Condenan genocidios en Tlatelolco y Gaza
Por Rebeca Solano
Ante el incremento de acciones violentas contra el pueblo palestino por parte de Israel, la movilización por los 57 años de la represión estudiantil del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco confluyó en una sola denuncia: ambos crímenes constituyen un genocidio, sostuvo el Comité 68 Pro Libertades Democráticas.
En un mitin frente a Palacio Nacional, resguardado por vallas metálicas antimotines, Félix Hernández Gamundi, exlíder del movimiento estudiantil, afirmó que lo ocurrido en Tlatelolco no fue “una matanza, ocurrió un genocidio” y señaló que lo que ocurre en Gaza tampoco es una guerra, sino “un genocidio” ejecutado por un gobernante con convicciones “fascistas y represivas”.
El Comité 68 recordó que si se hubiera atendido oportunamente la represión estudiantil de 1968, se habrían evitado tragedias como el halconazo del 10 de junio de 1971, la guerra sucia (1965-1990) y crímenes como los de Acteal, Aguas Blancas y El Charco, donde se utilizó la fuerza del Estado contra comunidades indígenas.
Con consignas como “Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos” y “2 de octubre no se olvida”, integrantes del Comité encabezaron una marcha desde el Centro Cultural Universitario Tlatelolco hasta el Zócalo. Durante el trayecto, un grupo de encapuchados causó daños al inmueble y se registraron enfrentamientos con la policía.
Los líderes históricos portaron una pancarta con el mensaje: “El silencio ante los genocidios es complicidad”. A la movilización se sumaron estudiantes de la UNAM, UAM, IPN, normalistas, profesores y organizaciones sociales.
En el mitin central, Hernández Gamundi anunció un plan de acción por la reparación integral de los daños provocados por el Estado en 1968, basado en leyes mexicanas y derecho internacional, que incluye cinco puntos: verdad y justicia, castigo a los culpables, reparación del daño, memoria y garantía de no repetición. También señaló la necesidad de esclarecer cuántos estudiantes murieron y abrir nuevas carpetas de investigación.
Durante el acto, un bloque negro protagonizó disturbios: arrojaron pintura, piedras y bombas Molotov contra la policía, incendiaron una joyería y vandalizaron comercios. Hubo enfrentamientos, heridos y agresiones a periodistas. En respuesta, brigadas de seguridad y la Comisión de Derechos Humanos formaron un cordón para contener la violencia.
A pesar de los incidentes, los dirigentes del Comité 68 llamaron a mantener la calma y no caer en provocaciones, subrayando que existe una voluntad de lucha, justicia y organización.
En la Plaza de la Constitución, se guardó un minuto de silencio por las víctimas del genocidio en Gaza y por exlíderes del movimiento estudiantil como Roberta Avendaño (La Tita), Raúl Álvarez Garín y Mario Álvarez Cartagena