Viernes, 3 de May de 2024
Mussio Cárdenas Arellano

Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com

 

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Puntillosa, perspicaz, contundente, Claudia Guerrero ha encarado al porro-gobernador, exhibiendo corruptelas, abuso de autoridad, la proclividad al robo o la simulación para violar la ley. Y en respuesta, Cuitláhuac la quiere en prisión.

Ha documentado el saqueo al gobierno de Veracruz, la red de empresas fantasma, los rostros de los delincuentes, las uñas de los amigos o peones de Cuitláhuac García Jiménez y cómo ha sido el modus operandi para el trasiego de los dineros del pueblo a las cuentas de los rufianes.

Sus manos han tejido frases e historias que describen la tragedia de Veracruz, el gobierno de un inútil con ínfulas de bufón, el poder delegado a un primo gángster, Eleazar Guerrero Pérez, colocado estratégicamente en la Subsecretaría de Finanzas y Administración, por donde corre el dinero, se dispensan pagos, fluyen los millones que saldan contratos por obras y servicios asignados sin licitación.

Y ha retratado, desollado, evidenciado a decenas de malvivientes que usan el poder para saciar el ego enfermizo, el asedio y el acoso, el ataque y el hostigamiento sexual, solapado desde la silla en que se apoltrona Cuitláhuac, operado desde el santuario del mal, la Secretaría de Gobierno, donde repta Bola 8, alias Eric Cisneros Burgos.

Y así, centenares de historias de corrupción, abuso y horror, compendiadas en las entregas de Entre lo Utópico y lo Verdadero, la columna que confecciona a diario —a veces dos por día— Claudia Guerrero Martínez, directora del portal Periódico Veraz.

Si algo distingue a Claudia Guerrero es su tenacidad y su honestidad. No se deja encantar. No sucumbe al halago. No la quiebran los embates. No le baja un gramo a su crítica así haya pasado por la angustia del levantón a su hijo, al que tuvo que enviar fuera de México, o los embates cobardes de pseudoperiodistas de baja calaña y de a tanto la línea que, ladren lo que ladren, no han logrado demeritar el trabajo contundente, sustentado en fuentes acreditadas y documentos explosivos con que la columnista sacude a la opinión pública.

No hay mañana que Claudia Guerrero no le agrie el desayuno al gobernador. Y que exhiba los negocios y las raterías de la pandilla morenista en el poder.

Y por eso el rufián la quiere en prisión.

Un citatorio de la Fiscalía del Estado de Veracruz llegó a sus manos, el jueves 15. Se le conmina a comparecer. No le dicen más. Claudia Guerrero ha expuesto que es una trama relacionada con el caso de la jueza Angélica Sánchez Hernández, dos veces aprehendida por haber acatado el amparo otorgado por la justicia federal a Itiel “N”, acusado del crimen del líder agrario, Juan Carlos Molina Palacios, ex diputado local y ex líder del sector campesino del PRI en Veracruz.

La autora de Entre lo Utópico y lo Verdadero ha expresado que el citatorio deriva de publicaciones relacionadas con ese caso, la aprehensión de Itiel “N”, las aseveraciones que realizó y que buena parte de la prensa veracruzana compartió.

A Itiel “N” se asignó el alias de “Compa Playa”, pero Claudia Guerrero sostiene que existe un usuario de redes sociales que usa el mismo apelativo y mantiene actividad digital constante sin que la Fiscalía haya ejercido acción legal alguna.

Claudia Guerrero describe su caso en la columna de este lunes 19. En el citatorio se le da “calidad de investigada” en una carpeta que data de 2022.

“Y lógico —agrega—, ante una enorme fabricación de imputaciones a políticos opositores e imaginarios enemigos del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, se desprende la certeza de que este citatorio violentará nuestra actividad periodística y además, se desconfía en las instituciones que imparten justicia e investigaciones ministeriales para ser usadas en intereses mezquinos, censura, intimidación y callar a periodistas críticos en Veracruz”.

Luego apunta:

“La fiscal general de Veracruz, Verónica Hernández Giadans, y su directora de Investigaciones Ministeriales, Marcela Aguilera Landeta, han emprendido una cacería de brujas, para callar nuestras entregas y la información que hemos publicado haciendo valer nuestro derecho a la Libertad de Prensa y cuidar nuestras fuentes.

“Importante que en Veracruz, el gobierno de Cuitláhuac García pretende callar a periodistas, abriéndoles carpetas de investigación y señalamientos infundados, en una franca revancha política y mostrar al gremio periodístico estatal lo que les puede pasar a todos aquellos que critiquen o publiquen la larga lista de actos de corrupción, violación a los derechos humanos y desvíos de recursos que se realizan en esta administración morenista”.

A Fidel Herrera y Javier Duarte les aguantó todo. Por ejemplo, los embates de César del Ángel y sus 400 Pueblos, un show nudista deplorable en el que hasta las ancianas eran mostradas sin ropa y por lo menos una menor de edad fue forzada a exhibir los pechos frente a palacio de gobierno, en Xalapa.

César del Ángel envió a sus huestes a lapidar la casa de Claudia Guerrero con piedras y con huevo, y a cercar la calle impidiéndole entrar a su hogar. A unos metros podía observarse una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz que solapó la agresión.

Durante años, ha sido objeto de ataques en redes sociales, difamación, insultos, acusaciones del peor nivel. Y Claudia no se quebró.

Un grupo de policías detuvo a su hijo, un joven profesionista de excelente conducta, y por horas lo mantuvieron en su poder. Mientras, Claudia vivía lo que sólo una madre puede sentir. Al final, su hijo regresó a casa. Poco después, salió del país. Y Claudia, como su apellido, continuó siendo una guerrera.

Fidel Herrera, quien era mil veces más político y con más poder que Cuitláhuac, no pudo con Claudia Guerrero.

Javier Duarte, que usaba el poder para embestir y perseguir a los periodistas —caso Manrique, caso Carlos Jesús Rodríguez—, desistió cuando vio que Claudia Guerrero no se dejaba amedrentar.

Miguel Ángel Yunes Linares, con quien tuvo un desencuentro por las críticas de la periodista al ex secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, terminó alejado.

Hoy, Fidel Herrera está en su casa, enfermo, olvidado. Y Claudia Guerrero, escribiendo Entre lo Utópico y lo Verdadero.

Hoy, Javier Duarte purga una condena en el Reclusorio Norte por el saqueo a Veracruz. Y Claudia Guerrero ejerciendo su derecho a la libertad de expresión.

Hoy, Miguel Ángel Yunes Linares se halla alejado de la política, a veces en Boca del Río, a veces en Miami o Nueva York. Y Claudia Guerrero sin bajarle a su demoledora crítica.

