Miércoles, 15 de May de 2024
Mussio Cárdenas Arellano

Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com

 

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Cinco horas incomunicada, torturada, obligada a tomar un arma y lanzar disparos, con droga que le fue sembrada y confinada en una prisión. La jueza Angélica Sánchez ya sintió que el régimen de terror del gobernador es real.

Sintió la alevosía de la Policía Estatal.

Sintió el abuso demencial de Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz.

Sintió la mano superlativamente criminal del secretario de Gobierno, Eric Cisneros.

Sintió la insidia perversa de Verónica Hernández Giadáns, la fiscal espuria.

Sintió la sangre infame que corre por las venas de la presidenta del Poder Judicial, Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre.

Su pecado fue acatar un amparo concedido por un juez federal a un procesado, Itiel “N”, alias “Compa Playa”, acusado con pruebas falsas, con inconsistencias brutales, del crimen del ex diputado local, Juan Carlos Molina, ex líder del sector campesino del PRI en Veracruz.

El lunes 5, citada a comparecer ante la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Lisbeth Aurelia Jiménez, la jueza Angélica Sánchez fue aprehendida e incomunicada.

Fue una celada. Le llamaron la noche del domingo 4 para ser increpada a la mañana siguiente por haber acatado el amparo que concede libertad a Itiel “N”.

El supuesto “Compa Playa” se hallaba confinado en una prisión de Ramos Arizpe, Coahuila. El sábado 3 de mayo, luego que surtiera efecto el amparo, fue puesto brevemente en libertad. Pero lo reaprehendieron el domingo 4 y se le trasladó a Veracruz.

A la mañana siguiente, el lunes 5, los familiares de la jueza Angélica Sánchez Hernández perdieron contacto con ella. Temieron un secuestro. Lo difundieron y la noticia detonó.

Una llamada telefónica los alertó que se trataba de una aprehensión por parte de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz. Sin embargo, al acudir a los separos policíacos, les fue negado que la jueza Angélica Sánchez se hallara ahí.

Quien les informó que se trataba de una aprehensión, refirió que fue intervenida por elementos de Seguridad Pública de Veracruz en una tienda de conveniencia, cerca de Arco Sur, en Xalapa.

Por espacio de cinco horas, la búsqueda fue infructuosa. Acudían a la Fiscalía y les negaban que estuviera ahí. Se presentaron al Cuartel San José y la respuesta fue igual.

Así hasta que se oficializó la aprehensión. El gobernador Cuitláhuac García, con más gestos y contoneos que con palabras y argumentos, no sabía qué decir.

Sólo atinaba a apuntar que se le detuvo “ante la sospecha de una comisión de delito que lo decidirá un juez”.

Se le cuestionó sobre qué delito, concretamente sobre un delito tipificado en el Código Penal, y Cuitláhuac agudizó el cantinfleo.

“Sí es importante, muy importante descubrir estas redes de complicidades que se llegan a dar por presuntos actos de corrupción”, agregó el gobernador.

Todo era “presunto” y “sospechas”, pero a la jueza Angélica Sánchez la tenía tras las rejas.

El enredo creció, horas después, cuando la Fiscalía de Veracruz lanzó la mayor y más descabellada versión contra un integrante del Poder Judicial. Le imputó que la jueza Angélica Sánchez Hernández había disparado un arma de fuego contra los elementos policíacos que la aprehendieron y que le se le detuvo en posesión de droga. Obvio, era un montaje.

Esa tarde las redes sociales reventaron al gobernador. Se le acusaba de fabricar delitos, ensañándose con la jueza adscrita a Cosamaloapan cuyo pecado fue acatar el amparo concedido por un juez federal que otorgaba la libertad al “Compa Playa”.

Entre las inconsistencias de la acusación contra Itiel “N”, el juez federal halló que una veintena de testigos confirmaron que a la hora en que ocurrió el crimen del diputado Juan Carlos Molina, “Compa Playa” se hallaba en Querétaro, no en Medellín, Veracruz. El caso era insostenible.

Pero el pecado de la jueza Angélica Sánchez fue negarse a retenerlo bajo proceso legal, usando triquiñuelas y subterfugios legales.

Aquella noche, noticiarios televisivos, la radio, espacios en redes sociales, plataformas noticiosas, todos exhibieron al gobernador Cuitláhuac García. Y el gobernador se quebró.

El martes 6, amigos de la jueza Angélica Sánchez revelaron un mensaje que les hizo llegar antes de acudir a la cita que tenía programada con la presidenta del Poder Judicial de Veracruz, Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre.

“Querido grupo, el sábado tuve una audiencia muy delicada en la que liberé a una persona por falta de datos de prueba y porque en esa carpeta de investigación hay demasiadas truculencias.

“Hoy estoy citada en el Tribunal Superior de Justicia y considero necesario acudir amparada. La resolución que dicté fue en cumplimiento de un amparo que evidentemente observó todos esos defectos en la investigación.

“Mi pecado, no haber comunicado a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia mi decisión, la cual se puso furiosa cuando supo de mi decisión, porque la persona liberada alguna vez en audiencia pidió que yo me excusara de conocer su asunto porque yo había sido nombrada por Eric Cisneros, a lo cual me negué porque yo tengo una carrera judicial intachable de 25 años que me avala, pero me hizo pensar que el hombre es su enemigo y como desgraciadamente nuestra presidenta responde a los intereses de ese señor pues ahora me querrán causar daño.

“Les pido su apoyo y solidaridad. Yo le dije a la presidenta que no podía dictar una vinculación ante tales deficiencias y por supuesto que tampoco iba yo a inventar datos como lo hizo la Fiscalía”.

Tocó un punto crucial. Señaló que la presidenta del Poder Judicial es súbdita del secretario de Gobierno, Eric Cisneros. A él obedece. A él se somete.

“Como desgraciadamente —dijo— nuestra presidenta responde a los intereses de ese señor pues ahora me querrán causar daño”.

