Por: Redacción Columna Política Express
Los economistas convencionales y a modo, siguen considerando como indicador trascendente de la deuda su relación con el PIB, como si el PIB fuera del gobierno y no del país… una perla de Joan Rega
El tema de la deuda lo comencé a enfatizar desde 2017, dado que en 2015-16, por la caída del precio y extracción del petróleo, se comenzó a generar esencialmente deuda para el pago de intereses; considerado el presupuesto federal como flujo de entradas y salidas.
En el 2020 señalé que se había contratado en 2019 deuda externa no autorizada.
Luego indiqué que dado que se contrataba en esencia para pagar intereses, la deuda se reproducía per se, por sí misma.
En el 23 dije que en el 24 se contrataría oficialmente nueva deuda neta anual por 1.9 billones de pesos. De los cuales, del orden de 1.4 billones eran para pagar intereses.
Este año será casi del mismo nivel, posiblemente arriba en medio billón más de lo autorizado. Factiblemente delito grave, falta administrativa, etc, en situación del dominio de congreso por la 4T.
El próximo año llegaremos a casi 20 billones de deuda pública federal, sin considerar estados, municipios y sus empresas y organismos. Alrededor de 100% más que en 2018.
Los economistas convencionales y a modo, siguen considerando como indicador trascendente de la deuda su relación con el PIB, como si el PIB fuera del gobierno y no del país. Obvian el flujo real financiero, el costo creciente de la deuda y el financiamiento de la misma. Lo más grave es que no se considera la afectación que tiene sobre las inversiones públicas y el gasto social directo real, cada vez más restringido, por ejemplo, en educación, salud. Pero también se omite considerar como restringe el financiamiento privado y su disponibilidad para la producción.
El mal está hecho.
El gobierno seguirá incrementando la deuda, al menos para el pago de los intereses en los próximos años, por el equivalente del crecimiento del PIB, con el enorme riesgo de obviar el mantenimiento y la reposición de la infraestructura básica nacional, los servicios y la atención social fundamental.
La única salida nacional es hacer crecer el PIB productivamente por el sector privado y social y gastar el presupuesto público eficaz y eficientemente. Solo se crece con inversión y ello se logra con financiamiento razonable y con proyectos eficientes y productivos. Tarea casi imposible por estar perdidos en el laberinto de la deuda pública y por la carencia de proyectos públicos y privados eficientes y rentables.
Seguiremos, mientras, esperando la llegada de nuestros salvadores, en medio de saraos y manidas noticias.