Dice algo cierto en su columna: “La orden es ‘chingarse a la periodista, que tanta lata ha dado’, como si la mensajera tuviese la culpa de este gobierno enfermo, podrido y sin rumbo, envuelto en escándalos de corrupción y violación a los derechos políticos y humanos de muchos presos políticos, como el lamentable caso de la jueza Angélica Sánchez. Fuentes confiables aseguran que la FGE pretende involucrarnos en el tema de Itiel Palacios y la jueza Angélica Sánchez, sobre el asesinato del diputado local Juan Carlos Molina Palacios’ ”.

Cuitláhuac García no es de izquierda, ni es demócrata, ni tiene dos neuronas útiles. Es un sátrapa con poder. Y mal emplea ese poder.

Es una vergüenza para los que creyeron en el proyecto de izquierda que su gobernador use el aparato policíaco y el aparato de justicia para reprimir a sus enemigos, inventarles delitos, retenerlos en prisión llenándolos de cargos, negarse a acatar amparos, violar y violar y violar la ley. Eso sólo lo hacen dos tipos de gente: los tiranos y los enfermos mentales.

Claudia Guerrero hace periodismo. Sólo eso. Si Cuitláhuac García se atreve a llevarla a prisión, detonará un misil que impactará el proceso electoral de 2024. Morena terminará en el cesto de la basura.

Baste ver los epítetos que se ha ganado Cuitláhuac García en la prensa nacional con el encarcelamiento de la jueza Angélica Sánchez Hernández: gobernador faccioso, tirano, pedestre, abominable, cabeza de una banda criminal interinstitucional, inquisitorial y fascista.

Que voltee al espejo. Cuitláhuac no verá su reflejo. Verá la imagen de Javier Duarte tras las rejas. Estará viendo su futuro.

Y Claudia Guerrero, como toda la prensa libre, seguirá criticando al poder.

Archivo muerto

Ebrard quería a Andy López Beltrán como vicepresidente y Andy dijo que no. Más servil que Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López o Ricardo Monreal, el ex canciller Marcelo Ebrard Casaubón sacudió el ego de López Obrador. A su hijo, Andrés Manuel López Beltrán, lo haría secretario de la Transformación y, en los hechos, el número 2 en el próximo gobierno. Servil, sí, pero fue un golpe de audacia que no se le ocurrió a ninguno de sus contrincantes, las paniaguadas corcholatas de la sucesión.

Implícitamente, Ebrard dibujó en unos trazos cómo sería el maximato: él en la Presidencia; Andrés Manuel López Beltrán convertido en secretario de la Transformación y el Peje en Palenque, en el rancho La Chingada, ejerciendo el poder transexenal. Su propuesta robó la atención del primer día de la campaña anticipada de las corcholatas del obradorismo, este lunes 19, pero por la noche el hijo más político de AMLO rechazó la oferta. Marcelo Ebrard dejó helada a Claudia Sheinbaum, quien aún seguía disfrutando tener el bastón de mando recibido de manos de mujeres indígenas de Xochimilco. Ella con su bastón y Ebrard concentrando la atención de la opinión pública nacional. Y a las otras corcholatas ni quien los volteara a ver.

De servil, entreguista, agachón, no bajaban al ex canciller, pero el impacto fue brutal. Y sobre el presidente caía una tormenta: hipócrita, falsario, ya olvidó cuánto denostó el nepotismo, las familias que se heredan el poder, las monarquías políticas, como si en Morena no hicieran lo mismo que el PRIAN. Fue un golpe estratégico. Ebrard tomó la delantera en el show de la sucesión aunque Andy, el de la red de contratos millonarios para los amigos, al final haya declinado la posibilidad de convertirse en el vicepresidente de facto del gobierno federal, en octubre de 2024… 

Otra con dotes de servil es Luisa María Alcalde Luján, nueva secretaria de Gobernación. Sustituye a Adán Augusto López Hernández y deja en el camino a Alejandro Encinas Rodríguez, quien por segunda ocasión se queda con las ganas de ascender en el escalafón. Si alguien conoce de amarres políticos, de sensibilidad para atenuar conflictos, de tejer fino, es Encinas, pero el mesiánico no lo quiere en el primer nivel. Olga Sánchez Cordero dejó la Segob porque la señora sólo sabe ser ministra en retiro, con un salario que no lo tiene ni López Obrador, y Encinas no la reemplazó. Vio llegar a Adán Augusto López Hernández y AMLO lo mantuvo en la Subsecretaría de Derechos Humanos. Se fue Adán Augusto a la farsa de la elección interna de Morena para elegir al coordinador de los Comités por la Defensa de la 4T, o sea al candidato presidencial, y tampoco ascendió a la Secretaría de Gobernación.

Una joven sin perfil para el cargo, Luisa María Alcalde Luján lo rebasa. Llega precedida de malas notas: complicidad con la mafia de Carlos Romero Deschamps y el simulado proceso democrático al interior del sindicato petrolero que dejó todo igual, intacta e impune la pandilla del cacique sindical y disfrutando lo robado a lo largo de 30 años en el poder; complicidad con Napoleón Gómez Urrutia, líder del sindicato minero sin haber trabajado en la industria minera, heredando el cargo del padre, Napoleón Gómez Sada, y que suele resolver sus conflictos embistiendo a la disidencia, persiguiéndola, marginándola y solapando a los empresarios de la minería que trastocan y violan los derechos de los trabajadores. Sin experiencia ni fogueo en temas de política interior, de relaciones tirantes con gobiernos estatales de oposición, de confrontación con partidos políticos, hacia una elección presidencial donde se fue a pique el Plan B con el que el mesiánico pretendía manipular el proceso electoral 2024, Luisa María Alcalde Luján arriba a Gobernación… 

Emmanuel Peña Sánchez volverá a ser figura clave en la elección de 2024. No será candidato pero sí un activo de Morena, como antes lo fue del PRI. Emmanuel Peña no aspira a cargo alguno, pero sí a los beneficios de poder. No hay administración municipal y federal en que la empresa Copesa no detente contratos millonarios. Y ahora más por seguir en el ánimo de Norma Rocío Nahle García, la secretaria de Energía que no da una con la refinería de Dos Bocas, pero que es única en la recolección, con sobres amarillos o sin ellos, lo que le asegura su permanencia en el círculo de poder de Andrés Manuel. La colecta, como se ve, ya comenzó… Barbies en Desarrollo Urbano. Llegan a realizar el servicio social y al poco tiempo ya son las mandonas del lugar. Ivonne, Wendy y Yared, entre otras, tienen más poder que el titular del área, don Gilberto Velásquez, quien pasa más tiempo en Xalapa que en Coatzacoalcos con su familia; o sea, disfruta su beca mientras las Barbies se comen completo el pastel. Ya sólo falta que alguien pase corriente a las esposas de Eliezer y Nizi y vean en qué pierden el tiempo sus consortes y aquello será como para serie de Netflix…

El porro-gobernador ya tiene nueva rehén. A la jueza Angélica Sánchez la detuvo, le sembró droga, la hizo disparar un arma, fue objeto de desaparición forzada y ante la presión social, la tuvo que soltar. Y la vuelve a aprehender.

