28 de septiembre de 2025

Huachicol / Internet

  • Crudo robado llega hasta EE.UU

El robo de combustible a Petróleos Mexicanos (Pemex) ha dejado de ser una operación rudimentaria de grupos locales. Hoy forma parte de una sofisticada red criminal transnacional en la que participan empresas privadas, funcionarios corrompidos y organizaciones del crimen organizado, según un informe de la Red de Control de Delitos Financieros de Estados Unidos (FinCEN).

El reporte, dado a conocer recientemente por el Departamento del Tesoro, advierte que el combustible robado —diésel, gasolina y crudo— es extraído no solo a través de tomas clandestinas en los ductos de Pemex, sino también directamente desde instalaciones oficiales, mediante amenazas o actos de corrupción contra trabajadores de los centros de distribución.

Una vez obtenido, el hidrocarburo es transportado a través de rutas controladas por los cárteles en estados como Tamaulipas, Hidalgo, Veracruz, Nuevo León y Altamira, utilizando camiones cisterna, muchos de ellos robados o alquilados a empresas fachada. El combustible es vendido en el mercado negro en paradas ilegales en carretera y en gasolineras que operan bajo el control directo o indirecto del crimen organizado.

Empresas implicadas

El informe de FinCEN identifica a Servicios Logísticos Ambientales (SLA) y Grupo Jala Logística como empresas señaladas por transportar crudo en beneficio de personas ligadas a cárteles mexicanos. Ambas firmas estarían relacionadas con familiares de César Morfín Morfín, alias el Primito, un operador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Además del comercio ilegal dentro del país, los grupos criminales han comenzado a introducir crudo robado a Estados Unidos, según FinCEN, donde empresarios estadounidenses participan en su venta y distribución a través de redes de lavado de dinero y operaciones simuladas de comercio energético.

Pérdidas millonarias y estrategia del gobierno

Tan solo en el primer trimestre de 2025, el huachicoleo causó pérdidas por 5 mil 471 millones de pesos a Pemex, de acuerdo con cifras del gobierno federal. Frente a esta situación, la presidenta Claudia Sheinbaum ha reforzado los operativos contra el robo de combustibles mediante dos líneas estratégicas: persecución penal y prevención.

El enfoque penal implica acciones conjuntas con la Fiscalía General de la República (FGR), mientras que la prevención involucra a diversas dependencias como Sener, Sedena, Marina, SAT, Aduanas, Profeco y ASEA, coordinadas para mejorar la trazabilidad del combustible.

Una nueva plataforma tecnológica permite rastrear cada etapa de la cadena de suministro, desde permisos hasta operaciones de comercializadoras, lo que ha derivado en incautaciones y cancelación de contratos fraudulentos.

Resultados preliminares

El gobierno mexicano sostiene que estas medidas han comenzado a dar frutos. La venta de gasolina por parte de Pemex aumentó 15%, y se ha reportado una reducción en el robo de combustibles. Las acciones han sido respaldadas por el sector gasolinero, aunque expertos advierten que mientras existan redes transnacionales y actores protegidos dentro del aparato institucional, el combate al huachicol seguirá siendo una batalla de largo aliento.

La colusión entre crimen organizado, empresas legales y funcionarios corruptos hace que el huachicoleo ya no sea solo un problema de seguridad o energía, sino una amenaza estructural a la soberanía económica de México.