16 de noviembre de 2025

Policías asaltan y golpean a familia en Poza Rica  / Vídeo Resistencia Veracruz

Por Redacción

La brutalidad, el abuso de poder y la complicidad criminal de las fuerzas policiales de Veracruz han vuelto a quedar al descubierto. De acuerdo con una denuncia difundida por la página Resistencia Veracruz, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) agredieron salvajemente a una familia en un retén ubicado camino a Chaparrales, donde los uniformados despojaron de sus pertenencias a una madre y sus dos hijas adolescentes, las manosearon, les quitaron el vehículo y golpearon con saña al padre, quien fue privado de su libertad y resultó gravemente herido.

La víctima, entre lágrimas, narró que viajaban para ver tortugas cuando fueron detenidos sin motivo por policías estatales. “Nos empezaron a ofender, me jalaron, a mi hija de 13 años también. A mi esposo lo tiraron, le pegaron en la cabeza entre varios, le quitaron el celular, la cartera, todo. Me dejaron sin zapatos”, relató. “Mi niña fue manoseada por los policías hombres que decían que iban a revisar”.

Las imágenes difundidas en redes sociales, acompañadas del testimonio, han generado una ola de indignación entre colectivos ciudadanos y habitantes de Poza Rica, quienes acusan a los mandos policiacos impuestos desde Xalapa de mantener vínculos con grupos delictivos y operar al margen de la ley.

¿Seguridad para quién?

Los hechos ocurren en un contexto de profunda descomposición institucional en la zona norte del estado. En Poza Rica, la SSP ha realizado nueve cambios de jefes policiales en tres años, varios de ellos señalados por corrupción, abuso de autoridad y nexos con el crimen organizado. Uno de los últimos en caer fue Juventino Badillo —alias LAYO, según los denunciantes— quien había sido evidenciado por operar junto al exsubdirector regional apodado El Lobo. Lejos de ser investigado, fue premiado con el control de la seguridad en el municipio.

“¿De qué sirve cambiar mandos si los pactos se hacen en Xalapa?”, cuestiona Resistencia Veracruz. Y no les falta razón. Las decisiones tomadas por la cúpula de seguridad del estado, bajo la mirada cómplice de la gobernadora Rocío Nahle, han sido ineficaces para contener el caos, y en muchos casos, parecen reforzar redes de protección para verdaderos delincuentes con uniforme.

Papantla, narcoautoridad

El problema, sin embargo, no se limita a Poza Rica. En Papantla, señalan al propio alcalde Eric Domínguez Vázquez y al inspector José Miguel Santoyo Hernández, exmarino dado de baja, como líderes de una presunta red delictiva que opera bajo la fachada del gobierno municipal. “En Papantla no hay grupos criminales, el narco es el gobierno”, denuncian.

Mientras tanto, la administración estatal insiste en que «en Veracruz no pasa nada». Rocío Nahle, ausente de estos temas, prefiere los discursos de autoalabanza y los baños de pureza, sin responder por la violencia institucional que ya ha dejado múltiples víctimas.

¿Y Claudia Sheinbaum?

La indiferencia del gobierno federal también pesa. Colectivos veracruzanos exigen a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y al futuro secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, que volteen a ver lo que ocurre en Veracruz. “No tienen derecho a fallarnos”, reclaman, con desesperación.

Mientras tanto, los veracruzanos duermen con miedo, mientras sus agresores portan insignias oficiales y reciben salarios pagados por el pueblo.

(Con información de Resistencia Veracruz)