Se le va encima, ahora con la Guardia Nacional, imputándole —inventándole— nuevos cargos: delitos contra la fe pública y tráfico de influencias.

Salía de un elevador en el hotel donde se hospedaba, en la Ciudad de México, cuando una mujer se le acercó. Preguntó si era Angélica Sánchez Hernández. Le dijo que realizarían una diligencia. Hubo reclamo de la hija, hermana y cuñado de la jueza, pero la aprehensión se consumó.

Minutos después, el Registro Nacional de Detenciones aportó los detalles de la aprehensión y los delitos que le imputan.

Horas así y nadie supo dónde se hallaba, en qué condiciones se encontraba, si volvía a ser víctima de tortura física y psicológica, como el 5 de junio, día en que se le privó de la libertad por primera vez, en Xalapa.

La Fiscalía de la Ciudad de México se deslindó de la diligencia. La Guardia Nacional carece de atribuciones para haberla aprehendido pues no fue parte de un operativo ni actuó en apoyo a la Fiscalía General de la República. De entrada, todo fue ilegal.

La reaprehensión de este viernes 16 es la segunda parte de la vendetta de Cuitláhuac García, el porro-gobernador que validó la acción del grupo de Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz para detenerla a las puertas de su casa, la mañana del 5 de junio.

Aquello fue una operación de gángsters. Los esbirros de Cuitláhuac y del capitán Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, secretario de Seguridad, actuaron como si su jefe fuera el Negro Durazo o el temible Miguel Nazar Haro, ex titular de la Dirección Federal de Seguridad.

La incomunicaron, la torturaron, la mantuvieron con una bolsa de tela en la cabeza durante horas, le sembraron droga, le entintaron los dedos para que sus huellas fueran plasmadas en un papel con la declaración incriminatoria y la obligaron a disparar un arma para acusarla de haber agredido a los policías.

Y mientras sus familiares acudían a preguntar si estaba recluida en los separos del cuartel de San José, en Xalapa, la Policía lo negó una y otra vez. Eso es desaparición forzada.

Pero ante la presión social, la ira de los abogados, el reclamo de los jueces, la estridencia entre la prensa que informa, no los chayoteros de la Cuarta Putrefacción, Cuitláhuac se tuvo que hincar. Y la soltó. A regañadientes, pero la soltó.

Obsesivo, mentalmente afectado, el porro-gobernador fue por más. Tras ver a la jueza Angélica Sánchez Hernández en los escaños del Senado, respaldada por Ricardo Monreal, el que lo reventó con el caso José Manuel del Río Virgen, ordenó reactivar la embestida.

Días antes, Angélica Sánchez advirtió que tendría que enfrentar el juicio en el ámbito federal y estatal. Se desestimó la acusación de haber disparado contra los policías, pero seguía vigente la imputación por la droga que le fue sembrada.

Al periodista Pascal Beltrán del Río, director de Excélsior y conductor del noticiario Imagen Informativa Primera Emisión, le dio detalles y externó sus preocupaciones cuando estuvo en manos de los elementos de Seguridad Pública en el cuartel de San José.

“No conté cuántas bolsitas eran. Fue muy rápida la toma de la fotografía”. Tras horas de tortura, la colocaron frente a la droga y el arma, una pistola hechiza, colocando un policía su dedo sobre el de la jueza, accionando el gatillo y lanzando la bala sobre un banco de arena.

“Me di cuenta que me iban a acusar del delito contra las instituciones de Seguridad Pública, que es un delito bastante grave en Veracruz, que es el que sustituyó prácticamente al de ultrajes a la autoridad. Y por delitos contra la salud por posesión de narcóticos”.

Agrega:

“Por narcomenudeo porque era unas cuantas bolsitas de droga. No las conté porque fue muy rápida la toma de la fotografía que me hicieron y después me volvieron a mantener incomunicada”.

Vivió un infierno, el infierno morenista del gober criminal. Supo de los excesos de los esbirros de Operaciones Especiales, que tienen licencia para matar.

Se le mantuvo esposada, las manos en la espalda, como su fuera una criminal.

Le desbloquearon el teléfono celular, colocando el dedo pulgar sobre el botón que registra la huella dactilar. Una vez abierto, pudieron extraer mensajes de texto y voz, fotografías, documentos. Una auténtica violación a sus derechos humanos.

“Como lo dijo el gobernador, sigo bajo investigación. Y en cuanto a la tortura de la que fui víctima, porque la tortura no nada más son golpes, la tortura son vejaciones, amenazas, coacción, intimidación, coacción, todo eso es tortura psicológica. Yo tengo muchísimo temor de salir a la calle. Temor de perder de vista a mis hijos, que les vayan a hacer algo a ellos.

“El señor gobernador dijo que esta situación respecto a la tortura psicológica, él no la iba a investigar y que ya no iba a hablar más.

“Aparte me abrieron otra carpeta en la Fiscalía General. Mandaron a hacer un cateo a mi casa sin que hubiera nadie, sin que hubieran testigos de mi parte. Se llevaron una caja fuerte donde yo guardaba documentos de importancia, donde guardaba las escrituras de mi casa, pólizas de seguro, documentos de mi carro que todavía lo estoy pagando y una alhajitas”.

Al montaje no es ajeno Cuitláhuac García, el que tuvo el desliz de afirmar que se le aprehendió por delitos asociados a actos de corrupción.

Del montaje sabe un marino, el capitán Cuauhtémoc Zúñiga, secretario de Seguridad Pública de Veracruz, el que deja que sus esbirros fabriquen delitos donde no los hay.

Al montaje se prestó Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, presidenta del Poder Judicial de Veracruz, la que le soltó a la juez una siniestra amenaza: “atente a las consecuencias”.

El montaje lleva el sello de Bola 8, alias Eric Cisneros Burgos, secretario de Gobierno de Veracruz, quien tiene la amenaza en la punta de la lengua y la mente atrofiada.

Aún acuerpada por la prensa, respaldada por colegios de abogados, jueces del estado y federales, magistrados y la sociedad, la jueza Angélica Sánchez volvió a pisar la cárcel.

Vuelve a la cárcel. Le imputan el tema de las bolsas con droga. Le practican un cateo violando sus garantías y derechos, robándose una caja fuerte con objetos personales.

Los nuevos delitos que le imputan son contra la fe pública y tráfico de influencias. Pero ambos parten de acciones ilegales: haber desbloqueado su teléfono colocando por la fuerza el dedo pulgar en el botón de inicio y el cateo sin presencia de sus familiares.

Cuitláhuac García sabía para dónde iba. “La jueza mantenía comunicación con el abogado del acusado (Itiel “N”, alias “Compa Playa”, a quien la justicia federal le concedió el amparo contra la imputación de haber asesinado al ex diputado local priista, Juan Carlos Molina; amparo que la jueza Angélica Sánchez acató).

