27 de septiembre de 2025

Avioneta cargada con media tonelada de cocaína  / Internet

 

Por Redacción

Una avioneta cargada con media tonelada de cocaína, decomisada en México, ha provocado un inesperado choque diplomático entre los gobiernos de México y El Salvador, luego de que el secretario de Seguridad mexicano, Omar García Harfuch, señalara que la aeronave “provenía de El Salvador”. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, negó rotundamente la afirmación y exigió una rectificación pública, incluso advirtiendo que llamará a consulta a su embajadora en México.

El incidente comenzó el martes, cuando García Harfuch —considerado el principal operador de seguridad del gobierno de Claudia Sheinbaum— informó, durante la conferencia matutina del Ejecutivo federal, sobre el aseguramiento de una aeronave con 428 kilos de cocaína, interceptada en una pista clandestina en Tecomán, Colima. El funcionario aseguró que el avión “provenía de El Salvador” y que fueron detenidos tres individuos, sin dar mayores detalles sobre su identidad.

La respuesta de Bukele no se hizo esperar. A través de un extenso mensaje en su cuenta oficial de X (antes Twitter), el mandatario salvadoreño negó que la avioneta hubiera salido de su país y publicó una imagen del supuesto trayecto de la aeronave, la cual —según dijo— fue validada por el Comando Sur de Estados Unidos. De acuerdo con esa información, el avión habría salido del Pacífico costarricense, sin sobrevolar territorio salvadoreño. “No existe ni el más mínimo indicio de que esa aeronave haya partido de nuestro país”, afirmó Bukele.

La respuesta de México

La noche del miércoles, García Harfuch publicó una aclaración en la misma red social. Señaló que la traza de interés fue detectada a 200 km al sur de San Salvador el 3 de julio, a las 13:00 horas, por el Centro Nacional de Vigilancia del Espacio Aéreo. Añadió que la Sedena desplegó aeronaves para interceptarla, y que el avión aterrizó en Colima. También confirmó que los tres tripulantes detenidos son de nacionalidad mexicana, y subrayó que México “respeta y aprecia al pueblo de El Salvador”.

Sin embargo, Bukele replicó en la misma publicación, acusando que el nuevo comunicado omitía reconocer que no hay evidencia de que la avioneta haya partido de El Salvador. Aunque concedió que pudo tratarse de un malentendido, insistió en que se requiere una aclaración más precisa, para evitar que se dañe la imagen internacional de su gobierno, conocido por su discurso de mano dura contra el crimen organizado.

Sheinbaum intenta cerrar el capítulo

Este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum intentó dar por zanjado el conflicto, asegurando que no se trató de un acto de mala fe y que el secretario de Seguridad ya había aclarado la situación. “No hay que hacer un tema político de esto… ya se aclaró, y hasta ahí”, dijo en conferencia de prensa.

Pese al intento de distensión, la molestia del gobierno salvadoreño persiste, en un momento donde Bukele busca blindar su narrativa de control absoluto sobre la criminalidad en su país. El diferendo diplomático, si no se maneja con mayor sensibilidad, podría escalar más allá de un malentendido técnico y derivar en consecuencias en la relación bilateral.