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En medio de una ola de violencia que golpea a prácticamente toda la entidad, a unos días de que un periodista sufriera un atentado y a unas horas de que se le señalara de haber tejido una red de nepotismo en el interior de su administración, el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo rindió su quinto informe de gobierno en la plancha de la plaza de armas de Cuernavaca.

En el lugar lo arropó su familia, su gabinete y el acarreo de burócratas estatales que llegaron con credencial en mano a pasar lista y a ser acomodados por niveles, según el escalafón.

Algunos elementos recordaron los viejos informes al estilo del PRI, cuando los discursos demagógicos eran aplaudidos sistemáticamente y las matracas resonaban en señal de apoyo.

Para hacerlo más parecido, el evento contó con la retahíla de cifras alegres, mismas que no pudieron ser dichas de corrido por el mandatario, pues su lectura no ha mejorado en absoluto a pesar de llevar casi nueve años en la política, si contamos los tres años de la presidencia municipal de Cuernavaca.

Por ello, el atropellado discurso fue acompañado de videos que desdoblaban las cifras y los logros.

Además, no podían faltar dos elementos fundamentales en la liturgia priista de antaño: al final del discurso se hacía necesaria la presencia de los miembros del gabinete, de los líderes camarales, de los invitados especiales, de los representantes de los otros poderes, para besar la mano del Ejecutivo. No fue la excepción.

Incluso Margarita González Saravia, candidata de Morena a la gubernatura y antigua empleada de Blanco Bravo, participó del besamanos.

El otro elemento es el circo: luego de la ceremonia, en el lado opuesto de la plancha, “la madre de todas las bandas”, El Recodo, cumplió con el ritual.

El gobernador admitió que, a pesar de todo, “reconocemos que en Morelos la inseguridad es el mayor reclamo social, lo asumimos y lo atendemos”, aunque previamente aseguró que “logramos disminuir los delitos de alto impacto, así lo demuestran los indicadores del Sistema Nacional de Seguridad Pública”.

Al medio día, una comisión del gabinete entregó el documento impreso del informe al Congreso local. A las 6:30 de la tarde, con una plaza llena de sillas que fueron ocupadas por burócratas estatales, el gobernador llegó con su esposa. A las 7:30 culminó el mensaje aderezado con los videos. A esa hora comenzó el desfile de funcionarios e invitados especiales. Luego la foto oficial y, finalmente, el baile con El Recodo.


Los otros datos
En tanto, la organización Morelos Rinde Cuentas hizo público un resumen de indicadores que demuestran que las cifras presentadas por Cuauhtémoc Blanco en su quinto informe son, cuando menos, cuestionables.

En seguridad, rubro en el que peor le ha ido al estado, tomando como base sólo el delito de homicidio doloso, se establece que el crecimiento en su administración es exponencial.

Con base en las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el gobierno del panista Marco Antonio Adame Castillo (2006-2012), cuando inició la guerra contra el narco de Felipe Calderón, la cifra de homicidios dolosos fue de 2 mil 542. En el siguiente gobierno, el del perredista Graco Ramírez (2012-2018), el número de asesinatos aumentó fue de 2 mil 347. Sin embargo, en los primeros cinco años del gobierno del exfutbolista, la cifra alcanzó los 5 mil 279 y el mes de enero de 2024 ha sido el más violento en lo que va de la administración.

En salud, otro rubro que presumió en el informe con buenos resultados, en realidad, de acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval), las personas con carencia en servicios de salud aumentaron prácticamente en 50 por ciento, pues en 2018 el número era de 627 mil 846 personas, mientras que para 2022, la cifra se acercaba al millón, con 933 mil 485.

Morelos se colocó en el Índice de Competitividad 2023 en el lugar 23; en el conteo de informalidad laboral en el sitio 24; en el Índice de Estado de Derecho del World Justice Proyect en la posición 28; en el Índice de Desarrollo Democrático de la Fundación Konrad Adenauer y el Instituto Nacional Electoral en el lugar 29; y en la Encuesta Nacional de Percepción de Inseguridad en el sitio 30.