17 de noviembre de 2025

 Endeudamiento de hogares mexicanos alcanza máximo histórico  / Internet

Rebeca Solano

La deuda de los hogares mexicanos alcanzó en mayo de este año un nivel sin precedentes para un quinto mes del calendario, al ubicarse en 90,875 millones de pesos, según datos recientes del Banco de México (Banxico). Se trata del nivel más alto desde los años críticos de la pandemia, cuando millones de familias se vieron obligadas a recurrir al crédito para cubrir necesidades básicas.

Este monto representa un aumento del 12.3% en comparación con mayo de 2024, lo que confirma una tendencia sostenida de mayor dependencia del crédito, en medio de un entorno económico marcado por la inflación, el encarecimiento de servicios y la desaceleración del consumo.

En promedio, cada familia mexicana debe 40,749 pesos, lo que representa un incremento interanual del 15.3%. Esta cifra abarca créditos hipotecarios, personales, automotrices y de consumo, y refleja una presión creciente sobre las finanzas de los hogares, especialmente los de clase media y baja.

El incremento en el endeudamiento se relaciona directamente con el repunte de los créditos para vivienda residencial y los préstamos destinados a la compra de bienes duraderos, como electrodomésticos, muebles y vehículos.

A pesar de estas cifras, desde la Secretaría de Hacienda, el titular de la Unidad de Planeación Económica, Rodrigo Mariscal Paredes, ha asegurado que los hogares mexicanos cuentan con ahorros suficientes para enfrentar una posible recesión, lo cual ha generado debate entre expertos que señalan que esos recursos estarían concentrados en ciertos sectores, mientras otros acumulan deudas para poder subsistir.

En este contexto, analistas advierten sobre la necesidad de fortalecer políticas públicas para la educación financiera, el acceso responsable al crédito y la regulación del endeudamiento, especialmente entre las familias más vulnerables.

La tendencia al alza en la deuda coincide, además, con un inicio de año débil para el consumo privado, según cifras oficiales, lo que sugiere que el crédito se está utilizando más para cubrir necesidades básicas que para impulsar el gasto familiar.