
Por Fidel Pérez / De Poder a Poder
Los gobiernos de las morenistas Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle, son producto de un parto de feto muerto.
Con ambas, el país sobrevive sumergido en una completa ausencia de gobierno, tal y como el filósofo inglés Thomas Hobbes describió, hace más de 370 años, al Estado en su Leviatán.
Mire usted.
68 días después de asumir la titularidad del Ejecutivo federal, la presidenta Claudia Sheinbaum, y a 8 días del incipiente gobierno de Nahle, fue estrenada con el asesinato del diputado federal y exalcalde pevemista de Zongolica, Veracruz, Benito Aguas Atlahua.
Pero un mes antes de cumplir un año al frente del gobierno, Sheinbaum recibió una estocada más fuerte: el asesinato del exalcalde uruapense Carlos Manzo, que desplomó su aprobación del 62% al 41% que representa una baja de 21 puntos porcentuales, según Morning Consult, la encuestadora favorita de su guía moral AMLO.
Ocho meses antes de su ejecución, en abril de 2024, Aguas Atlahua había solicitado seguridad personal como candidato a diputado por la coalición PVEM, Morena y PT, derivado de las amenazas que, oportunamente, reportó a las autoridades. Tal y como ocurrió con Manzo: tampoco le hicieron caso.
Con la zacatecana Rocío Nahle, Veracruz cayó en una manga de agua, en una vorágine, que navega dislocado frente al Golfo de México.
El narco, la inseguridad, la violencia han surcado impunemente, se han ido apropiando del estado de forma veloz… imparablemente.
El de Rocío, apenas a los ocho días de iniciado su (des) gobierno, recibió un testarazo con el asesinato de Aguas Atlahua pero siete días antes de rendir su primer Informe, se tambalea con el homicidio del exdirigente estatal del PRD, exdiputado federal, exalcalde de Zongolica y aspirante al gobierno de Veracruz Juan Carlos Mezhua Campos.
Asesinato que aplastó la visita que Claudia Sheinbaum hizo al puerto de Veracruz, el mismo día.
La Mafia Veracruzana, la Operativa la Barredora del CJNG en la zona norte y los Autodefensas Pueblos Unidos de la Región, aliados a brazos violentos encabezados por “El Bukanas” y “La Marrana”, en la zona centro de Veracruz, han puesto en jaque al caótico gobierno nahleista.
Se han apropiado de su (des) gobierno.
El de Nahle, se ha distinguido por ser un (des) gobierno que registra masacres y olas violentas cada fin de semana, desde enero de este año.
Pese a ello, ufanos, el secretario de gobierno, Ricardo Ahued, y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Alfonso Reyes Garcés, aseguraron, el pasado 18 y 20 de noviembre, en sus comparecencias ante los diputados del Congreso que en Veracruz, “hay orden, seguridad y gobernabilidad”.
Reyes Garcés, fue más presuntuoso y se arriesgó a soltar que «Veracruz es el octavo estado más seguro del país». Apenas el 25 de octubre, la encuestadora Consulta Mitofsky, que en mayo de 2024 daba como ganadora a Rocío Nahle, ubicó a la de Zacatecas en el lugar 32 de los peores gobernadores del país.
Las tesis de ambos funcionarios contrastan diametralmente con la percepción de los deudos de Mezhua: «Con profunda tristeza informamos que han ASESINADO a nuestro líder Juan Carlos Mezhua. Repudiamos las acciones sin resultados de la gobernadora y la presidenta de la república. Aquí los resultados de su estrategia de Paz, cuando la única paz es para los delincuentes», postearon en la cuenta de Facebook del «Compadrito», como le llamaban a Mezhua.
Habrá que esperar qué postura asume su hermana morenista Irma Lidia Mezhua, también ex alcaldesa, ex diputada local, y actual directora del Instituto de Estudios Superiores de Zongolica, dependiente de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado.
