
Simón Levy: ¿justicia o represalia política? / Internet
Por Rebeca Solano
La figura del empresario y exfuncionario federal Simón Levy ha vuelto al centro del debate nacional tras revelarse que enfrenta una carpeta de investigación en México y una ficha roja de la Interpol, justo después de denunciar públicamente presuntos actos de corrupción al interior del régimen de la Cuarta Transformación.
Levy, quien fue funcionario del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y colaborador cercano de Claudia Sheinbaum, abandonó Morena para convertirse en crítico de la administración federal. En Estados Unidos, donde actualmente reside, ha declarado ante autoridades y medios de comunicación sobre lo que califica como una “red de corrupción encabezada por la familia López Obrador”, incluyendo a la esposa e hijos del mandatario.
Entre sus revelaciones, ha asegurado que Sheinbaum estaría maquillando la construcción de un nuevo partido político propio, lo que habría generado tensiones dentro del oficialismo.
Coincidencias incómodas
El surgimiento de la orden de captura contra Levy ocurre a pocos días de que difundiera dichas acusaciones, lo que ha levantado suspicacias entre analistas y opositores, quienes ven el proceso como un intento de neutralizar a un testigo incómodo.
El caso recuerda las múltiples renuncias en el gabinete de López Obrador —19 secretarios de Estado han abandonado la administración— y las disputas internas en Morena. Uno de los episodios más sonados fue la salida del exconsejero jurídico de la presidencia, Julio Scherer Ibarra, exesposo de la autora del libro “El Rey del Cash”.
¿Justicia o vendetta política?
Aunque las autoridades mexicanas argumentan que las acusaciones contra Levy están relacionadas con presuntos desfalcos cometidos durante su gestión como funcionario, la oportunidad de su judicialización ha desatado dudas: ¿se trata de una auténtica acción de justicia o de una represalia política contra quien amenaza con minar la credibilidad del oficialismo?
Por ahora, Levy permanece en Estados Unidos bajo la figura de testigo protegido, mientras sus declaraciones continúan circulando en medios digitales y tradicionales, generando fuertes dolores de cabeza a Morena y a la administración de Sheinbaum
