
Detectan primer caso de gusano barrenador en la región de las Altas Montañas / Internet
Por Alberto Mejía
La tranquilidad de la región de las Altas Montañas se fracturó esta semana con la confirmación del primer caso de gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax), un parásito devastador que pone en riesgo la salud del ganado y, potencialmente, de la población, encendiendo los focos rojos entre productores pecuarios y autoridades sanitarias.
El foco de la emergencia se ubica en la comunidad de Tuxpanguillo, en la zona baja de Ixtaczoquitlán. El caso se detectó en un torete pinto adquirido en Rincón Maravillas, el cual ya presentaba una herida en la nariz. La propietaria relató que al intentar curarlo con remedios caseros notaron que “algo se movía dentro de la herida”, lo que llevó a consultar a una veterinaria particular, quien confirmó la presencia del parásito.
Tras la notificación, personal de la Jurisdicción Sanitaria número 7 acudió para fumigar e implementar un cerco sanitario inicial en la propiedad, además de dejar medicamentos y un plan de tratamiento. Sin embargo, la magnitud del caso se hizo evidente este jueves, cuando una caravana de siete camionetas de Servicios de Salud de Veracruz (SESVER) arribó a la comunidad.
El hermetismo marcó la intervención: el personal oficial se negó a dar declaraciones y únicamente preguntaba a los vecinos si había personas con heridas infectadas, lo que aumentó la incertidumbre y preocupación entre los habitantes.
El gusano barrenador no es una simple plaga. Provoca una miasis grave al introducirse en heridas de animales de sangre caliente, incluidas las personas. Sus larvas se alimentan de tejido vivo, y un animal infectado puede morir en cuestión de días si no recibe atención.
En humanos, aunque el riesgo es menor, el peligro es real para recién nacidos, adultos mayores, personas con diabetes o con defensas bajas, ya que la infección requiere hospitalización y la extracción quirúrgica de las larvas.
Ganaderos advierten que un brote descontrolado podría causar pérdidas económicas millonarias y una crisis sanitaria, debido a la rápida propagación de la mosca. Por ello, urgen al SENASICA a intervenir con un plan de emergencia que incluya aplicación de ivermectina, control sanitario en establos y un radio de acción de al menos 55 kilómetros, distancia estimada de vuelo del insecto.
Mientras tanto, la exigencia es clara: contener este primer caso importado, rastrear el origen del animal infectado, y sobre todo, ofrecer información transparente para evitar que el miedo y la desinformación se apoderen de la población.