Un día después, el miércoles 7, la misma Fiscalía que acusó a la jueza Angélica Sánchez de haber disparado contra elementos de la Policía Estatal y a la que le imputó haberle hallado droga en su poder, la dejó en libertad por carecer de evidencia que la inculpara. Eso sí, “con las reservas de ley” y advirtiendo que la investigación continúa. Tácitamente una amenaza.

Al dejar la prisión, Angélica Sánchez dijo fue contundente: “Me torturaron”.

Fueron 48 horas cruciales. Ahí supo que el régimen de terror de Cuitláhuac no es mito, es real.

Es la obradorización de la justicia. O la justicia mancillada, convertida instrumento de represión, terror y miedo.

Morena, Cuitláhuac, Cisneros, Giadáns, Aurelia, todos destruyendo el estado de derecho.

Cuitláhuac y su furia contra jueces que acatan amparos porque se ciñen a la ley.

Cisneros, un sicario político de evidentes limitaciones morales pero, sobre todo, mentales, que hizo del Poder Judicial el instrumento de sus vendettas.

Verónica Hernández Giadáns, atestando las cárceles veracruzanas de inocentes.

Lisbeth Aurelia Jiménez, la conserje del gang (de gángsters) que teje las trampas para que los jueces sean levantados por la policía, incomunicados por cinco horas, obligados a disparar un arma para que den positivo a la prueba de rodizonato, que les sea sembrada droga y que se les bañe de lodo. Y ante el escándalo, los tienen que soltar.

Los miserables no tienen por qué sembrar el terror en Veracruz.

Y los veracruzanos no tienen por qué dejar que sea así.

Archivo muerto

Las mafias políticas caminan rumbo a la sucesión presidencialYa sea que renuncie Marcelo Ebrard y le sigan Monreal —“prefiero ser nada”— y Adán Augusto y Claudia Sheinbaum, o el Güero Velasco del Partido Verde, o los panistas Creel, Lilly Téllez o Ricardo Anaya y los priistas De la Madrid, Ruiz Massieu y Alito, las mafias políticas sólo quieren el poder. Nadie representa a la sociedad. Y no les importa la sociedad. El juego de las élites políticas inicia con el show de las renuncias. Y vendrán las pasarelas. Y fabricarán todo tipo de encuestas. Y será un espectáculo cargado de vileza y de engaño. Y al final, en Morena, será candidato quien decida Andrés Manuel López Obrador. En la oposición será igual. No deciden los militantes, ni se abren los procesos internos a la sociedad.

El inservible PRI está en manos del delincuentazo Alejandro Moreno, mientras desde las sombras operan, negocian, regatean, se desairan, se reconcilian los Beltrones, los Gamboa Patrón, los Osorio Chong, lo que queda del Grupo Atlacomulco, los que aún tienen algo de operatividad, porque de haber detentado el poder por 70 años, transando con el PAN, regresado a la Presidencia con Peña Nieto, no les queda, tácitamente, nada.

El 4 por ciento de la población nacional que gobiernan es literalmente una miseria. Y el PAN, atrapado por sus propias mafias, que si Ricardo Anaya y Marko Cortés, que si los Yunkes, que si los doctrinarios, que si el priismo que ya no cupo en el PRI y le hace fuchi a Morena y al PRD. Pero nadie, ni los obradoristas ni la oposición, concibe un candidato surgido de la sociedad, donde están los votos. Sólo Manolo Jiménez, gobernador electo de Coahuila, ha expresado cómo se puede ganar: un frente ciudadano que le dé espacio a los integrantes de la sociedad. Pero las élites políticas quieren lo contrario: usar a la sociedad

 Samuel Ordaz, el villanuelo de Amado, también se fue. Lo echa a patadas Rocío Nahle, harta de quejas y trastadas, de las ínfulas de un ambicioso vulgar, del jefe de una minipandilla que sembró de rufiancillos el ayuntamiento de Coatzacoalcos hasta imaginarse superior los ediles que orbitan en torno a la secretaria de Energía.

Metió las manos en Desarrollo Urbano, en Comunicación Social, traía de secretaria a la titular del Instituto Municipal de la Juventud. Samuel Ordaz Ortega llegó a desdeñar las instrucciones del alcalde Amado Cruz Malpica y a ignorar a los enviados del presidente municipal, no dignándose a recibirlos en su aposento desde donde se sentía vicealcalde de Coatzacoalcos. Hasta que tensó la cuerda, hasta que urdió un golpe que descalabró a Amado Cruz Malpica y filtró información con la que ridiculizó a Rocío Nahle. Horas después, recibió la sentencia: o renuncias o te largas.

Y presentó su renuncia al cabildo de Coatzacoalcos donde, literalmente, gozaron dándole trámite y consumando la destitución. Quedan para el anecdotario la vez que un encapuchado narco irrumpió en la presidencia municipal exigiendo que Samuel devolviera lo que habían pagado por el espectáculo de rodeo que no se pudo llevar a cabo por los hechos de violencia en el estado H. Santos, negocio de otro bribón llamado Lizandro Pérez, que desde la Dirección de Desarrollo Urbano hace de las suyas sin que nadie, ni el alcalde, le ponga freno; o el caos en el área de Comunicación donde se dio el lujo de crear una oficina alterna en las barbas de Amado Cruz Malpica, provocando un auténtico desastre informativo sólo por el hecho de tener un pull de medios y mercachifles del periodismo a su lado, pero que de nada le sirve al presidente municipal.

Desde ahí se llegaron a dispersar versiones de un supuesto amorío del edil y hasta un hecho gravísimo que atañe al crimen de un indigente, silenciado por intentar divulgar información explosiva. Samuel Ordaz se fue. Falta que se le investigue por usurpar funciones, por abusar de su autoridad, por el cobro de piso a los emprendedores del parque Independencia y por el fuego amigo del que no se salvó ni Amado Cruz Malpica. Lo releva Ricardo Ordóñez Malpica, primo y suplente del presidente municipal, que ya pasó por la Dirección del Deporte y que ahora sabrá si sigue los pasos de Samuel o da un golpe de timón. De entrada, algo tendrá que hacer con la pandilla de malandros que le heredó su antecesor… 

Al delegado del PRI nacional, Pedro Gutiérrez, sólo le faltó agarrar la matraca y destapar a Fernando Kuri. Fue al puerto de Veracruz y celebró el pronunciamiento de una facción del priismo a favor del ex alcalde de Oluta, personaje muy, pero muy duartista. Pedro Gutiérrez se veía cómodo, más cuando sus correligionarios se le fueron a la yugular a Carolina Gudiño Corro, ex presidenta municipal del puerto jarocho y, sin duda, la figura femenina más relevante políticamente en los días en que gobernó Fidel Herrera Beltrán. Al delegado del PRI nacional se la cantaron de frente.

