16 de noviembre de 2025

Empresas energéticas condicionan su permanencia en México a la aprobación de permisos de exportación

Por Rebeca Solano

Las compañías privadas del sector energético advirtieron que podrían frenar sus inversiones o incluso vender sus operaciones en México si la Secretaría de Energía (Sener) continúa retrasando o negando la aprobación de permisos de exportación, fundamentales para sus proyectos.

Es la condición necesaria para seguir invirtiendo en México, porque es la garantía que da certidumbre de pagos”, explicó un empresario del sector a La Política Online.

Actualmente, varias empresas enfrentan rechazos reiterados de Sener, en muchos casos por argumentos administrativos que consideran meramente formales. Sin embargo, en el sector interpretan que las negativas tienen un trasfondo político, pues el gobierno busca mantener a Pemex como único controlador de la comercialización y del flujo de ventas tanto en el mercado interno como en el exterior.

Las firmas afectadas seguirán presentando solicitudes durante los próximos meses, pero ya establecieron plazos límite: algunas hasta el primer semestre de 2026. Si para entonces no obtienen el visto bueno de Sener, detendrán inversiones programadas y podrían iniciar procesos de venta de sus activos en México, reveló una de las empresas consultadas.

Contar con un permiso de exportación —que puede tener vigencia de hasta 20 años— permite a las compañías vender directamente a clientes internacionales y asegurar sus cobros, sin depender de Pemex. En cambio, sin esa autorización, deben operar bajo esquemas de utilidad o producción compartida, canalizando sus ventas a través de la petrolera estatal, lo que genera incertidumbre en los pagos.

Los ejecutivos advierten que sin permisos de exportación, el negocio energético mexicano pierde competitividad frente a otros países de la región, donde existen campos petroleros igualmente atractivos pero con marcos regulatorios más estables y previsibles.

El panorama se complica por la delicada situación financiera de Pemex, cuya deuda total ronda los 100 mil millones de dólares y cuyos adeudos con proveedores aumentaron 20% en un año.

La incertidumbre regulatoria y el control de Pemex sobre las exportaciones amenazan con ahuyentar nuevas inversiones y reducir la competitividad energética de México en un momento crítico para el sector.