27 de septiembre de 2025

 

Por Silvia Núñez Hernández

Hoy es el día más triste para la libertad. La espuria mayor, Claudia Sheinbaum, rinde su primer informe de gobierno: un espectáculo de aplausos comprados, cifras infladas y propaganda reciclada. La democracia murió hace rato, pero hoy se celebra su funeral con todo y discursos oficiales.

No nos engañemos: la destrucción ciudadana comenzó hace siete años cuando dejaron morir a millones en hospitales públicos, negándoles medicamentos y atención médica. Hoy lo refuerzan con otro golpe: la institucionalización del silencio, donde la censura será rutina y la crítica un delito no escrito.

Se inaugura también la era de los “Datos Protegidos”, ese eufemismo que en realidad significa control, persecución y chantaje contra los ciudadanos. A la prensa crítica la quieren arrodillada, callada, borrada. La línea está trazada: medios de comunicación domesticados o desaparecidos.

El informe espurio de Sheinbaum está plagado de mentiras: dirá que hay bienestar, seguridad, prosperidad. Y mientras tanto, el país real sangra entre hospitales sin medicinas, familias devastadas por la violencia, periodistas perseguidos y un pueblo condenado al hambre.

Y no olvidemos su papel más perverso: defender a los narcos y obedecer a los mandatos de USA, mientras al ciudadano común lo asfixia con más burocracia, más represión y menos derechos.

¿Queda esperanza? Sí, si la Resistencia Civil se convierte en grito y presencia. En hospitales, en la calle, en la SCJN espuria, en el mismo Palacio Nacional. Porque si la sociedad no rompe el cerco del miedo, mañana solo quedará la obediencia ciega y el silencio absoluto.

Hoy, con este primer informe, Sheinbaum intenta vestir de democracia lo que ya es dictadura. Pero aunque ella crea que tiene el país sometido, la verdad sigue ahí, incómoda, rebelde, ardiendo bajo la superficie: no ha hecho nada por la nación, solo gobernar con mentiras y represión.

Veto autoritario: la Cámara arrodillada

La muestra más descarada de este autoritarismo disfrazado de institucionalidad ocurrió en la Cámara de Diputados. En lugar de respetar la pluralidad que tanto presume en sus discursos, Sheinbaum ordenó rechazar los cuatro nombres propuestos por el PAN para presidir la Mesa Directiva.

Los vetados fueron:

  • Kenia López Rabadán
  • Margarita Zavala
  • Germán Martínez
  • Federico Döring

¿Por qué este rechazo tan frontal? Porque ninguno de ellos garantiza el silencio, la docilidad o el sometimiento al oficialismo. Porque representan voces que, a pesar de su fuerza limitada, incomodan. Y para el nuevo régimen, incomodar es un pecado imperdonable.

Así se exhibe el verdadero rostro del poder: no quieren contrapesos, no quieren debate, no quieren siquiera la ficción de un Congreso plural. Lo que buscan es una Cámara de Diputados arrodillada, alineada al guion de la espuria. El mensaje es claro: en la 4T, solo tienen cabida los que aplauden, los que obedecen, los que callan.

Este veto no es un simple pleito parlamentario. Es la confirmación de que la democracia mexicana está secuestrada y que el futuro legislativo será la crónica de una sumisión anunciada.