O los toman en cuenta o habrá brazos caídos y vacíos a la hora de buscar el voto, en 2024. Y Pedro Gutiérrez no tuvo palabras para atajarlos, para fijarles límites, para enfriarles el calor. Prefirió sonreír, celebrar y tácitamente secundar la ambición de Fernando Kuri para seguir medrando en el PRI estatal, como lo viene haciendo al amparo del líder saliente, Marlon Ramírez Marín…  CMAS Coatzacoalcos es un fraude. Mes a mes cobra por un servicio que no brinda o brinda a medias. Mes a mes los recibos de agua presentan la misma cantidad a cobrar. Es una cuota fija. Los medidores son sólo un adorno. Pero en meses, en el centro de Coatzacoalcos, no hay suministro de agua. El fraude es descarado. CMAS Coatzacoalcos cobra por un servicio que no proporciona. Se beneficia de un engaño. Es el fraude de Hildeliza Díaz Calafell, directora de CMAS, funcionaria de medianos alcances que en año y medio ha demostrado una absoluta incapacidad. El punto de conflicto se halla a media cuadra de la residencia del alcalde Amado Cruz Malpica.

Las obras de rehabilitación de la red de agua potable, a cargo del ayuntamiento de Coatzacoalcos, mantienen prácticamente sin suministro a centenares de familias desde hace nueve meses. CMAS, cuando puede y cuando quiere, envía pipas de agua a unos cuantos domicilios. La irritación social es cada vez mayor. Y estalla cuando son entregados los recibos de CMAS. O sea, CMAS Coatzacoalcos cobra por un suministro de agua inexistente. Y peor cuando CMAS anuncia que ahora por obras de reparación en el ducto que conduce el agua desde la presa Yuribia, suspenderá el servicio del 9 al 13 de junio. Es un fraude institucional…

Usar el crimen de su hija para difamar

Lunes, 05 Junio 2023 17:11

Carmen Medel se cree infalible e intocable. Y alza la voz espetando que, les guste o no, es la presidenta municipal. Y a quien no le guste cómo gobierna —o desgobierna—, se puede ir.

Y, les guste o no, puede atropellar a los locatarios de los mercados. O tirarse cuatro meses de huelga en el ayuntamiento de Minatitlán sólo porque la terquedad es la madre de todos sus defectos.

Y, les guste o no, le imputa a un periodista el crimen de su hija sólo porque publicó que Rocío Nahle dio el manotazo y la obligó a darle una solución a la huelga.

Y, les guste o no, Carmen Medel es alcaldesa de los minatitlecos, no por méritos políticos, que no los tiene, sino porque tácitamente la morenista contendió sola, pues al candidato que traía la preferencias electorales, Nicolás Ruiz Roset, de la alianza PAN-PRI-PRD, el gobernador Cuitláhuac García y  la banda delincuencial que lo circunda lo confinaron en una prisión en Oaxaca.

Y al que no le cuadren sus excesos y ocurrencias, o sus desplantes y berrinches, se puede ir a fregar a otra comarca.

Minatitlán tiene, pues, su Ley de Herodes. O me aceptas o te jodes.

Carmen Medel Palma ni es santa ni tiene rasgos de divinidad pero se cree intocable. Y cuando habla es peligrosamente irresponsable.

Iracunda, encorajinada, doña Carmen Medel Palma estalló al saber que tenía que sentarse a acordar con el Sindicato Único de Empleados Municipales luego de cuatro meses de inacción por negarse a cumplir resoluciones laborales.

Y furibunda, se fue contra “este señor” que un par de horas atrás le dio una felpa concisa, precisa y maciza. Ese fue Jorge Luis Torres Marcos, director del portal La Fábrica.

“La patrona Rocío Nahle regañó a su empleada Carmen Medel Palma”, publicó Torres Marcos.

“Ya estuvo bueno de soberbia, ocurrencias, caprichos y berrinches.

“El desgaste al gobierno y a Morena es terrible.

“8 quincenas sin cobrar, las deudas, enfermedades e indolencia le pueden pasar factura a Nahle, la zacatecana que quiere ser gobernadora.

“Medel y sus lambiscones regidores y regidoras, con las orejas bien jaladas.

“ ‘Holi’, ‘con Tokio’ y demás tonterías en sus fotos no aportan algo positivo a la causa.

“Ya cargan en sus espaldas el desastre del gobierno anterior, también morenista, con evidencias de corrupción y transas del bienestar.

“Después de más de 120 días en huelga, hay una luz en el camino del #Suem.

“Probablemente en horas o días, la huelga termine por fin, con una terrible derrota a Medel y sus regidores abyectos.

“Las fotos ocurrentes, los ombligos, glúteos, piernas y escotes, así como las tarjetitas y frases fumadas no son suficientes.

“Su jefa política pegó en la mesa.

“Vaya presidenta y regidores tan inútiles que puso Morena a gobernar”.

Ya frente a la prensa, Carmen Medel estalla. Se escucha descompuesta, enviando a segundo plano el tema central: la huelga de cuatro meses en el ayuntamiento de Minatitlán.

Centr el ataque en el periodista que le imputó el regaño de la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, las ocho quincenas que los empleados municipales han dejado de percibir, la necedad de la edil y su cabildo inútil, que llevaron a la parálisis del gobierno municipal.

Alude al odio que, dice, le tiene el periodista. No menciona el nombre de Jorge Luis Torres pero retomó algunos párrafos de lo que el periodista subió a su cuenta La Fábrica, en Facebook.

