30 de noviembre de 2025

 

Alberto Capella acusa que el Gobierno de Claudia Sheinbaum “orquestó” violencia en la marcha del 15 de noviembre

Por Rebeca Solano

El excomisionado de Seguridad en Tijuana, Morelos y Quintana Roo, Alberto Capella, aseguró que el operativo del 15 de noviembre en el Zócalo fue diseñado por el gobierno de Claudia Sheinbaum para inhibir la movilización ciudadana, y que los actos de violencia fueron inducidos y colocados estratégicamente para distorsionar la narrativa de la protesta.

Capella, quien estuvo presente durante la marcha convocada por la Generación Z, afirmó que la movilización fue masiva, plural y pacífica, integrada por familias, jóvenes, profesionistas y personas sin afiliaciones partidistas, quienes exigían justicia por el asesinato del alcalde Carlos Manzo.

Operativo para inhibir, no para proteger

Según su análisis, el Zócalo fue rodeado con vallas en “L”, accesos restringidos y un único punto de entrada, medidas que —dijo— buscaban fragmentar, confundir y reducir el impacto político y visual de la concentración.

Al ingresar por 5 de Mayo, Capella afirmó haber visto violencia colocada exactamente en el punto de acceso, generada por grupos de jóvenes que atacaban vallas cerca de la Catedral. “Ese tipo de foco de violencia no es accidental; es una táctica de inhibición”, señaló.

Vandalismo frente a Palacio Nacional

El exfuncionario aseguró que el mayor grupo de agresores se concentró frente a Palacio Nacional, donde se registraron pedradas, cohetones, botellas y objetos incendiarios. Afirmó que esto dispersó a miles de manifestantes.

Antimotines también fueron víctimas

Capella subrayó que los policías antimotines también fueron utilizados como parte del diseño político, pues —según él— soportaron agresiones durante horas sin autorización para intervenir, lo cual provocó una reacción violenta cuando finalmente les permitieron avanzar.

El estruendo de los cohetones generó pánico

Relató que muchos ciudadanos creyeron que se trataba de disparos, lo que provocó que familias completas optaran por retirarse del Zócalo.

“El Zócalo no se llenó porque fue operado para no llenarse”

Capella sostiene que la dispersión no fue espontánea, sino consecuencia de:

  • violencia colocada estratégicamente,
  • embudos operativos,
  • ruido intimidante,
  • cierres de calles,
  • y vallas que reducían el espacio.

“Autocracia pasiva”: el concepto central

El excomisionado calificó lo ocurrido como una “autocracia pasiva”, es decir, una forma de control político sin prohibir explícitamente la protesta, pero diseñada para distorsionar la imagen de una movilización ciudadana.

“El sábado no fue desorden espontáneo: fue ingeniería política para controlar la narrativa”, concluyó.