28 de septiembre de 2025

Óscar Balderas y Luis Chaparro / Redes Sociales

Por: Rebeca Solano

  • Por investigar al crimen organizado

Los periodistas especializados en crimen organizado, Óscar Balderas y Luis Chaparro, denunciaron haber sido víctimas de amenazas de muerte por su labor investigativa. La situación, revelada en redes sociales entre el 4 y el 6 de julio, ha encendido alarmas dentro del gremio periodístico y ha vuelto a evidenciar el grave riesgo que enfrentan quienes ejercen el periodismo en México.

El pasado viernes 4 de julio, Balderas —reportero de Milenio y colaborador de diversos medios internacionales— informó haber recibido tres llamadas desde un número privado en las que se le advirtió que sería asesinado si continuaba investigando temas relacionados con el crimen organizado.

“Dejo constancia: hoy recibí tres llamadas de un número privado que me han dicho que me van a matar si sigo investigando crimen organizado”, escribió en su cuenta de X (antes Twitter).

Balderas hizo un llamado a sus colegas y a la sociedad civil: “Pido al gremio que no me dejen solo. Yo solo hago mi trabajo con la esperanza de que haya respeto”, expresó.

Dos días después, el periodista de Pie de Página, Luis Chaparro, también reconocido por sus reportajes sobre narcotráfico y conflictos armados, denunció que las amenazas se habían extendido hacia él. En una nueva llamada intimidatoria contra Balderas, su propio nombre fue mencionado.

“Las amenazas contra mi hermano se han extendido hasta mí”, denunció Chaparro. “Condeno estas amenazas, en un país donde el crimen manda”, sentenció.

Gremio se moviliza en solidaridad

Las reacciones de apoyo no tardaron. Periodistas, caricaturistas, académicos y escritores de diversos medios expresaron su respaldo y exigieron una respuesta inmediata del Estado.

“No estás solo”, escribió el periodista Sergio Sarmiento.
“Tu valentía les genera pánico. Estamos contigo siempre”, expresó el columnista de El Universal, Luis Cárdenas.

También se sumaron voces como Laura Sánchez Ley, Pamela Cerdeira, Monero Rapé y el académico Sergio Aguayo, quien fue contundente:

“La violencia contra la prensa no es colateral, es parte del sistema. Óscar y Luis no están solos. Estamos hartos de contar muertos, de normalizar el horror. La libertad de expresión está bajo ataque. ¿Dónde están las garantías? ¿Dónde está el gobierno? ¿Dónde está la justicia?”, cuestionó.

Estado ausente ante el riesgo

Hasta el momento, ninguna autoridad federal o estatal ha emitido un posicionamiento oficial sobre las amenazas contra Balderas y Chaparro. Tampoco se ha informado si el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas ya ha activado medidas preventivas o si existe alguna investigación abierta.

La organización Artículo 19 ha advertido que México sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, con más de 150 periodistas asesinados desde el año 2000 y con un índice de impunidad superior al 95%.

El caso de Balderas y Chaparro pone de nuevo en evidencia el patrón de hostigamiento que enfrentan periodistas que cubren temas de crimen organizado, narcotráfico y corrupción, particularmente cuando sus investigaciones tocan intereses de grupos delictivos con protección institucional.

Una llamada de alerta para la libertad de prensa

Ambos periodistas han documentado, durante años, los vínculos entre estructuras criminales y actores políticos, así como las redes de lavado de dinero, violencia y desplazamiento forzado en zonas controladas por el narco. Las amenazas en su contra no solo atentan contra su vida, sino que constituyen un mensaje directo contra el derecho de la sociedad a estar informada.

En un país donde informar se ha vuelto una actividad de alto riesgo, las muestras de solidaridad son necesarias, pero insuficientes. Lo que hoy se exige es una acción contundente del Estado: protección efectiva, investigaciones serias y castigo ejemplar. Porque cuando se silencia a un periodista, se apaga una parte de la verdad.