
Actor y activista Eduardo Verástegui /Redes Sociales
Por Rebeca Solano
- Eduardo Verástegui agita redes
El actor y activista Eduardo Verástegui volvió a encender la polémica al publicar en sus redes sociales una pregunta que desató especulaciones:
“¿Será que en Washington están considerando nombrar a Morena como una organización criminal? […] La verdad está saliendo a flote”.
Aunque la afirmación fue vista por muchos como provocación o teoría conspirativa, el analista en política y seguridad internacional Ghaleb Krame explicó en un hilo de X (antes Twitter) que, si bien es un escenario extremo, legalmente no es imposible que el gobierno de Estados Unidos considere designar a Morena como una organización narcoterrorista, siempre que existan pruebas sólidas.
Krame detalló que Washington cuenta con dos mecanismos legales para una posible designación:
1. Organización Terrorista Extranjera (FTO)
Bajo esta figura, el Departamento de Estado, en coordinación con agencias como la CIA, DEA y el FBI, podría presentar evidencia que vincule a Morena con cárteles como el de Sinaloa o el CJNG.
Esto requeriría aprobación del Congreso y traería consecuencias como el congelamiento de activos, restricciones financieras y migratorias, así como la prohibición de contacto con ciudadanos estadounidenses.
2. Designación de Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT)
Este segundo mecanismo, a través de la OFAC, permite una acción más rápida, sin necesidad del Congreso. Con pruebas de colaboración o financiamiento a grupos criminales, se puede emitir una orden ejecutiva con sanciones inmediatas.
Ambas figuras contemplan el derecho de impugnación legal por parte de la organización sancionada ante cortes de EE.UU.
¿Solo especulación?
Hasta ahora, ninguna autoridad de EE.UU. ha confirmado que Morena esté bajo investigación en esos términos. Sin embargo, los recientes reportes sobre el uso de programas sociales para control electoral, el presunto financiamiento ilícito en campañas, y los nexos de funcionarios locales con el crimen organizado, han alimentado el discurso de figuras como Verástegui.
El tema promete escalar en la agenda mediática, en un momento en que el gobierno mexicano enfrenta presiones internacionales por su política de seguridad, su pasividad ante el crimen organizado, y su cercanía con figuras señaladas por nexos delictivos.
Por ahora, la pregunta lanzada por Verástegui queda en el terreno de la especulación. Pero el marco legal existe. Y en Washington, el tema del narco mexicano no deja de estar sobre la mesa.
