16 de noviembre de 2025

 

Crece el debate por adelantar la revocación de mandato; señalan desgaste de Sheinbaum y fracturas en Morena

Por Rebeca Solano

La reciente propuesta de adelantar la revocación de mandato ha desatado una intensa discusión política nacional, al interpretarse como un intento por medir la fuerza real de Claudia Sheinbaum y, al mismo tiempo, como una maniobra para asegurar el control electoral de Morena en 2027.

Críticos de la iniciativa señalan que esta propuesta parte de una premisa falsa, pues la presidenta ya no cuenta con los 36 millones de votos obtenidos en 2024, y Morena tampoco conserva el apoyo que tuvo en ese proceso. De acuerdo con analistas, la administración federal enfrenta un “desgaste acelerado”.

Se atribuye este desgaste a factores como el derroche de recursos públicos, la tolerancia a la expansión del crimen organizado, y la creciente percepción de que el país se le está escapando de las manos a Sheinbaum.

En diversas regiones ya se observan expresiones abiertas de inconformidad: agricultores, ganaderos, maestros, trabajadores del Poder Judicial, médicos, jóvenes y víctimas de violencia han comenzado a articular un incipiente levantamiento social para exigir soluciones que —aseguran— el gobierno no ha podido ofrecer.

Dentro de Morena surge otra interrogante: ¿Sheinbaum sigue siendo un activo o se ha convertido en un lastre para el partido? La duda radica en si todavía garantiza la continuidad del proyecto de la llamada Cuarta Transformación o si, por el contrario, ha llegado el momento de relevarla.

La propuesta de adelantar la revocación de 2028 a 2027, para hacerla coincidir con las elecciones intermedias, es vista como una ocurrencia alineada al estilo político de Andrés Manuel López Obrador, quien creó esta figura —según críticos— no por convicción democrática, sino para mantener capacidad de decisión sobre quién encabeza el gobierno.

En este escenario, surge la pregunta clave: si Sheinbaum ya no es funcional, ¿quién garantizaría a López Obrador que Morena mantenga el poder? Entre los nombres mencionados aparecen Adán Augusto López, Ricardo Monreal, o incluso perfiles cercanos a los hijos del expresidente.

Aunque Claudia Sheinbaum calificó como “buena propuesta” la idea de adelantar la revocación, persiste la duda sobre si lo hizo por obediencia política, por confianza en su popularidad, o porque ya está agotada frente a la presión interna y externa.

En este último supuesto —afirman voces críticas— si la presidenta ya no puede, ya no quiere o ya está harta, entonces habría que “tomarle la palabra” y permitir que se vaya mediante el mecanismo anticipado de revocación.