¿Cómo supo el porro-gobernador que la juez mantenía comunicación con el abogado del imputado? ¿Hubo espionaje telefónico? ¿Extrajeron información de su teléfono celular sin su consentimiento? ¿Acaso es la única jueza de Veracruz que habla con los abogados de los señalados en juicio? Que se sepa, la mayoría lo hace y no por ello es delito.

El pozo de lodo es profundo. Mientras más hurgan en los pasos de Cuitláhuac, más pus brota.

No le inquieta violar amparos, viciar del debido proceso, consumar la vendetta criminal.

El demonio de la Cuarta Putrefacción tiene el aval del demonio de Palacio Nacional.

Archivo muerto

“Ya me cansé”, dice Claudia Sheinbaum, mostrando que no aguanta nada. Ya se cansó doña corcholatita  de que le griten “piso parejo” en la carrera por la candidatura presidencial de Morena. Y le espeta a Alfonso Durazo Montaño, presidente del Consejo Nacional del partido obradorista, que a ella se le respeta. Pues ni tanto.

Tan frágil como un terrón de azúcar, cualquier soplido la desbarata. Llegó a la reunión del Consejo Político de Morena y los simpatizantes de Marcelo Ebrard comenzaron las arengas. “Piso parejo”. Y la corcholata favorita sintió que la agraviaban. ¿Cómo en un proceso democrático —ja— pueden pedirle piso parejo?. El manoteo de Claudia Sheinbaum quedó registrado en un video. El rostro descompuesto, el índice sobre Durazo, el puño en la mesa. Y junto a ella Gerardo Fernández Noroña, y centímetros más allá, Ricardo Monreal, que supieron aguantarse las ganas de reír. Se suponía que nadie tenía el teléfono celular al alcance, pues se acordó recoger todos los aparatos para que nadie diera cuenta de los desaguisados tan propios de los cónclaves de Morena. Pero la grabaron y dejaron constancia que si Sheinbaum llegara a la Presidencia, sería intratable.

“Donde yo llego, se me respeta”, se le escucha decir. Si tuviera la candidatura en la bolsa, no se pondría así. El juego de las corcholatas es el juego del tapado. Y el tapado es Ebrard… Las diatribas de José Pablo Robles contra Rocío Nahle son chisme de lavadero. Que la secretaria de Energía se arregló con los Yunes azules. Que si el senador Julen Rementería le debe comentar ese negocio al líder máximo del Partido Acción Nacional, Marko Cortés. Que si el que sabe la verdad sobre los contratos es el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza. Embozado, como siempre, sin dar la cara, como siempre, José Pablo Robles usa el pseudónimo de Maquivelo evidenciando que con Rocío Nahle la correlación de fuerzas y de poder, cambió. Más fácil, que se deje de chismes y la acuse con López Obrador. A menos, claro, que el presidente haya dejado de abrirle los oídos al jefe del Clan de la Succión. La zacatecana hace rato que nada con vejigas propias. Se habla en directo con Andrés Manuel. Acuerda con Andrés Manuel. Es escuchada por Andrés Manuel.

Tendrá mil defectos pero su interlocución con el presidente se mantiene en el máximo nivel. Lo único que la podría descarrilar es Dos Bocas, la refinería Olmeca que debe comenzar a producir dentro de dos semanas, como ofreció López Obrador y que se duda que así ocurra. ¿Qué llevó a Robles Succión, dueño de Diario del Istmo, Imagen de Veracruz e Imagen del Golfo, su consorcio patito que ya no influye en nadie, a armar tal chismerío contra quien suponían sería su palanca para atesorar más poder? Si Nahle se amarró con los Yunes guindas, los del Estero, políticamente hizo lo que nadie había logrado, domarlos. Y ya sin enemigo de peso en el PAN, se enfila hacia la candidatura de Morena al gobierno de Veracruz. No necesitó de Robles y los succionadores para sacar del camino a sus enemigos jurados. Ni lo peló. Y ya rebasado, José Pablo arma su chismerío. Ahí, entre Robles y Nahle hay punto de fricción…

 Valiente, osado, Gabino Gilberto García Cárdenas destapó un nido de corrupción. El sobrino incómodo conoce, como nadie, quién es quién en el entorno de Amado Cruz Malpica. Ha sabido, por años, de las andanzas de Arturo Delgadillo Medina, hoy director general de Obras Públicas en el ayuntamiento de Coatzacoalcos y antes director de Infraestructura de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP) en el gobierno de Javier Duarte. O sea, Morena absorbiendo a las lacras del priismo que saquearon Veracruz. Valiente, pues, Gabino García es quien formuló la más contundente acusación contra Delgadillo, a quien señala de haberle pedido 250 mil pesos para ayudar a supuestos morenistas de las colonias que operaron en la campaña de Amado Cruz Malpica a la alcaldía.

A cambio, habría obras por 5 millones de pesos. El dinero, dice Gabino García en una investigación de la Contraloría Municipal, lo entregó a Delgadillo una vez que asumió el cargo, pero los contratos nunca los vio. El dictamen de la Dirección de Quejas, Denuncias e Investigaciones de la Contraloría exonera a Delgadillo, el funcionario con quien mejor se entiende el alcalde Amado Cruz Malpica. O sea, Amado prefirió a Delgadillo y no a su sobrino Gabino García. La Contraloría pasó por alto un cúmulo de pruebas que le dan forma a la hipótesis de corrupción… Llegó el viernes y el agua del Yuribia sigue en el Yuribia. El centro de Coatzacoalcos y varias colonias continúan sin una gota de agua.

Fue reparado el daño al ducto que conduce el líquido desde el manantial enclavado en el municipio de Tatahuicapan, pero el suministro no se regularizó. Se programó la suspensión del servicio desde el 9 al 14 de junio. Llegó el miércoles 14 y no hubo agua. Anunciaron que reanudarían el servicio el viernes 16 y tampoco. O sea, la carencia de agua no la provoca el deterioro del ducto que transporta el líquido desde la presa Yuribia. Ya fue reparado pero la escasez continúa. En el centro de Coatzacoalcos el problema persiste desde hace meses. Los usuarios remedian la escasez adquiriendo pipas de agua con empresas particulares.

La Comisión Municipal de Agua y Saneamiento ofrece atenuar la carencia mediante pipas, pero no tiene capacidad para hacerlo. Eso sí, la directora de CMAS, Hildeliza Díaz Calafell, goza de un salario de 50 mil pesos mensuales, tiene una élite de zánganos que no dan resultado, y se dispensan contratos para auditar las condiciones de los medidores de agua, como si CMAS cobrara de acuerdo al consumo que registren esos aparatos Aplica una cuota fija. Es un fraude descomunal. Hildeliza Díaz cobra por un servicio que CMAS no le otorga a los usuarios. Es un robo marca 4T. La sociedad no debe pagar un centavo por un servicio que no le dan…

“Agacha la cabeza, perra”, escuchó una y otra vez la juez Angélica Sánchez. “Firma y déjate de mamadas”, le soltó otro policía insolente. Y así su tortura, resistiéndose a incriminarse hasta que la hicieron tomar un arma y disparar.

