Entre rituales y cenas de lujo / Internet
Por Rebeca Solano
El primer día de actividades de los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estuvo marcado por símbolos de cercanía con el pueblo, pero terminó envuelto en una polémica contradicción.
Desde las primeras horas, los togados participaron en un acto en Cuicuilco, donde se realizaron rituales con incienso, mirra y plumas. Más tarde, en el Zócalo capitalino, se llevó a cabo la entrega de bastones de mando por parte de representantes de pueblos originarios, en un evento enmarcado en la retórica de la “justicia cercana al pueblo”.
No obstante, el tono cambió al finalizar la jornada. De acuerdo con una fuente parlamentaria, pasada la medianoche los ministros se reunieron en el restaurante francés Au Pied de Cochon, en Polanco, reconocido por su carta de alta cocina y precios exclusivos. El grupo fue recibido en un área privada para continuar con la celebración.
El hecho generó críticas inmediatas. Analistas y opositores señalaron que, mientras en público los nuevos ministros hablaron de una “Corte distinta” y de austeridad, en privado proyectaron una imagen de élite alejada de la vida cotidiana de millones de mexicanos.
“El simbolismo se quedó en los discursos; lo que vimos al final fue una cena de élite que contradice el mensaje de servicio al pueblo”, reprochó un observador político.
El contraste entre rituales místicos y cenas exclusivas refuerza la percepción de una Corte atrapada en el ceremonial, pero distante de las demandas ciudadanas de justicia rápida, imparcial y accesible.