La alcaldesa aduce que eso es violencia política de género. Y le endilga la sospecha por el crimen de su hija Valeria, ocurrido en un gimnasio en Ciudad Mendoza, en noviembre de 2018.

“Es lamentable que medios de comunicación se refieran a mi persona —expresó la presidenta municipal—. Se refieran a Carmen Medel como que es la responsable. Me da tanta tristeza ver a esta persona que se refiera en las redes. (Y) diga ‘su patrona, Rocío Nahle. La regañó a su empleada’. Sólo de dos personas lo he escuchado. Dice: ‘ya estuvo bueno de soberbia, de ocurrencia, de caprichos y berrinches. El desgaste al gobierno y a Morena es terrible’.

“Y como ha dicho esto aquí —agregó—, ha dicho más cosas en diferentes ocasiones. Realmente al señor no lo conozco. Yo creo que el señor tiene algo personal conmigo”.

Y entonces suelta la estocada:

“Yo creí que no tenía enemigos. Y ahora hasta dudo que lo que le pasó a mi hija… que pudo ser la persona que aquí me odia. ¿Qué le hice a este señor o qué le he dejado de hacer?

“Yo siempre he dicho que lo que le pasó a mi hija fue una equivocación. Ya tanto se ha hablado de eso que me da a pensar mal. Tengo derecho a pensar lo que yo quiera si él emite estas publicaciones en contra.

“Le guste o no, soy la presidenta municipal. Y si él vive aquí, soy su presidenta municipal. Y si quiere, que se cambie de aquí”.

El desplante es brutal. Carmen Medel se imagina intocable. En el video se aprecia cómo sube la voz cuando expresa “soy su presidenta municipal”.

Y al que no le cuadre su “soberbia, ocurrencias, caprichos y berrinches”, se puede ir.

Pues no.

No hay en lo escrito por Jorge Luis Torres Marcos ni un rasgo de violencia política de género. Hay una crítica a una servidora pública, a sus actos de autoridad, a las consecuencias de no respetar los derechos laborales.

Carmen Medel Palma sí es responsable de la huelga y que se haya prolongado por cuatro meses. Por culpa suya, los trabajadores han dejado de cobrar a lo largo de ocho quincenas. Y la mayoría han sobrevivido mediante préstamos personales o vendiendo enseres de casa.

El alarde de Carmen Medel raya en lo demencial. Minatitlán no es suyo. Nadie se lo escrituró. Es más, ni siquiera es nativa del lugar.

Un presidente municipal, como cualquier servidor público, está expuesto a la crítica, a la revisión de sus actos de autoridad, a la máxima publicidad de sus acciones, de acuerdo con criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y con tratados internacionales en materia de libertad de expresión.

Lo que hizo contra Jorge Luis Torres es difamatorio. Le imputó la autoría del crimen de su hija Valeria. Usó su tragedia personal para descalificar al periodista. Faltó a la memoria de una víctima, su hija. Le faltó al respeto en el instante en que usó su trágica muerte para sembrar el odio en el comunicador.

Sus palabras son perversas. Su actitud, irracional.

En Carmen Medel no hay nobleza. Vencida en los tribunales, ofrece pagar el 35 por ciento de los salarios caídos a los trabajadores sindicalizados. Es ilegal. Si el presupuesto anual, aprobado por el Congreso de Veracruz, ya contempla el monto a pagarse mensualmente por concepto de nómina, ¿qué la motiva a ofrecer la tercera parte del salario que debe entregar a los empleados municipales en su totalidad?

Si el presupuesto de nómina se usó para otros conceptos, incluso contratar trabajadores eventuales, la alcaldesa Carmen Medel estará irremediablemente en el supuesto de un desvío de recursos públicos y eso implica un problema legal, y de no justificarlo, cárcel.

Por eso no es bueno desvariar.

Archivo muerto

Mazazo demoledor al PRI en su bastión, el Estado de México. Se alza con el triunfo Delfina Gómez, por quien votaron los que comulgan con la extorsión que le aplicó a los empleados municipales de Texcoco cuando fue alcaldesa; los que aplauden el boquete financiero de 830 millones de pesos en los días en que secretaria de Educación Pública; los que celebran su historial de transas, abusos y el rol de recaudadora del obradorismo.

Pagan los priistas por sumisos y por tener al frente, con las manos en el timón de la nave que se hunde a Alejandro Moreno Cárdenas, el sátrapa que no sólo saqueó las arcas del gobierno de Campeche sino que atropelló a quien se le ponía enfrente y aún así el priismo le permitió entronizarse un año más cuando ya ha concluido su período como líder nacional. Termina el PRI hecho una piltrafa en el Estado de México, preámbulo de la elección presidencial de 2024. La alianza de oposición ahí fue un fracaso.

Alito Moreno y el líder nacional del PAN, Marko Cortés, pagan hoy el alarde de haber embestido a Movimiento Ciudadano, llamarlo traidor, categorizarlo como Judas, dándole al líder nacional de MC, Dante Delgado Rannauro, el pretexto a modo, la coartada para desdeñar la alianza, no registrar candidato, instrumentar la campaña de “Ni un Voto al PRI” y, por supuesto, cargar sus votos hacia Morena, ayudándole a abrir la distancia entre Delfina Gómez y la priista Alejandra del Moral. Dante, simplemente les cobró la afrenta.

El PRI se diluye cada día más. Una corriente del priismo carga con la factura; otra corriente le viene operando a Morena. Son los mapaches de siempre, los que solían rellenar urnas, los que aplicaban el ratón loco, los que compraban a los electores. Pero a largo plazo, pierden todos, hasta los morenistas y los simpatizantes de Morena, los matraqueros de Andrés Manuel López Obrador, que a cambio de las migajas que les arrojen verán cómo se transa el presupuesto doña Delfina, cómo aplica el diezmo al personal de gobierno, a constructores y proveedores, a alcaldes morenistas y aún a aquellos que sin serlo se obradorizan, en su acepción de “se suman al saqueo transformador”. Una delincuente electoral ha llegado al poder. Es Delfina Gómez, así definida por la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que la halló corresponsable de retenerle ilegalmente el 10 por ciento del salario de los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco y entregarlo a Morena. La lección del Estado de México es reveladora: la alianza de oposición naufraga; Alito Moreno y Marko Cortés son un lastre, pero sus militancias se lo permiten; pretenden ser opción para el electorado sin tomar en cuenta la fuerza de la sociedad. Vieron el poder de convocatoria de la sociedad en defensa del INE y persisten en que sean las mafias priistas y panistas las que impongan al candidato y que la sociedad lo tenga que aceptar. Sin el voto del pueblo, Va por México no existe; no suma; no es confiable; no es una alternativa para la sociedad.

