Balaceras / Internet
Por Redacción
- Balaceras, ponchallantas y cateos sin detenidos
La violencia volvió a apoderarse de Poza Rica en una jornada que dejó balaceras, bloqueos con ponchallantas, un vehículo baleado abandonado y cateos en viviendas, sin que las autoridades reportaran detenidos.
De acuerdo con reportes oficiales, alrededor de las 20:00 horas un policía estatal fue emboscado en el bulevar Adolfo Ruiz Cortines, a la altura de la colonia Lázaro Cárdenas. El uniformado viajaba en un automóvil particular con placas de Puebla cuando fue atacado por sujetos armados que se desplazaban en un vehículo Aveo adaptado como taxi de la Ciudad de México. El agente resultó herido, pero fue auxiliado por un paramédico y trasladado en una patrulla de la SSP. Se informó que se encuentra fuera de peligro.
Mientras tanto, automovilistas denunciaron la colocación de ponchallantas en dos puntos estratégicos: el distribuidor vial hacia Coatzintla y el acceso Tihuatlán–Poza Rica, a la altura del puente Cazones II. Varias unidades resultaron afectadas, lo que generó temor y caos vial en la zona metropolitana.
Casi al mismo tiempo, un automóvil Aveo blanco con impactos de bala fue localizado abandonado en los campos deportivos Delio Sánchez, cerca del fraccionamiento Hidalgo. Las autoridades presumen que se trata del mismo vehículo usado en la agresión contra el policía estatal. El lugar fue acordonado por elementos del Ejército y la Policía Estatal, mientras la Fiscalía General del Estado realizó diligencias periciales.
La tensión aumentó con el cateo de una vivienda en el fraccionamiento Los Laureles, en un operativo encabezado por fuerzas estatales y federales. Aunque no se dieron detalles oficiales, trascendió que la inspección estaba relacionada con los hechos de violencia de la misma noche.
Pese a la magnitud de los hechos —un ataque armado contra un policía, bloqueos con ponchallantas, hallazgo de un vehículo baleado y cateos—, las autoridades no reportaron detenciones.
Habitantes de Poza Rica expresaron en redes sociales su indignación por la ola de violencia y la falta de resultados de los operativos. “La ciudad parece un campo de guerra y nadie nos dice nada”, señalaron vecinos afectados por los bloqueos.
La ola de hechos violentos refuerza la percepción de inseguridad en la región, donde operan grupos vinculados al narcotráfico, huachicol y cobro de piso.