Cinco horas esposada, las manos en la espalda, inmovilizada como si fuera un criminal. Y sentía el asedio, escuchaba a sus verdugos, miembros de Operaciones Especiales, el siniestro cuerpo de élite de la Policía de Veracruz.

Cinco horas a ciegas, la cabeza cubierta con una tela que llegaba hasta los ojos impidiendo identificar detalles, rostros y espacios, cualquier vestigio del Cuartel de San José, el centro de tortura del gobierno de Cuitláhuac García.

Pasó de la aprehensión sin delito alguno a la desaparición, a la reclusión, al interrogatorio ilegal, a la violación del debido proceso, al insulto, al amado, al asedio, a la coacción psicológica, a estamparle las huellas de los dedos en un papel del que desconocía su contenido, a estampar su firma aunque con un BP (bajo protesta) y a ser obligada a tomar un arma en sus manos, sentir la mano del policía criminal colocándole el dedo en el gatillo y activarlo disparando hacia un banco de arena.

Si eso le ocurrió a la jueza Angélica Sánchez Hernández, el lunes 5, cosas peores les ocurren a los ciudadanos de a pie.

Las mazmorras de San José sirven para saciar la sed criminal del gobernador. En los separos se tortura de palabra y a golpes. Tras las rejas se dan vuelo los psicópatas, vaciando toda la violencia que traen en su interior.

Si Angélica Sánchez burló a la muerte y los cargos se extinguieron, si no fue a juicio por acatar un amparo emitido por un juez federal, fue por la presión social.

Los atisbos de un escándalo por tortura a una jueza, hicieron abortar el festín criminal del porro-gobernador Cuitláhuac García. Se alarmaron en Palacio Nacional. Arqueó las cejas Andrés Manuel, quien ataca a jueces, magistrados y ministros pero no se atreve a confinarlos en una prisión.

La vedette de Xalapa rebasó a su mentor. Y su mentor pudo ver que el porro-gobernador es un engendro del mal.

Angélica Sánchez Hernández pasó por la tortura física, moral, psicológica, por la coacción. Todo por acatar el amparo con que la justicia federal protege a Itiel “N”, al que identifican como  “Compa Playa”, y al que le imputaron el crimen del ex diputado local priista, Juan Carlos Molina.

Plagado de incongruencias, versiones inverosímiles, contradicciones, testimonios que acreditaban la inocencia de Itiel “N, no su culpabilidad, el juicio se vino abajo. Y Cuitláhuac y el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, estallaron contra la jueza.

De ahí, su aprehensión ilegal, la tortura, la presión para incriminarse y al final la tuvieron que soltar.

El relato de la jueza Angélica Sánchez al periodista Joaquín López Dóriga deja claro que la policía de Veracruz es criminal.

“Me hicieron disparar un arma dentro del cuartel de San José, que es donde me tuvieron privada de mi libertad, sin una orden de aprehensión porque no demostraron nada. Supuestamente esa era una detención en flagrancia.

“Y como no me demostraron nada, ellos tenían que armar todo su papeleo.

“Ellos me tenían todo el tiempo esposada. Me tenían con la cabeza tapada.

“Yo creo que el señor gobernador, tan ignorante del derecho, piensa que la tortura nada más son golpes. Está muy equivocado porque la tortura también puede ser psicológica, moral, las amenazas, la coacción. Todo es violatorio de nuestras garantías individuales. Y fue lo que hicieron conmigo.

“Me tuvieron todo el tiempo con la cabeza cubierta, evidentemente para no pudiera yo identificar a los elementos. Entre ellos vi que eran los de Operaciones Especiales, como si yo hubiera sido ¿quién?, ¿la hermana del Chapo? No sé. Creo que a la hermana del Chapo no le van a hacer nada, pero a mí sí.

“Eran los de Operaciones Especiales. No era cualquier contingente el que acudió a detenerme.

“El tiempo que me tuvieron privada de la libertad ahí, en San José, con la cabeza cubierta… Me agachaban la cabeza porque yo hacía el intento de levantar la cabeza y a través de la tela que tenía en la cabeza, trataba yo de ver siluetas o identificar voz, pero me decían: ‘agacha la cabeza, agacha la cabeza perra’. Así me decían.

“Me tenían esposada con las manos hacia atrás. Les decía: es que me lastima; esto me está lastimando.

“Me decían: vas a firmar estos papeles. Yo les decía: no voy a firmar nada. ‘Sí vas a firmarlo, por las buenas o por las malas. Si tú sabes lo que hiciste, tienes que firmarlo.

“Como les dije que no les iba a firmar, me entintaron los dedos. Así como yo tenía esposadas mis manos, me entintaron los dedos y sentí claramente cómo mis huellas las estampaban en papel. No sé qué papel, obviamente, porque no veía yo nada, pero me entintaron los dedos y alguien les ha de haber dicho: esas huellas no sirven de nada porque la maestra sabe firmar.

“Entonces regresó otro y me dijo: ‘esto lo vas a firmar porque lo vas a firmar y déjate de mamadas. Así me lo dijo.

“Puse mi rúbrica. En algunos puse nada más mi rúbrica. Puse las siglas BP, bajo protesta. Porque me estaban haciendo poner mi firma en renglones que estaban en blanco, donde decía: se le detectaron tales objetos. Le dije: pero es que esto está en blanco. Tú fírmale y deja de estar haciéndote la no se qué.

“Después, cuando me sacaron a hacer el disparo a un banco de arena que tienen ahí en un patio, ahí en San José, me dijeron: agarra la pistola. Señores, yo no sé disparar. Tú agárrala. Siempre hay una primera vez.

“Me la ponen en la mano. Una pistolilla plateada, toda como vieja, como hechiza, chiquita. No reconozco qué calibre pueda ser. En algún momento tomé clases de balística, de dactiloscopía, de grafología. Todo lo que es mi especialidad porque son maestra en Ciencias Penales, pero yo nunca había portado un arma, jamás en la vida.

“Me la pusieron en la mano. Y uno de ellos con su mano, encima de la mía, me metió el dedo al gatillo y lo jaló”.

Cuitláhuac orquestó una aprehensión ilegal, desaparición por cinco horas, violación a protocolos por parte de la Fiscalía de Veracruz y el cuartel de San José, al negar que la jueza estuviera confinada y en realidad ahí se encontraba. Fue desaparición forzada.

El porro-gobernador es responsable de la coacción, de los insultos, de la tortura psicológica, de obligar a la jueza Angélica Sánchez a firmar una incriminación y a disparar un arma, cuyo gatillo en realidad accionó uno de los policías-delincuentes.

La presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, la amenazó: “atente a las consecuencias”.

Y las consecuencias fueron la desaparición forzada orquestada por el porro que despacha como gobernador.

Ni López Obrador, que en verdad odia a los jueces, llegó a tanto.

Archivo muerto

Se requiere ser iluso, ignorante y bruto para suponer que el candidato de Morena surgirá de una encuesta. El sucesor de López Obrador lo designará López Obrador. El proceso interno es una faramalla. La campaña anticipada de las corcholatas pejistas, es una faramalla. Las renuncias de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal —“prefiero ser nada”—, son otra faramalla. El sondeo de opinión que realizarán cinco encuestadoras, es otra faramalla. El boicot a los medios antiobradoristas, o sea la prensa crítica que no le aplaude sus zarandajas y ocurrencias al Primer Porro de la Nación, es una faramalla. La inclusión de dos minicorcholatas, el educadísimo Gerardo Fernández Noroña y el “Güero Desabrido” Manuel Velasco, es otra faramalla. Lo único que le sale bien a Andrés Manuel es el show. La única encuesta que vale la armó Andrés Manuel López Obrador. El único consultado es López Obrador. Y el único que decidirá es López Obrador. Es la revitalización del dedazo al estilo más puro del priismo, incluido el juego del tapado o la candidata engañada, el uso de recursos públicos en temas electorales, la movilización de las masas, el control de los órganos electorales, el sometimiento de los enemigos, vía la persecución judicial, vía la descalificación y el baño de lodo en redes sociales. Andrés Manuel representa el dedo elector en ese afán por ejercer un poder transexenal, al estilo de los presidentes priistas. Pobres ilusos aquellos que crean que López Obrador va a aceptar lo que indique una encuesta de intención de voto. El sucesor lo nombra Andrés Manuel… Con sorna, Edel Álvarez increpa, una vez más, a Robles y al Clan de la Succión. Lo tunde Proceso con el tema de las ciudades judiciales, la corrupción, los contratos al hijo, y Edel sólo les manda un mensaje: “Yo tengo otros datos. Saludos a Costa Rica”. ¿Amaga el dueño del periódico Liberal del Sur con arremeter contra Roselia Barajas Olea, embajadora de México en el país centroamericano? Roselia Barajas es esposa de José Pablo Robles Martínez, dueño de Diario del Istmo, Imagen de Veracruz e Imagen del Golfo, un succionador profesional, según lo definió Fidel Herrera Beltrán en sus días de gobernador de Veracruz, por aquello de que lo mismo se enchufa a la ubre del PRI, PAN, PRD y ahora Morena. Fidel lo dijo con mayor procacidad, como quedó registrado en los célebres audios de la campaña de 2010. Proceso lanzó un demoledor reportaje contra Álvarez Peña, evidenciando desde inconsistencias administrativas hasta flagrantes delitos, de los que el ex alcalde de Coatzacoalcos ni suda ni se acongoja, dada la protección que le brinda el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, al que le entregó la plaza cuando se pudo haber reelegido al frente del Poder Judicial de Veracruz, cargo al que llegó con la venia de Miguel Ángel Yunes Linares, entonces gobernador. O sea que a Álvarez Peña también se le da aquello de exprimir al que se le pone en la mira. Proceso lo exhibe y Edel responde con una alusión con jiribilla a los Robles y al Clan de la Succión. Dice que tiene otros datos… En dos semanas, si no hay cambio de señal, llegará Marcelo Ebrard Casaubón a Coatzacoalcos. Tiene la mira puesta en un bastión obradorista que ya se ha pronunciado por Claudia Sheinbaum Pardo, la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México a la que, le guste o no, la hizo renunciar al cargo para entrarle al tongo de la democracia simulada en Morena. “Es Claudia”, se lee aún en decenas de bardas, en lo que es a todas luces campaña anticipada y, por consiguiente, delito electoral. Ebrard llega con la bendición de Beatriz Gutiérrez Müller, la no primera dama de México, la mujer que jefatura al grupo de los notables que están moviendo los hilos de la sucesión. Sólo falta que Ebrard se deshaga de algunos lastres, como Mónica y la Pepona Robles, para que reciba menos metralla en el accidentado camino hacia la candidatura. Hay garrapatas y pulgas que lo único que saben es sangrar… “Te voy a partir la madre”, le soltó Víctor Cruz Romero al líder del Partido Acción Nacional en Coatzacoalcos, César Soto. Y todo porque el panista testereó a Marcia Mora, novia de Cruz Romero, el que lleva por apodo “El Kalimba”. César Soto Santiago le puso el cascabel al gato. Refirió que lo que Marcia Mora haga en Movimiento Ciudadano, partido en el que se mueve a discreción, tiene un origen mal habido. Y lo dijo porque la dama fue esposa de Pedro Martínez Escudero, presidente de Cofisur, la financiera que hace una década quebró y perpetró un fraude de miles de millones de pesos en agravio de los socios. Marcia Mora, de acuerdo con registros hemerográficos y videos, era la mayor promotora de Cofisur. Y ese es un pasado que quisiera sepultar. Así pues, la reacción explosiva del “Kalimba” en una llamada realizada a las 6:48 de la tarde, el viernes 9 de junio. César Soto tiene un testigo de calidad que escuchó la amenaza del ex priista, antiguo operador electoral del ex tesorero municipal Mariano Moreno Canepa, a quien incrustó en el Instituto Federal Electoral en 2009 cuando su jefe político, Iván Hillman Chapoy, contendió por la diputación federal y la operación en contra de Marcelo Montiel Montiel lo llevó a una estrepitosa derrota que tácitamente acabó con su carreta política. Del Kalimba Cruz Romero hay antecedentes violentos. Y si no, pregúntenle a su ex novia Paola. Hubo una frase clave cuando soltó la amenaza contra César Soto: “No sabes de lo que somos capaces”. ¿Quiénes? ¿Con qué pandilla se junta? ¿O con qué grupo delictivo? Con esos amigos y una colaboradora tan recordada por los socios defraudados de Cofisur, Dante Delgado Rannauro ya puede ir pensando en los pésimos resultados electorales que le esperan a Movimiento Ciudadano en Coatzacoalcos…

Cinco horas incomunicada, torturada, obligada a tomar un arma y lanzar disparos, con droga que le fue sembrada y confinada en una prisión. La jueza Angélica Sánchez ya sintió que el régimen de terror del gobernador es real.

Sintió la alevosía de la Policía Estatal.

Sintió el abuso demencial de Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz.

Sintió la mano superlativamente criminal del secretario de Gobierno, Eric Cisneros.

Sintió la insidia perversa de Verónica Hernández Giadáns, la fiscal espuria.

Sintió la sangre infame que corre por las venas de la presidenta del Poder Judicial, Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre.