Sin el voto del pueblo, la oposición perderá en 2024. Sin trabar una alianza con la sociedad, Va por México seguirá viendo el avance de Morena y la cristalización del sueño de López Obrador: ejercer el poder a través de Claudia Sheinbaum. El maximato, pues… Juan Javier Gómez Cazarín lleva lo malandro dentro y lo priista en el ADN. Un par de fotografías lo delata. Camina cerca del sátrapa Javier Duarte de Ochoa, entonces gobernador de Veracruz, entre los repollos que suelen circundar a los hombres de poder. Gómez Cazarín, hoy líder de la fracción morenista en el Congreso de Veracruz, se nutre del priismo de Coatzacoalcos, el marcelismo que gobernó sin freno ni cortapisas, sin límite a su ambición, el tercer municipio del estado. A uno de ellos, compañero de correrías, Enrique Navarro Padilla, alias “El Tortas”, lo hizo director de Recursos Materiales del Congreso, y no tardó en llegar al cargo cuando su nombre ya generaba escándalo por citársele en una red de empresas fantasma, metido hasta el cuello en los negocios chuecos y tráfico de influencias de Gómez Cazarín. Y con ellos, un tipo del que no se habla pero que es clave: Carlos López Pérez, chofer del “Tortas” Navarro, también del clan de la Volkswagen de Coatzacoalcos.

“El Tortas” tenía fama de robarse el dinero que los clientes pagaban a cuenta del enganche de los vehículos. De aquel clan se recuerdan dos nombres más: Fernando Simón Sevilla y Leydi López, hermana de Carlos López Pérez. Muchos fueron los denunciados, pero al final la libraron por un hecho infausto: el crimen de su superior inmediato, Arturo Casados Rodríguez, gerente de la Volkswagen de Coatzacoalcos, al que tácitamente le cayeron las coronas y las culpas de las múltiples trapacerías, que derivaron en denuncias de fraude e incumplimiento. Poco después, “El Tortas” llegó a ser chofer del ex alcalde Marcelo Montiel. Es el ADN priista de Gómez Cazarín… Eliezer Sánchez, el señor de los trastupijes, suple a Onésimo Mendoza en la Dirección de Obras. Queda como encargado de la oficina tras la destitución, derivada de al menos tres denuncias contra Onésimo en que la Contraloría del ayuntamiento de Coatzacoalcos determinó nepotismo y haber ordenado que documentos oficiales fueran puestos en manos de particulares, pero dejó en el limbo su responsabilidad por el intento de extorsión a constructores a los que proponía asignarle obras y agilizar pagos a cambio de que le entregaran el token bancario y le cedieran los trabajos, los que el funcionario realizaría con compañías propias. Eliezer Sánchez Carrillo no es mejor que Onésimo Mendoza. Lo precede un historial de abusos en el ayuntamiento de Cosoleacaque, donde fue director de Tenencia de la Tierra, donde se le acusó de falsificar la firma de un ingeniero.

En Coatzacoalcos, estuvo adscrito a la Dirección de Desarrollo Urbano, donde el titular, Gilberto Velásquez, es, más o menos, como una maceta en el corredor. Desde ahí, se le ocurrió correrle las atenciones a comerciantes, cobrándoles por cada anuncio luminoso en sus negocios y ese gremio terminó despotricando, como era de esperarse, contra el alcalde Amado Cruz Malpica. En año y medio, Eliezer Sánchez acumula un rosario de quejas. Pero el ayuntamiento de Coatzacoalcos, es el mundo al revés. Mientras más repudio genera Eliezer Sánchez, más lo premia el presidente municipal…

Los hampones también lloran. Y se acobardan. Y se desdicen. Y más cuando desde las calles, alentados por el aplauso de los serviles, les da por amenazar de muerte a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Vapuleado a mansalva, Cuitláhuac García recula: “no le deseo la muerte a la ministra (Norma Lucía Piña)”.

Juan Javier Gómez Cazarín, su mozo, se agazapa: “si yo lo hubiera hecho hubiera pedido disculpas”.

Y el que ni se inmuta, ni suda ni se acongoja, es el artífice del circo donde campearon los ataúdes y las cruces de madera, y la descalificación y el insulto, y las mentadas de madre y las amenazas de muerte, Eric Cisneros Burgos.

Y si nadie lo hizo, y si no fue su idea, y si el gobernador de Veracruz no le desea la muerte a la ministra, ¿por qué permitió que el show de los féretros, el signo de muerte, los “Descanse en Paz”, los rostros de la ministra Piña y el ministro Alberto Pérez Dayán fueran el eje de su protesta?

“No le deseo la muerte a la ministra”, aduce Cuitláhuac García Jiménez, pero los hechos dicen que sí.

Y expresa que “no le pido una disculpa porque ella no me la ha pedido”, frente al cuestionamiento de la prensa para luego terminar manoteando, el gesto endurecido y huir con una salida que ni a María Félix se le podría ocurrir: “interpreten mi silencio”. Y la diva se va.

Gómez Cazarín, líder sátrapa en el Congreso de Veracruz, también se quiebra.

“Yo lo único que te puedo decir es que las manifestaciones que he realizado, este tipo de acciones, siempre han sido de manera pacífica; yo, el diputado Cazarín y los diputados del Congreso del Estado, los que acudieron, ninguno llevó algún ataúd. Desconozco quién lo hizo y no celebro este tipo de acciones”.

