27 de septiembre de 2025

Carlos Slim/ Código Magenta

Por Redacción

  Carlos Slim, el hombre más rico de México y uno de los empresarios más influyentes de América Latina, ha consolidado su presencia como principal socio privado de Petróleos Mexicanos (Pemex), en medio de una crisis financiera y operativa sin precedentes para la empresa productiva del Estado. La creciente participación del magnate ha encendido las alarmas de analistas, opositores y voces críticas que advierten sobre una posible privatización encubierta de la paraestatal energética.

Según una investigación publicada por Código Magenta, a través de su grupo empresarial Carso, Slim ha ganado terreno en el sector petrolero mediante contratos clave de infraestructura, exploración y desarrollo de campos, incluidos acuerdos en aguas someras del Golfo de México. La interrogante que plantea el reportaje es contundente: ¿Pemex está siendo “rescatada” o “deliberadamente debilitada” para ser entregada a manos privadas?

Carlos Slim, quien amasó su fortuna a partir de la privatización de Telmex en los años noventa, ha replicado su modelo de concentración empresarial en diversas industrias estratégicas. En el caso de Pemex, su ascenso ocurre en un contexto en que la petrolera nacional enfrenta deudas superiores a los 100 mil millones de dólares, baja productividad y crecientes cuestionamientos sobre su viabilidad a largo plazo.

Mientras el discurso oficial defiende la soberanía energética y niega toda intención de privatización, los hechos muestran una dependencia creciente en contratistas privados, entre ellos Grupo Carso. El propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha respaldado públicamente a Slim como “un empresario patriota”, aunque sus alianzas con el gobierno contrastan con la promesa fundacional de la Cuarta Transformación de fortalecer a Pemex como símbolo del patrimonio nacional.

El debate no es menor. Para críticos del modelo actual, la estrategia del gobierno federal de mantener a Pemex con respiración artificial, mediante inyecciones fiscales y refinanciamiento de deuda, mientras permite la entrada de capital privado en áreas clave, podría estar sentando las bases para un desmantelamiento gradual de su carácter público.

¿Estamos ante un proceso de rescate empresarial o ante la antesala de una nueva fase de privatización energética? Lo que es claro es que Carlos Slim se consolida como actor central en el futuro inmediato de Pemex, una empresa que —según muchos— ya no se está muriendo sola. La están dejando morir.

(Con información de Código Magenta)