Por: Silvia Núñez Hernández
La llamada Cuarta Transformación se vendió como un movimiento de honestidad, humildad y austeridad. Pero sus propios protagonistas han sido los primeros en traicionar esa narrativa. Ningún ejemplo resulta tan grotesco como el de Gerardo Fernández Noroña, el hombre que grita a los cuatro vientos su supuesta congruencia ideológica, al tiempo que se rodea de lujos, privilegios y desplantes.
Hoy, cuando se despide de la Mesa Directiva del Senado, lo hace como siempre ha actuado: envuelto en escándalos, contradicciones y violencia. Y la prueba más reciente y obscena de su doble moral está en Tepoztlán, Morelos.
La mansión de la incongruencia
La residencia que Fernández Noroña adquirió en las faldas del Tepozteco no es solo un símbolo de riqueza. Es, ante todo, un compendio de irregularidades. En Tepoztlán no existe propiedad privada: la tierra pertenece a los Bienes Comunales. Eso significa que ningún particular puede tener una escritura legalmente reconocida. Sin embargo, el senador presume papeles de su compra como si fueran legítimos.
La mentira se vuelve aún más descarada cuando asegura que compró la casa “a crédito”. Eso es imposible: ningún banco en México otorga hipotecas sobre tierras comunales. Queda, entonces, una sola conclusión: el inmueble fue pagado en efectivo y en una sola exhibición, con recursos cuyo origen merece escrutinio.
La casa no es menor. Los vecinos la conocen como “La Casa del Silencio”, escondida al final de un callejón, en una de las zonas de mayor plusvalía del estado. El precio del metro cuadrado supera los 10 mil pesos, lo que coloca el terreno por encima de los 10 millones de pesos. Y si sumamos la construcción, el conjunto puede estar valuado en más de 25 millones Todo esto para un senador que se ostenta como hombre sencillo y austero.
A la ilegalidad de la propiedad se suma otra afrenta: el predio está dentro de zona de protección ecológica, donde el uso habitacional está prohibido. Esa casa no solo es un capricho millonario, es también un golpe directo al medio ambiente y a la legalidad. Su clausura correspondería al ayuntamiento y a la PROFEPA, pero el poder político de Noroña lo mantiene, hasta ahora, intocado.
Y lo más grave: la compra puede ser sujeta a un juicio de restitución de tierras. Ya ocurrió en Tepoztlán con los predios de “El Castillo”, donde un intento de imponer un club de golf terminó en derrota judicial. La Asamblea Comunal tiene en sus manos la posibilidad de revertir la operación.
La verdad es contundente: Noroña mintió, violó la ley comunal, dañó un área protegida y se enriqueció de manera opaca. Todo esto mientras en tribuna despotrica contra los “fifís”, la corrupción y la oligarquía. La hipocresía tiene nombre y apellido.
El político de los desplantes
La mansión en Tepoztlán es el clímax, pero no la excepción. Noroña ha construido toda su carrera a base de arrogancia, insultos y violencia verbal. Ha hecho de la prepotencia su estilo, y de la vulgaridad, su bandera. Se presenta como “auténtico”, cuando en realidad es solo un patán con fuero.
Yo, como periodista, condeno cualquier acto de agresión física. Pero en este caso la indignación social no es gratuita. La conducta sistemática de Fernández Noroña, su desprecio por la legalidad y su manía de atropellar a todo aquel que lo cuestione, lo han llevado a cosechar repudio y escarnio. No es casual que su salida de la presidencia del Senado esté marcada, literalmente, por los golpes.
Cronología de sus nefastos escándalos
2014 – #LadyBoing
Se niega a pagar IVA por un jugo. Su prepotencia lo convierte en objeto de burla nacional.
2019 – Misoginia en redes
Desde China, pide fotos íntimas a una mujer en Twitter. Es exhibido como misógino.
2021 – Irrupción en Twitter México
Entra a la oficina de la empresa a exigir que le devuelvan su cuenta. Actitud intimidante y autoritaria.
2022 – “Austeridad selectiva”
Sorprendido comprando en supermercados de lujo. Su discurso de vida austera se desmorona.
2023 – El insultador oficial
Ataca a periodistas, estudiantes y opositores desde tribuna. Sus intervenciones son sinónimo de gritos e insultos.
2025 – Viajes y privilegios
Viaja en primera clase y presume autos de lujo. Contradicción absoluta con la narrativa obradorista.
Agosto 2025 – La Casa del Silencio
Sale a la luz su mansión en Tepoztlán, valuada en más de 25 millones, ubicada en área protegida.
27 agosto 2025 – Patán hasta el final
Se enfrasca en una pelea física con Alejandro Moreno en el Senado. Su despedida como presidente de la Mesa Directiva queda marcada por la violencia.
El epílogo de un farsante
Gerardo Fernández Noroña se va del poder como llegó: a gritos, con soberbia, exhibiendo su pobreza ética y su riqueza material. Si alguna vez quiso ser recordado como un político de izquierda auténtico, lo logró… pero solo en el sentido de encarnar lo más grotesco, autoritario e hipócrita de la política mexicana.
Su caída no es un accidente: es la consecuencia natural de toda una vida dedicada a la patanería.