
La Barredora / Internet
Por Redacción
Una estructura criminal con origen en Acapulco y vínculos en la alta burocracia de Tabasco logró operar durante años con protección política, mediática y empresarial. Se trata de La Barredora, un grupo que nació tras la fragmentación del Cártel de los Beltrán-Leyva y que, con el tiempo, se trasladó al sureste del país para establecerse en municipios clave como Huimanguillo, Paraíso, Cárdenas y Comalcalco.
El personaje central en esta red es Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Adán Augusto López Hernández. Según documentos filtrados por los “Guacamaya Leaks” y reportes de la inteligencia militar, Bermúdez operaba bajo el alias del “Comandante H” y lideraba las operaciones de La Barredora desde el interior del gobierno estatal.
De funcionario a operador criminal
A pesar de mantener un perfil bajo en el gabinete, Bermúdez habría tejido una red delictiva con exmandos policiales, operadores financieros y familiares. Entre sus actividades destacaban el control territorial mediante la cooptación de policías, la extorsión a empresarios, el manejo de huachicol y la manipulación de licitaciones de obra pública, incluyendo partes del Tren Maya y el puerto de Dos Bocas.
Uno de los vínculos más controvertidos fue con su sobrino, Raúl Bermúdez Arreola, coordinador de los tramos 4 y 5 del Tren Maya. Investigaciones de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) indican que facilitó operaciones logísticas para el robo y distribución de combustible.
Operación encubierta y caída de mandos
Las primeras detenciones comenzaron en 2024, cuando la Sedena y la SSPC documentaron una estructura criminal con niveles de infiltración inéditos. Uno de los primeros detenidos fue Francisco Javier Custodio Luna, alias “El Guasón”, presunto jefe operativo del grupo y expolicía estatal.
A principios de 2025 se giró una orden de aprehensión contra Bermúdez Requena. Desde entonces se desconoce su paradero. Fuentes extraoficiales indican que intentó huir a España vía Panamá, mientras otras versiones —no confirmadas— señalan que habría fallecido en el extranjero. Actualmente, pesa sobre él una ficha roja de Interpol.
Protección desde medios, política y empresas
Según fuentes cercanas a las investigaciones, La Barredora recibió protección de sectores empresariales, medios locales y actores políticos. Uno de los nombres que destaca es Miguel Cantón Zetina, propietario del diario Tabasco Hoy, quien habría facilitado la protección mediática de Bermúdez. También aparece su hermano, Humberto Bermúdez Requena, con intereses en transporte y logística.
Influencia regional y fractura política
La influencia del grupo criminal se extendió más allá de Tabasco. Se documentaron operaciones en Chiapas, Campeche y Quintana Roo, con rutas de combustible ilegal y control parcial de bodegas “resguardadas” por autoridades locales. Se estima que las entregas de huachicol superaban los 180 mil litros semanales.
El caso ha desatado una crisis política en el entorno de Morena, partido en el poder durante la expansión de La Barredora en Tabasco. La dirigencia local ha intentado deslindarse, mientras las investigaciones federales siguen abiertas.
La historia de La Barredora y el “Comandante H” representa uno de los casos más graves de infiltración del crimen organizado en las instituciones públicas de México. Hasta que no se esclarezca el paradero de Bermúdez Requena y se desmantele toda su red, el riesgo de que estructuras similares sigan operando bajo cobertura institucional permanece latente.
