17 de noviembre de 2025

 

 

Supuesta “operación de infiltración extranjera” / Redes Sociales

Por: Rebeca Solano

El exfuncionario federal y analista Simón Levy encendió la polémica este domingo al publicar un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter) donde vincula las recientes protestas contra la gentrificación en la capital con una supuesta “operación de infiltración extranjera” articulada por redes transnacionales con vínculos islamistas y latinoamericanos.

“México, desde hace tiempo, dejó de ser el patio trasero: es ahora la sala de operaciones de agendas que trascienden su territorio”, escribió Levy en un extenso hilo que ha generado amplio debate en redes sociales.

Levy sostiene que las manifestaciones recientes en colonias como la Roma o la Condesa no son espontáneas, sino parte de una “guerra híbrida” en la que se mezclan símbolos antiisraelíes, pancartas pro-palestinas y consignas calcadas de universidades estadounidenses, lo que describe como una estrategia de disrupción importada y financiada.

Gentrificación, narco y geopolítica: un nuevo ángulo

El también empresario y exsubsecretario de Turismo ironiza sobre el discurso oficial que responsabiliza al turismo extranjero de la gentrificación, y pregunta:

“¿Qué gentrifica más? ¿El narco que compra propiedades o el nómada digital invitado por el mismo gobierno que hoy lo critica?”

A juicio de Levy, lo que aparenta ser una movilización vecinal contra el encarecimiento de rentas y el desplazamiento urbano es, en realidad, una fachada de grupos radicales, entre los que menciona células simpatizantes de Hezbollah y Hamas, con presencia activa en territorio mexicano desde hace varios años.

Un laboratorio de insurgencia blanda

Según su argumentación, la Ciudad de México se habría convertido en un “laboratorio de insurgencia blanda”, similar a lo vivido en protestas sociales recientes en países como Chile, Ecuador o Colombia, donde, según afirma, se aplicaron estrategias de sabotaje urbano.

También señala como articulador clave al Pacto de Puebla, una red de políticos y asesores de izquierda latinoamericana que –afirma– opera como plataforma logística para generar caos y desestabilización, supuestamente con apoyo del gobierno federal.

“Detrás de la narrativa anti-gentrificación hay formación ideológica, recursos y entrenamiento táctico. No son vecinos, son operadores”, denunció.

Una acusación que escala a niveles geopolíticos

Levy también retoma reportes del gobierno de EE. UU. que han alertado sobre la presencia de Hezbollah e infiltración iraní en América Latina, incluyendo México. Cita informes del Congressional Research Service, el Center for a Secure Free Society y del Departamento de Justicia estadounidense, que han documentado el uso de rutas mexicanas para lavado de dinero, tráfico de armas y financiamiento al terrorismo.

Incluso advierte que Washington ya considera a México un riesgo de seguridad nacional, no solo por la violencia, sino por posibles alianzas del gobierno con redes de propaganda y desinformación extranjeras.

“El enemigo ya está adentro”

El mensaje de Simón Levy cierra con una sentencia tajante:

“Mientras la narrativa oficial habla de rentas caras y turistas ruidosos, la realidad es otra: grupos radicales de corte islamista están utilizando a la Ciudad de México como laboratorio de insurgencia blanda. No se trata de gentrificación. Se trata de infiltración.”

Sus declaraciones han desatado controversia y respuesta dividida: mientras algunos las consideran una denuncia necesaria sobre una amenaza subestimada, otros las califican como alarmistas y sin pruebas contundentes.

Hasta el momento, ninguna autoridad federal o local ha respondido oficialmente a las acusaciones del también académico.