El jueves pasado, durante un evento de la candidata a la gubernatura de Veracruz, Rocío Nahle García, se desató un deplorable episodio de violencia física y verbal contra periodistas presentes en el lugar.
Las escenas, registradas en videos que circulan en redes sociales, revelan una clara vulneración a la libertad de prensa y al derecho a la información.
Los integrantes del equipo de campaña de Nahle formaron una barrera humana para impedir el acceso de los periodistas, llegando al extremo de empujarlos y jalonearlos. Estas acciones, más allá de ser inaceptables, constituyen un grave atentado contra la integridad y el ejercicio profesional de los periodistas, quienes cumplen con su deber de informar a la sociedad.
Este incidente adquiere mayor gravedad en el contexto de una denuncia por corrupción presentada contra Rocío Nahle y su esposo, lo que sugiere una estrategia para silenciar la cobertura crítica por parte de la prensa. Resulta alarmante que una candidata a la gubernatura recurra a prácticas autoritarias para eludir el escrutinio público y la rendición de cuentas.
Es imperativo que las autoridades realicen una investigación exhaustiva sobre este incidente y que se identifique y sancione a los responsables de las agresiones.
La impunidad no puede ser tolerada en un Estado democrático, y la justicia debe prevalecer para salvaguardar la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo independiente.
Rocío Nahle, en calidad de líder de su equipo de campaña, tiene la obligación moral de condenar públicamente estas acciones y de demostrar un auténtico compromiso con la libertad de prensa. Su omisión o complicidad ante estas agresiones solo alimentaría la percepción de autoritarismo y desprecio por los principios democráticos.
Es crucial que la sociedad veracruzana y la comunidad periodística se pronuncien enérgicamente contra este tipo de actitudes represivas y exijan un entorno seguro y propicio para el ejercicio del periodismo. La libertad de expresión es un derecho fundamental que no puede ser menoscabado en ningún caso, y es deber de todos proteger y defender con firmeza su ejercicio pleno.