Y se deslinda:

“No sé quién los llevó, pero si yo lo hubiera hecho hubiera pedido disculpas… no me hago responsable por las acciones de nadie más que solamente las propias”.

Lo reseña el periodista Arturo Reyes Isidoro, autor de Prosa Aprisa, advirtiendo que la convocatoria original fue de los diputados morenistas y luego se sumó el gobernador.

Cuitláhuac García ya no sabe qué decir. No le desea la muerte a la ministra Piña, argumenta, y se va por la tangente:

“Es infantil. Buscan manipular y no decir el sentido real de la manifestación, que no se quiere que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se conforme como actualmente se hace porque sus decisiones son alejadas del pueblo”.

No, lo real son los ataúdes y las amenazas de muerte, la danza de los féretros, los payasos disfrazados de ministros con toga y birrete, y las cruces de madera, inscritas en ellas los nombres de Norma Piña Hernández y Alberto Pérez Dayán.

Lo real fue ver a Eric Cisneros Burgos, alias “Bola 8”, cargar uno de los ataúdes. Y en su interior un individuo con una máscara en el rostro con la imagen de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Lo real fue ver colocados los ataúdes y las cruces de madera y las cartulinas con agravios como el de “Piña podrida” a pie del estrado, a unos metros del sitio en que Cuitláhuac García lanzaba las condenas contra los integrantes de la Suprema Corte que han bateado las reformas obradoristas por ser inconstitucionales y los decretos del mesiánico por ser contrarios a la ley.

Lo real fue la ira de los sinvergüenzas plasmada en mensajes contra el máximo tribunal del país, y las risas por el circo de los ataúdes, y las mentadas contra la ministra presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña Hernández.

Eric Cisneros, “Bola 8”, fue el genio de tan aberrante y torpe episodio. Cuitláhuac y Gómez Cazarín los pajes del rey de la insidia.

Cuitláhuac García lo pudo evitar, pero lo consintió.

Cuitláhuac García pudo frenar el aquelarre de los dementes, pero le pareció bien.

Cuitláhuac García debió atajar la implícita amenaza de muerte a la ministra Piña y convalidó el nivel de agresión.

Vio los ataúdes. Vio las cruces de madera. Vio los rostros de los ministros. Leyó los insultos. Leyó la descalificación. Nada dijo. Todo lo hizo suyo y lo permitió.

Gómez Cazarín fue su cómplice. Junto al gobernador se hallaba el líder del Congreso de Veracruz. Y a sus espaldas los diputados morenistas. Todos permitieron la violencia política de género contra la ministra y la violencia política contra los ministros que han tirado a la basura las reformes inconstitucionales de López Obrador.

El lunes 22, el otro porro, Andrés Manuel López Obrador, intentó cubrir a su esbirro. “Hizo bien”, dijo el presidente, aún sabiendo que la esencia de esa protesta es una amenaza de muerte.

“Hizo bien, dijo el mesiánico frente a la avalancha de críticas suscitadas por la descomunal agresión a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Y se atrevió a vociferar que Cuitláhuac “no es rata”. Es “ratísima”. Su gobierno es infinitamente corrupto, proliferando la redes de contratistas, los contratos sin licitación, las empresas fantasma, el uso de recursos públicos con fines electorales, las obras de mala calidad, el subejercicio de recursos federales que, por ley, van a parar a manos del Rey del Cash.

Andrés Manuel está frito. Su palabra no pesa. Quiso blindar al gobernador y no pudo. Quiso exculpar a Cuitláhuac y el repudio es total. Los sondeos entre los veracruzanos tienen una lectura brutal: 93.4 por ciento reprueban el ataque con amenaza de muerte a la ministra Norma Piña. Y el 80.6 por ciento de los encuestados repudian la gestión del gobernador.

La encuesta, reseñada por el periodista Marco Antonio Aguirre Rodríguez, autor de Místicos y Terrenales, fue realizada por la empresa MxSurvey, entre el 22 y 23 de mayo.

López Obrador puede pensar que Cuitláhuac García “hizo bien”, pero el pueblo piensa que hizo mal.

Los hampones son cobardes. Con un arma en la mano, los sicarios a su lado, el poder del miedo usado para embestir a cualquiera, amedrentan y quiebran a sus víctimas. Y cuando se equivocan lo pagan con su vida.

Los hampones políticos tienen el mismo gen. Usan la fuerza, no la razón. Usan el aparato policíaco y judicial para encubrir sus crímenes. Usan la prensa vendida para tapar sus heces.

Y cuando se exceden, si pueden, van a recular.

Cuitláhuac cruzó una línea fatal. Al amenazar de muerte a la ministra Norma Piña, activó una sentencia que hará efecto, para siempre, en cualquier tribunal federal, incluso cuando deje de ser gobernador.

Los hampones tarde o temprano la pagan.

Archivo muerto

Gabino García, sobrino del alcalde, tiene los hilos de la corrupción en la mano. Un día le pidieron 70 mil pesos para apoyar a una morenista que fue intervenida quirúrgicamente; otro, 250 mil por diversas ayudas a militantes que promovieron a Amado Cruz Malpica en la  campaña a la presidencia municipal de Coatzacoalcos, “a cambio de una obra de 5 millones de pesos”, una vez que Arturo Delgadillo Medina asumiera la Dirección General de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Medio Ambiente

Las entregas, refiere Gabino García, se realizaron en enero de 2023, cuando Delgadillo ya ostentaba el cargo. El episodio de corrupción —exigir dinero a cambio de obras— consta en la declaración que el “sobrino incómodo” realizó ante el área de Quejas, Denuncias e Investigaciones de la Contraloría Municipal del ayuntamiento de Coatzacoalcos, de la que es titular Jonathán Daniel Franco Rangel.

La investigación fue consignada en el expediente DE-013-2022 y fue radicada a partir de las denuncias interpuestas por la Sociedad Mexicana de Industriales y Transformadores de la Construcción, bajo la presidencia del empresario Gabriel Ángel Rivera Cerdán. Pese al testimonio de Gabino García, la Contraloría exoneró a Arturo Delgadillo.