Su pecado fue acatar un amparo concedido por un juez federal a un procesado, Itiel “N”, alias “Compa Playa”, acusado con pruebas falsas, con inconsistencias brutales, del crimen del ex diputado local, Juan Carlos Molina, ex líder del sector campesino del PRI en Veracruz.

El lunes 5, citada a comparecer ante la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Lisbeth Aurelia Jiménez, la jueza Angélica Sánchez fue aprehendida e incomunicada.

Fue una celada. Le llamaron la noche del domingo 4 para ser increpada a la mañana siguiente por haber acatado el amparo que concede libertad a Itiel “N”.

El supuesto “Compa Playa” se hallaba confinado en una prisión de Ramos Arizpe, Coahuila. El sábado 3 de mayo, luego que surtiera efecto el amparo, fue puesto brevemente en libertad. Pero lo reaprehendieron el domingo 4 y se le trasladó a Veracruz.

A la mañana siguiente, el lunes 5, los familiares de la jueza Angélica Sánchez Hernández perdieron contacto con ella. Temieron un secuestro. Lo difundieron y la noticia detonó.

Una llamada telefónica los alertó que se trataba de una aprehensión por parte de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz. Sin embargo, al acudir a los separos policíacos, les fue negado que la jueza Angélica Sánchez se hallara ahí.

Quien les informó que se trataba de una aprehensión, refirió que fue intervenida por elementos de Seguridad Pública de Veracruz en una tienda de conveniencia, cerca de Arco Sur, en Xalapa.

Por espacio de cinco horas, la búsqueda fue infructuosa. Acudían a la Fiscalía y les negaban que estuviera ahí. Se presentaron al Cuartel San José y la respuesta fue igual.

Así hasta que se oficializó la aprehensión. El gobernador Cuitláhuac García, con más gestos y contoneos que con palabras y argumentos, no sabía qué decir.

Sólo atinaba a apuntar que se le detuvo “ante la sospecha de una comisión de delito que lo decidirá un juez”.

Se le cuestionó sobre qué delito, concretamente sobre un delito tipificado en el Código Penal, y Cuitláhuac agudizó el cantinfleo.

“Sí es importante, muy importante descubrir estas redes de complicidades que se llegan a dar por presuntos actos de corrupción”, agregó el gobernador.

Todo era “presunto” y “sospechas”, pero a la jueza Angélica Sánchez la tenía tras las rejas.

El enredo creció, horas después, cuando la Fiscalía de Veracruz lanzó la mayor y más descabellada versión contra un integrante del Poder Judicial. Le imputó que la jueza Angélica Sánchez Hernández había disparado un arma de fuego contra los elementos policíacos que la aprehendieron y que le se le detuvo en posesión de droga. Obvio, era un montaje.

Esa tarde las redes sociales reventaron al gobernador. Se le acusaba de fabricar delitos, ensañándose con la jueza adscrita a Cosamaloapan cuyo pecado fue acatar el amparo concedido por un juez federal que otorgaba la libertad al “Compa Playa”.

Entre las inconsistencias de la acusación contra Itiel “N”, el juez federal halló que una veintena de testigos confirmaron que a la hora en que ocurrió el crimen del diputado Juan Carlos Molina, “Compa Playa” se hallaba en Querétaro, no en Medellín, Veracruz. El caso era insostenible.

Pero el pecado de la jueza Angélica Sánchez fue negarse a retenerlo bajo proceso legal, usando triquiñuelas y subterfugios legales.

Aquella noche, noticiarios televisivos, la radio, espacios en redes sociales, plataformas noticiosas, todos exhibieron al gobernador Cuitláhuac García. Y el gobernador se quebró.

El martes 6, amigos de la jueza Angélica Sánchez revelaron un mensaje que les hizo llegar antes de acudir a la cita que tenía programada con la presidenta del Poder Judicial de Veracruz, Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre.

“Querido grupo, el sábado tuve una audiencia muy delicada en la que liberé a una persona por falta de datos de prueba y porque en esa carpeta de investigación hay demasiadas truculencias.

“Hoy estoy citada en el Tribunal Superior de Justicia y considero necesario acudir amparada. La resolución que dicté fue en cumplimiento de un amparo que evidentemente observó todos esos defectos en la investigación.

“Mi pecado, no haber comunicado a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia mi decisión, la cual se puso furiosa cuando supo de mi decisión, porque la persona liberada alguna vez en audiencia pidió que yo me excusara de conocer su asunto porque yo había sido nombrada por Eric Cisneros, a lo cual me negué porque yo tengo una carrera judicial intachable de 25 años que me avala, pero me hizo pensar que el hombre es su enemigo y como desgraciadamente nuestra presidenta responde a los intereses de ese señor pues ahora me querrán causar daño.

“Les pido su apoyo y solidaridad. Yo le dije a la presidenta que no podía dictar una vinculación ante tales deficiencias y por supuesto que tampoco iba yo a inventar datos como lo hizo la Fiscalía”.

Tocó un punto crucial. Señaló que la presidenta del Poder Judicial es súbdita del secretario de Gobierno, Eric Cisneros. A él obedece. A él se somete.

“Como desgraciadamente —dijo— nuestra presidenta responde a los intereses de ese señor pues ahora me querrán causar daño”.

Un día después, el miércoles 7, la misma Fiscalía que acusó a la jueza Angélica Sánchez de haber disparado contra elementos de la Policía Estatal y a la que le imputó haberle hallado droga en su poder, la dejó en libertad por carecer de evidencia que la inculpara. Eso sí, “con las reservas de ley” y advirtiendo que la investigación continúa. Tácitamente una amenaza.

Al dejar la prisión, Angélica Sánchez dijo fue contundente: “Me torturaron”.

Fueron 48 horas cruciales. Ahí supo que el régimen de terror de Cuitláhuac no es mito, es real.

Es la obradorización de la justicia. O la justicia mancillada, convertida instrumento de represión, terror y miedo.

Morena, Cuitláhuac, Cisneros, Giadáns, Aurelia, todos destruyendo el estado de derecho.

Cuitláhuac y su furia contra jueces que acatan amparos porque se ciñen a la ley.

Cisneros, un sicario político de evidentes limitaciones morales pero, sobre todo, mentales, que hizo del Poder Judicial el instrumento de sus vendettas.

Verónica Hernández Giadáns, atestando las cárceles veracruzanas de inocentes.

Lisbeth Aurelia Jiménez, la conserje del gang (de gángsters) que teje las trampas para que los jueces sean levantados por la policía, incomunicados por cinco horas, obligados a disparar un arma para que den positivo a la prueba de rodizonato, que les sea sembrada droga y que se les bañe de lodo. Y ante el escándalo, los tienen que soltar.

Los miserables no tienen por qué sembrar el terror en Veracruz.

Y los veracruzanos no tienen por qué dejar que sea así.

