor pandemia del último siglo. Y la libró. Aquejado por las secuelas, Emilio Kuri se reintegró a su vida profesional mucho tiempo después.

Fue un extraordinario pediatra, cuyos pacientes hallaban la respuesta a sus dolencias y el alivio deseado. Sus consultas, sin embargo, tenían dos fases: una, dedicada al paciente; otra, minutos para charlar sobre temas diversos, entre ellos la familia, la sociedad, el sombrío momento que aqueja a México, el qué hacer para remontar la adversidad. Siempre afable, Emilio tuvo una sonrisa, un saludo, la educación que toda gente de bien debe mostrar. A su esposa Jacqueline y sus hijos, así como a toda la familia Kuri, a Julián, Amalia y Emilio Kuri Cienfuegos, un sentido pésame, nuestra solidaridad y el deseo de una pronta resignación…

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