O sea, las dádivas son permitidas, léase “cash” si quieren obras. Sólo faltaron los sobres amarillos al estilo Pío López Obrador. Otra mancha más al tigre de la corrupción de Amado Cruz Malpica. Y lo atestigua su “sobrino incómodo”. Para que la cuña apriete ha de ser de la familia misma… Ni un voto al PRI, proclama Movimiento Ciudadano ayudando a que Morena se adjudique el Estado de México. Y la guerra estalla. Pintan bardas con la leyenda “Con el PRI ni a la esquina” y sentencian: “Ni un voto al PRI”. Y por ello chocan los priistas y los seguidores de Dante Delgado Rannauro.

Han terciado el panista Santiago Creel y el perredista Luis Espinoza Cházaro. Y el daño para el bloque opositor es letal. En 2021, Marko Cortés, líder nacional del PAN, acusó a MC de ser un Judas, o sea traidor. Y Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del tricolor, los señaló de desdeñar la alianza de oposición por sus compromisos con el presidente Andrés Manuel López Obrador. MC se la cobró al no registrar candidato en Estado de México, sin que la intención de voto se cargara hacia la candidata de Morena, Delfina Gómez, la que extorsionó a los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco siendo alcaldesa. A 10 días de la elección, Movimiento Ciudadano le asesta un golpe brutal al PRI. Porque perder el Estado de México es perder el bastión del Grupo Atlacomulco, uno de los enclaves del priismo depredador, aunque Movimiento Ciudadano termine de confirmar que, en efecto, es un esquirol al servicio de Morena… 

A la casera, Claudia Balderas le quedó a deber; a Banco Azteca también. Detona un nuevo escándalo en torno a la senadora veracruzana, morenista y preferida del líder —un liderazgo totalmente fracturado— del grupo parlamentario de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila. Por meses, Nora Ochoa le demandó las rentas por la viviendas que ocupaba en la Del Valle, Ciudad de México. Claudia Balderas se fue cuando quiso y no saldó el adeudo. Ahora Nora Ochoa la vuelve a balconear. Le pide a Ricardo Salinas Pliego que los cobradores de Banco Azteca, propiedad del regiomontano, dejen de ir a cobrarle a su domicilio. O sea, no pagó las rentas y no le paga a Banco Azteca.

Y así el haber político de la senadora Balderas, surgida de Villa Allende, congregación de Coatzacoalcos, célebre por las andanzas del ex novio, Mario Espinoza, alias “El Gato”, que tuvo tres ingresos a la cárcel por abuso a una menor de edad, un lío con policías de la Ciudad de México que le sembraron droga y una aprehensión por implicársele en un caso de secuestro, del que se libró pronto pese a la flagrancia que le esgrimieron. Claudia Balderas fue quien le propinó sus cachetadas y patadas a su prima, Amor Torres, en pleno Senado, cuyos videos fueron el acabose total. Y ahora Banco Azteca también la busca… Tambaleante, Noé Castillo Gamboa apenas se podía sostener.

Acababa de provocar el accidente que dejó parapléjico a un petrolero. El video difundido por el periodista Gregorio Antonio es prueba incontrovertible. El junior apenas se podía mantener en pie. Una dama a su lado, igual. Se observa el taxi 326 golpeado en la parte trasera y una ambulancia. En otra toma, la camioneta Reanult blanca, impactada en el cofre. Fue un golpe por alcance, provocado por el junior. Noé Castillo Gamboa, hijo del alcalde de Agua Dulce, Noé Castillo Olvera, debió ser aprehendido. La Policía de Veracruz lo tuvo a su alcance y lo dejó ir. El delegado de Tránsito, Job Salazar, se apersonó con la familia para decirle que si se iban a arreglar con el infractor. Así consta en la declaración judicial de la madre de la víctima, Ángel Gómez Javier, cuya gravedad es extrema. Se halla en estado parapléjico, sin poder brazos ni piernas.

Refiere Gregorio Antonio, en su portal Infolinks que el alcalde morenista de Agua Dulce envió a su hijo a Mérida, Yucatán. Lo ayudó a escapar. Incurrió en el delito de encubrimiento. Y la Policía y Tránsito también. La Fiscalía de Veracruz va por el mismo camino. Pero cuando el caso llegue a tribunales federales, todos van a tener que comparecer. Los morenistas torciendo la ley…

Sobre los hombros de Eric Cisneros Burgos, alias Bola 8, va el féretro de la presidenta del Poder Judicial de la Federación y es conducido hasta quedar a unos metros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Y se ven badulaques vestidos con toga y birrete, atravesando la calle José María Pino Suárez, abriéndose paso desde Palacio Nacional hasta la sede del Poder Judicial de la Federación.

Y los payasos, con sus féretros a cuestas, las siglas de la SCJN en sus costados, la imagen de la ministra presidenta Norma Piña, habrían de protagonizar el mayor acto de barbarie política en el de por sí carnavalesco régimen de la Cuarta Putrefacción.

Sigue el aquelarre: otro de los ataúdes lleva un muerto viviente; en el yace un miembro de la secta obradorista, usando una máscara mal pintada de la ministra Norma Piña.

Y se observan decenas de cruces con textos en que aluden a los ministros que les resultan incómodos por mandar a la basura las extravagancias inconstitucionales de López Obrador y, por supuesto, la veintena de bodrios legaloides de la recua morenista en el Congreso de Veracruz.

Sobre una de las cruces se estampa una afrenta: “Ministra Piña. Ministro Dayán. E.P.D”. La amenaza es directa. EPD: en paz descansen.

Y otras ramplonas, el sello de la piara morenista comandada por Cuitláhuac García, Eric Patrocinio Cisneros Burgos y el líder —capo— de la bancada morenista en el Congreso de Veracruz, Juan Javier Gómez Cazarín, al que el asesinato de su jefe en la Volkswagen de Coatzacoalcos lo salvó de ir a la cárcel.

“Se venden piñas baratas”, decía una. “Corte de Piña Podrida”, se leía en otra.