Archivo muerto

Las mafias políticas caminan rumbo a la sucesión presidencialYa sea que renuncie Marcelo Ebrard y le sigan Monreal —“prefiero ser nada”— y Adán Augusto y Claudia Sheinbaum, o el Güero Velasco del Partido Verde, o los panistas Creel, Lilly Téllez o Ricardo Anaya y los priistas De la Madrid, Ruiz Massieu y Alito, las mafias políticas sólo quieren el poder. Nadie representa a la sociedad. Y no les importa la sociedad. El juego de las élites políticas inicia con el show de las renuncias. Y vendrán las pasarelas. Y fabricarán todo tipo de encuestas. Y será un espectáculo cargado de vileza y de engaño. Y al final, en Morena, será candidato quien decida Andrés Manuel López Obrador. En la oposición será igual. No deciden los militantes, ni se abren los procesos internos a la sociedad.

El inservible PRI está en manos del delincuentazo Alejandro Moreno, mientras desde las sombras operan, negocian, regatean, se desairan, se reconcilian los Beltrones, los Gamboa Patrón, los Osorio Chong, lo que queda del Grupo Atlacomulco, los que aún tienen algo de operatividad, porque de haber detentado el poder por 70 años, transando con el PAN, regresado a la Presidencia con Peña Nieto, no les queda, tácitamente, nada.

El 4 por ciento de la población nacional que gobiernan es literalmente una miseria. Y el PAN, atrapado por sus propias mafias, que si Ricardo Anaya y Marko Cortés, que si los Yunkes, que si los doctrinarios, que si el priismo que ya no cupo en el PRI y le hace fuchi a Morena y al PRD. Pero nadie, ni los obradoristas ni la oposición, concibe un candidato surgido de la sociedad, donde están los votos. Sólo Manolo Jiménez, gobernador electo de Coahuila, ha expresado cómo se puede ganar: un frente ciudadano que le dé espacio a los integrantes de la sociedad. Pero las élites políticas quieren lo contrario: usar a la sociedad

 Samuel Ordaz, el villanuelo de Amado, también se fue. Lo echa a patadas Rocío Nahle, harta de quejas y trastadas, de las ínfulas de un ambicioso vulgar, del jefe de una minipandilla que sembró de rufiancillos el ayuntamiento de Coatzacoalcos hasta imaginarse superior los ediles que orbitan en torno a la secretaria de Energía.

Metió las manos en Desarrollo Urbano, en Comunicación Social, traía de secretaria a la titular del Instituto Municipal de la Juventud. Samuel Ordaz Ortega llegó a desdeñar las instrucciones del alcalde Amado Cruz Malpica y a ignorar a los enviados del presidente municipal, no dignándose a recibirlos en su aposento desde donde se sentía vicealcalde de Coatzacoalcos. Hasta que tensó la cuerda, hasta que urdió un golpe que descalabró a Amado Cruz Malpica y filtró información con la que ridiculizó a Rocío Nahle. Horas después, recibió la sentencia: o renuncias o te largas.

Y presentó su renuncia al cabildo de Coatzacoalcos donde, literalmente, gozaron dándole trámite y consumando la destitución. Quedan para el anecdotario la vez que un encapuchado narco irrumpió en la presidencia municipal exigiendo que Samuel devolviera lo que habían pagado por el espectáculo de rodeo que no se pudo llevar a cabo por los hechos de violencia en el estado H. Santos, negocio de otro bribón llamado Lizandro Pérez, que desde la Dirección de Desarrollo Urbano hace de las suyas sin que nadie, ni el alcalde, le ponga freno; o el caos en el área de Comunicación donde se dio el lujo de crear una oficina alterna en las barbas de Amado Cruz Malpica, provocando un auténtico desastre informativo sólo por el hecho de tener un pull de medios y mercachifles del periodismo a su lado, pero que de nada le sirve al presidente municipal.

Desde ahí se llegaron a dispersar versiones de un supuesto amorío del edil y hasta un hecho gravísimo que atañe al crimen de un indigente, silenciado por intentar divulgar información explosiva. Samuel Ordaz se fue. Falta que se le investigue por usurpar funciones, por abusar de su autoridad, por el cobro de piso a los emprendedores del parque Independencia y por el fuego amigo del que no se salvó ni Amado Cruz Malpica. Lo releva Ricardo Ordóñez Malpica, primo y suplente del presidente municipal, que ya pasó por la Dirección del Deporte y que ahora sabrá si sigue los pasos de Samuel o da un golpe de timón. De entrada, algo tendrá que hacer con la pandilla de malandros que le heredó su antecesor… 

Al delegado del PRI nacional, Pedro Gutiérrez, sólo le faltó agarrar la matraca y destapar a Fernando Kuri. Fue al puerto de Veracruz y celebró el pronunciamiento de una facción del priismo a favor del ex alcalde de Oluta, personaje muy, pero muy duartista. Pedro Gutiérrez se veía cómodo, más cuando sus correligionarios se le fueron a la yugular a Carolina Gudiño Corro, ex presidenta municipal del puerto jarocho y, sin duda, la figura femenina más relevante políticamente en los días en que gobernó Fidel Herrera Beltrán. Al delegado del PRI nacional se la cantaron de frente.

O los toman en cuenta o habrá brazos caídos y vacíos a la hora de buscar el voto, en 2024. Y Pedro Gutiérrez no tuvo palabras para atajarlos, para fijarles límites, para enfriarles el calor. Prefirió sonreír, celebrar y tácitamente secundar la ambición de Fernando Kuri para seguir medrando en el PRI estatal, como lo viene haciendo al amparo del líder saliente, Marlon Ramírez Marín…  CMAS Coatzacoalcos es un fraude. Mes a mes cobra por un servicio que no brinda o brinda a medias. Mes a mes los recibos de agua presentan la misma cantidad a cobrar. Es una cuota fija. Los medidores son sólo un adorno. Pero en meses, en el centro de Coatzacoalcos, no hay suministro de agua. El fraude es descarado. CMAS Coatzacoalcos cobra por un servicio que no proporciona. Se beneficia de un engaño. Es el fraude de Hildeliza Díaz Calafell, directora de CMAS, funcionaria de medianos alcances que en año y medio ha demostrado una absoluta incapacidad. El punto de conflicto se halla a media cuadra de la residencia del alcalde Amado Cruz Malpica.

Las obras de rehabilitación de la red de agua potable, a cargo del ayuntamiento de Coatzacoalcos, mantienen prácticamente sin suministro a centenares de familias desde hace nueve meses. CMAS, cuando puede y cuando quiere, envía pipas de agua a unos cuantos domicilios. La irritación social es cada vez mayor. Y estalla cuando son entregados los recibos de CMAS. O sea, CMAS Coatzacoalcos cobra por un suministro de agua inexistente. Y peor cuando CMAS anuncia que ahora por obras de reparación en el ducto que conduce el agua desde la presa Yuribia, suspenderá el servicio del 9 al 13 de junio. Es un fraude institucional…