17 de noviembre de 2025

 

La SCJN de la 4T / Video

Por Rebeca Solano

La llegada de la ministra Estela Ríos González a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha desatado críticas y polémica, luego de que en plena sesión protagonizara un episodio calificado como vergonzoso y patético por especialistas y opositores.

Durante la discusión de un caso, la nueva ministra —impulsada por Morena y cercana al presidente López Obrador, de quien fue consejera jurídica— pidió que se permitiera la entrada de sus colaboradores, ya que no entendía el tema ni las leyes que lo regulan.

Ante la situación, el presidente de la Corte, Hugo Aguilar, se vio obligado a autorizar que los asesores de Ríos ingresaran al recinto para coachearla en vivo, un hecho que evidenció la dependencia y falta de preparación de la ministra.

El incidente ha sido interpretado como un reflejo de lo que críticos llaman el “circo de la Cuarta Transformación” instalado en el máximo tribunal. Para analistas, el nombramiento de Ríos no responde a méritos profesionales, sino a su obediencia ciega a López Obrador, lo que convierte a la SCJN en un espacio de títeres obedientes incapaces de sostener un debate jurídico sin apuntadores.

Lo ocurrido, señalan, no es un tropiezo aislado, sino un síntoma de decadencia institucional: la Corte, que debería ser el último bastión de la Constitución, se estaría transformando en un teatro donde se aplaude al presidente y se humilla la inteligencia.

En conclusión, para los críticos, la 4T no busca fortalecer la justicia, sino imponer un modelo de ignorancia institucionalizada, en el que la justicia ya no se imparte, se improvisa; ya no se razona, se obedece; ya no se defiende a la Constitución, se defiende al régimen.