27 de septiembre de 2025

 

PemPérdidas millonarias y riesgo de colapso productivo

Por Rebeca Solano

Pemex cerró 2024 con pérdidas por 38,500 millones de dólares, una cifra equivalente a comprar gigantes como Twitter, Ford o United Airlines, o a levantar decenas de refinerías para reducir importaciones. También podría haber duplicado programas sociales, pero ese dinero se fue a cubrir pérdidas operativas.

Según Gonzalo Monroy, experto con más de 20 años en el sector energético, Pemex está quebrado, con pasivos que superan sus activos:

  • Deuda financiera cercana a 100 mil millones de dólares.
  • Pasivos laborales por 70 mil millones de dólares.
  • Adeudos con proveedores por más de 22 mil millones de dólares.
  • Altos costos operativos sin revertir la caída de producción.

La crisis tiene un problema estructural: Pemex destina sus ganancias de extracción de petróleo a refinación, un negocio que genera pérdidas constantes.

La producción también está en caída libre: en el primer semestre de 2025 la empresa produjo 1.36 millones de barriles diarios, su nivel más bajo desde 1979, y podría caer a menos de un millón de barriles diarios para 2027.

Esto afecta directamente a la refinería Dos Bocas, pilar del plan de “soberanía energética”, pues necesitará petróleo propio para operar al 100%, pero ese volumen podría ya no estar disponible.

Huachicol fiscal y robo de combustible agravan la crisis:

  • Adulteramiento del combustible en ductos.
  • Tomas clandestinas con ingeniería sofisticada para evitar derrames.
  • Huachicol fiscal, combustible importado declarado como lubricantes para evadir impuestos, generando pérdidas estimadas en 554 mil millones de pesos (30 mil millones de dólares).

El experto advierte que estas prácticas requieren complicidad institucional, erosionan la competencia y generan opacidad en el sector.

En contraste, Pemex tiene un presupuesto superior a rubros fundamentales como educación y salud, a pesar de que hay escasez de medicinas y citas médicas.

Monroy plantea varias propuestas:

  • Revisar y cancelar operaciones de refinación deficitarias.
  • Priorizar inversiones eficientes en campos rentables.
  • Mejorar la transparencia y fiscalización, incluyendo auditorías abiertas.
  • Combatir el huachicol con acciones efectivas en aduanas, puertos y aranceles.
  • Evaluar la viabilidad del plan de “soberanía energética” y permitir mayor participación privada y extranjera regulada.

La crisis de Pemex, considera Monroy, es la mayor de su historia, agravada por un modelo operativo deficitario y la designación de un director general sin experiencia real en el sector, lo que pone en riesgo el bienestar y desarrollo energético de México.