Este viernes, Mario Castellanos, el niño hondureño que viaja solo en la Caravana Migrante, vio frustrado su sueño de cruzar la frontera de Guatemala a México, cuando la policía mexicana lo agredió rociándole gas lacrimógeno a él y al grupo de centroamericanos que intentaban pasar rompiendo la valla de contención del puente que cruza el ancho río Suchiate, la frontera natural que separa ambos países.
Mario Castellanos, afirmó que fue agredido y detenido por los elementos policiacos, y más tarde fue auxiliado por paramédicos que atienden a los migrantes en la zona.
"Dos de la ambulancia me estaban soplando porque me cayó todo el gas en los ojos. Un policía me agarró, me jaló para abajo y me dijo que me fuera”, mencionó Mario Castellanos, el niño hondureño.
De acuerdo a versiones periodísticas, el niño de 12 años será trasladado a un albergue temporal.
Dilsia Murillo, de 36 años de edad, madre de Mario Castellanos expresó "Usted bien sabe cómo se siente una madre sin su hijo, si yo no me quito de este mundo es porque el único que nos puede quitar es nuestro padre celestial".
Mario, de 12 años, partió el sábado desde San Pedro Sula y en la tarde de este viernes quedó en medio de los disturbios que se desataron en un puente en la frontera entre Guatemala y México porque él los caminantes intentaban cruzar.
En la tarde del viernes hubo disturbios cuando la policía impidió el paso de los migrantes que intentaban cruzar de Guatemala hacia México, rumbo a Estados Unidos.
