27 de septiembre de 2025

Senador veracruzano de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara  / Internet

Por María Fernández

La reciente ola de violencia en el norte de Veracruz, marcada por ejecuciones de taxistas, cuerpos abandonados en carreteras, asesinatos dentro del penal de Tuxpan y ataques armados, es reflejo de una crisis estructural de seguridad que sigue golpeando a la región, advirtió el senador veracruzano de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara.

“No se trata sólo de hechos aislados, sino de la expresión cruda de la violencia estructural que sigue afectando a comunidades enteras. Lo ocurrido en el penal de Tuxpan refleja la gravedad de la situación”, publicó el legislador en sus redes sociales, luego de los hechos violentos del fin de semana que dejaron al menos siete muertos en el penal de Tuxpan y otros asesinatos en municipios como Papantla y Poza Rica.

Huerta, quien recientemente presentó un punto de acuerdo en el Senado para exigir transparencia y coordinación entre los distintos niveles de gobierno, reconoció que aunque ha habido avances, la paz y la justicia siguen siendo tareas pendientes.

“La transparencia fortalece la confianza y la participación ciudadana. Es indispensable que se refuercen los mecanismos de coordinación y que la sociedad tenga conocimiento de las acciones emprendidas para garantizar paz y justicia. El pueblo de Veracruz y de México se lo merece”.

El senador morenista respaldó el anuncio hecho por la gobernadora Rocío Nahle y la presidenta Claudia Sheinbaum, quienes informaron que el Gabinete de Seguridad federal rendirá un informe detallado sobre los recientes hechos violentos y las acciones que se emprenderán en la zona.

Huerta también aprovechó para insistir en que una reforma del Poder Judicial debe ir acompañada de cambios profundos en fiscalías, defensorías públicas y el sistema penitenciario, incluyendo el eje de reinserción social.

Finalmente, el legislador expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y subrayó la complejidad del panorama delictivo en el norte del estado, donde operan desde hace años grupos criminales que disputan el control territorial.