La comunicadora y activista política de Nanchital, Liliana Corona Sayune, da su postura sobre un pequeño accidente que se registró en el hotel propiedad de la familia Corona Sayune, luego del aseguramiento de 10 migrantes africanos al interior del hotel "Revolución".
Cabe indicar que se dió a conocer que la presidenta municipal de Nanchital, Antonio García y Romana Ortega, estaban detrás de todo el arguende, tal y como lo mencionó el periodista Gerardo Enrique Aburto.
La publicación desu postura señala:
Gente atrevida con la intención de manchar el nombre de mi familia, se pusieron a montar un show con el único fin de perjudicar la situación de uno de los negocios familiares que todo Nanchital, sabe que tenemos.
Como prestadores de servicios en el rubro hotelero, un hombre aparentemente mexicano, llegó a solicitar un servicio, registrándose en recepción. Minutos más tarde, ingresó con unos hombres a quienes dejó en una de las habitaciones. Poco tiempo después, llegaron varios elementos de la Policía Estatal y de la municipal a preguntar sobre la presencia de unos migrantes. Quien los llevó, los abandonó. Igual que ha ocurrido en muchos lugares donde las autoridades realizan operativos similares. Quiero resaltar, que a los uniformados, se les dieron todas las facilidades, incluida la versión de los trabajadores y videos que muestran la llegada de dichas personas de quienes desconocemos su nacionalidad.
Está demás decir, que como prestadores de servicios, nosotros no preguntamos el país de origen de los huéspedes que llegan a hospedarse al hotel, pues no somos ninguna autoridad para ello, ya que para que una persona ingrese a nuestro país, se supone que existen requisitos y una dependencia que se encarga de cuidar las líneas fronterizas, pero esa es otra historia. Esta vez, alguien le avisó a los estatales y Migración tardó horas en llegar al lugar para proceder como se debe; mientras, ciertas personas se encargaron de difundir información fuera de la verdad, involucrando a personas que no tienen nada que ver con esta situación atípica para nuestro negocio familiar.
Han querido cobrarme caro que yo haya tenido la oportunidad de trabajar fuera de mi labor periodística, con linchamientos mediáticos que no surtirán ningún efecto en mí. Yo sé quién soy, mi reputación es lo que cada quien quiera pensar de mí y de eso, yo no soy responsable. Lamento mucho que intenten involucrar a personas que no tienen nada que ver con los negocios familiares, así como también es lamentable que algunas “autoridades” encargadas de impartir justicia se hayan prestado a armar este espectáculo secundado por otras personas acostumbradas al show y comprendo perfectamente que deben cumplir con su encomienda.
Quiero resaltar, que esto que ocurrió, no irrumpirá la tranquilidad de mi familia, ni la mía. Somos personas de trabajo, de sol a sol… así nos enseñaron y con esa fortaleza con la que nos hicimos, seguiremos trabajando en Nanchital, donde echamos nuestras raíces y recibimos el apoyo de muchísimas miles de personas. No hubo persecuciones, ni tráfico de migrantes, ni detenidos, mucho menos cerraron el hotel. Por fortuna, Dios siempre está de nuestro lado y de su mano nos hemos sostenido cuando con mala vibra ha querido derrocarnos. Hoy más que nunca estoy convencida de que la mala vibra no prospera, sino por el contrario: todo lo regresa.
(Con información de Municipiosur)