
Claudia no lo vio venir: la marcha que el gobierno intentó minimizar
Por Rebeca Solano
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo enfrentó este fin de semana una manifestación ciudadana que puso en evidencia una creciente desconfianza hacia su administración, en un episodio que —agregan analistas— intentó ser minimizado por el gobierno.
Lo ocurrido
- El sábado 15 de noviembre, miles de personas —principalmente jóvenes— marcharon en la Ciudad de México rumbo al Zócalo bajo consignas como “¡Fuera Claudia!” y “¡Fuera Morena!”.
- Algunos manifestantes encapuchados derribaron vallas metálicas frente a Palacio Nacional, lanzaron petardos y se enfrentaron con policías.
- Según el gobierno capitalino, la movilización reunió aproximadamente 17 mil personas, y se reportaron alrededor de 120 lesionados, entre ellos 100 policías.
La reacción de Sheinbaum
- Sheinbaum aseguró que la marcha no fue una protesta genuina de jóvenes, sino un intento de “golpeteo al Gobierno”: según ella, una parte importante de los participantes no eran de la llamada Generación Z.
- Señaló que parte del objetivo era golpear a la policía para montar la narrativa de represión en México y desacreditar al gobierno.
- Además, pidió a la Fiscalía de la Ciudad de México que investigue quiénes convocaron y financiaron esta marcha, y también si hubo “abusos” por parte de uniformados.
- La mandataria advirtió que no caerá en provocaciones y llamó a futuras movilizaciones a mantenerse pacíficas.
Acusaciones sobre quién está detrás
- Legisladores afines a Sheinbaum acusan que figuras de la derecha —como Claudio X. González— orquestaron la marcha.
- Según estos señalamientos, habría una coordinación no solo nacional sino incluso con “ultraderecha internacional” para generar una narrativa contra el Gobierno.
Investigación y consecuencias
- La Fiscalía ya abrió una investigación para esclarecer tanto la convocatoria como los incidentes de violencia, incluyendo posibles abusos policiales.
- Sheinbaum también expresó solidaridad con fotógrafos y periodistas que resultaron golpeados durante la protesta y afirmó que si fueron policías quienes agredieron a los reporteros, debe haber sanciones.
- La presidenta defendió que su gobierno no “reprime” y que, en su lugar, se debe dar paso al diálogo y a movilizaciones no violentas.
Esta marcha representa un momento de tensión para el gobierno de Sheinbaum: más allá del evento en sí, ha desatado cuestionamientos sobre su capacidad para manejar la oposición, su percepción de legitimidad y la narración política dominante. Si bien el Ejecutivo intenta deslegitimar la movilización atribuyéndola a fuerzas derechistas, la movilización podría reforzar una sensación más amplia de hartazgo ciudadano.
