Israel Vallarta / Internet
Por Rebeca Solano
Tras pasar casi dos décadas en prisión, Israel Vallarta fue absuelto y liberado el pasado 1 de agosto, luego de que una juez federal en el Estado de México dictara sentencia absolutoria a su favor en el caso que lo vinculaba como presunto líder de la supuesta banda de secuestradores Los Zodiaco.
Vallarta, de 55 años, fue detenido en 2005 junto a su entonces pareja, la ciudadana francesa Florence Cassez, en un operativo que más tarde sería denunciado como montaje televisivo orquestado por la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) bajo el mando de Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos.
A su salida del penal del Altiplano, Vallarta declaró estar “en shock” y manifestó su intención de recuperar su salud y su vida familiar, sin descartar emprender acciones legales para limpiar su nombre.
“Lo primero será recuperarme física y emocionalmente. Después veremos qué sigue”, dijo en entrevista con El Financiero TV.
Un caso marcado por irregularidades
Vallarta relató que el nombre Los Zodiaco —al que se atribuyó una red de secuestros— fue producto de un montaje posterior a su detención, y no resultado de una investigación oficial.
“Después de haber sido yo torturado, me preguntaron mi signo zodiacal. Luego consultaron el de otros policías presentes y alguien dijo: ‘Los Zodiaco’. Así se bautizó la supuesta banda”, afirmó.
El exreo señaló que no existen expedientes oficiales previos al 8 de diciembre de 2005 que acrediten la existencia del grupo delictivo. Incluso, presentó documentos donde se indica que fueron los medios de comunicación quienes difundieron el nombre, sin respaldo jurídico.
El montaje, que fue transmitido en vivo en cadena nacional, mostraba la supuesta captura de Vallarta y Cassez. Años después se reveló que los hechos habían sido recreados para televisión, lo que constituyó una violación grave a sus derechos humanos.
Consecuencias legales
Las denuncias derivadas del caso llevaron a la detención de exfuncionarios, como Luis Cárdenas Palomino, colaborador cercano de García Luna, acusado de tortura a los implicados. El propio García Luna enfrenta un juicio en Estados Unidos por presuntos vínculos con el narcotráfico.
El caso Cassez-Vallarta se convirtió en uno de los más emblemáticos en México sobre violaciones al debido proceso, uso político de la justicia y montaje mediático, y hoy deja en libertad al único detenido que permanecía tras las rejas.