Y la provocación: los rostros del ex procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, hoy procesado por el caso Ayotzinapa; el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, en prisión por desvío de recursos; el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, embarrado en el escándalo de corrupción, vía sobornos, de la empresa brasileña Odebrecht, financiando la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto y al final usado por Andrés Manuel para atacar judicialmente al panista Ricardo Anaya, mantenido en el exilio so pena de que irá a prisión si ingresa a México.

“De Tín Marín de do Pingüé. ¿A cuál criminal liberaré”, rezaba la leyenda plasmada en las cartulinas.

De Tín Marín de do Pingüé, les faltó citar a los criminales de hoy, José Agustín Ortiz Pinchetti, fiscal especial de Delitos Electorales, que pese a los videos y la aceptación pública del presidente en torno al dinero recibido por su hermano —“no son sobornos, son aportaciones”—, no le halló ni un gramo de lodo a Pío López Obrador.

O la inacción del fiscal Alejandro Gertz Manero, dejando intocable e impune a Ignacio Ovalle Fernández, ex director de Segalmex donde se ha perpetrado la mayor estafa de que se tenga memoria en un sexenio, 15 mil millones y lo que sume, según la Auditoría Superior de la Federación. O maniobrando contra la hija de cuñada, inventándole un delito que no existe en el Código Penal, manteniéndola injustamente en la cárcel de Santa Martha Acatitla, todo para despojarlas de los bienes y cuentas, incluso en un paraíso fiscal, de su hermano Federico.

De Tín Marín de do Pingüé, a los morenistas les faltó pedir cárcel para el sátrapa secretario de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, Román Meyer Falcón, el que le dispensa los contratos a la red delincuencial de amigos de Andrés —Andy— López Beltrán, el hijo voraz de López Obrador.

Y todavía preguntan, ¿a cuál criminal liberaré?

Aquel mediodía, el sábado 20 de mayo, el morenismo veracruzano mostró su intelectualidad. Descocados, aneuronales, vulgares, imaginaron que la fuerza de una protesta radica en hacer reír. A falta de argumento, ajenos a la idea de qué es lo constitucional, qué es la división de poderes, cuál es el rol de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por qué los ministros de la SCJN se eligen de manera indirecta y por qué los poderes ejecutivo y legislativo con voto popular, montaron una carpa y mostraron qué diminuta es la gusanada de Cuitláhuac frente a la dimensión de los ministros que preservan la Constitución.

Del vodevil obradorista nada quiso saber el líder nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, deslindando a su dirigencia de la faramalla urdida en la mente por demás limitada de Cuitláhuac García.

Así habrá advertido lo que el desgobernador de Veracruz es capaz de hacer, que apenas se anunció que habría protesta a las puertas de la SCJN, desautorizó el evento y precisó que si querían alzar la voz por el fallo en contra del Plan B de la reforma electoral, que lo hiciera en Xalapa, sin el aval de la dirigencia nacional.

Y la violencia llegó. Dos reporteros de Radio Fórmula que cubrían la protesta fueron hostigados, agredidos, golpeados en la espalda, en los brazos y piernas, insultados. Todo en vivo, todo en tiempo real en redes sociales.

De la violencia de Cuitláhuac nadie se extraña. Hay imágenes en medios que lo captan trenzándose a golpes con policías en las protestas magisteriales, siendo diputado federal por Xalapa, incurriendo en ultrajes a la autoridad, el delito que luego usó para llenar las cárceles de Veracruz con sus enemigos políticos.

Ya en el mitin, el gobernador era un bot. Repitía las zarandajas de López Obrador. Que si la Suprema Corte no es de elección popular, que si sirve a los enemigos del presidente, que si no respeta las sabias decisiones inconstitucionales de los legisladores-plaga de Morena y aliados, a las que llama “decisiones legítimas, democráticas, y sobre todo de justicia, de los otros dos poderes de la nación”.

Y por si fuera poco, dice el bot obradorista, “ella y ellos también desestiman la legitimidad, así como la constitucionalidad, de las decisiones del Poder Legislativo, que a la par del Ejecutivo, emana del voto libre, directo y universal del pueblo”.

Lo circunda la pandilla morenista que se inventa leyes en el Congreso de Veracruz, que luego la Suprema Corte de Justicia de la Nación declara inconstitucionales. La última fue la Ley Nahle, que hasta dos ministros obradoristas, Arturo Zaldívar y Loretta Ortiz, definieron como ilegales y un fraude a la Constitución.

Por obvio y trillado, nadie recuerda qué tanto dijo el bailarín de congal. Queda la estampa de los ataúdes, las cruces, los rostros de la ministra Piña y el ministro Pérez Dayán, el descanse en paz, la amenaza y el augurio de muerte.

Dos días después, el circo continuó. El lunes 22 se trasladó a palacio nacional. López Obrador, ante el fiasco de protesta, frente al burlesque de los payasos con toga y birrete, la imagen de Bola 8, alias Eric Cisneros, cargando un ataúd, tuvo que echarle la bendición.

“Hizo bien”, dijo Andrés Manuel cuestionado por la prensa en el vodevil mañanero.

Y cómo no podría avalarlo. Los porros y los porros se atraen. Los porros se entienden con los porros. Los porros justifican a otros porros. Los porros, en el ejercicio de la violencia política, encubren a otros porros.

El porro de palacio, llámese Andrés Manuel López Obrador, solapa la violencia política de género de Cuitláhuac García contra la ministra Norma Lucía Piña Hernández, y la violencia política en general contra los ministros que le mandan a la basura sus reformas inconstitucionales.

Horas después, la Suprema Corte volvió a votar. Y volvió a reventar a López Obrador.

Por seis votos a cinco se declaró la invalidez total del decreto con el que el presidente pretendió declarar todas las obras de su gobierno de seguridad nacional, la treta con la que se puede reservar información, con la que puede ocultar las trapacerías y violaciones a la ley.

Pueden llevar más ataúdes. Pueden llevar cruces de madera, flores, máscaras, cartulinas y mensajes amenazantes hasta con signos de muerte. Pueden disfrazar a sus payasos con toga y birrete y darle chamba de cargador de féretro a Eric Cisneros. Nada va a cambiar.

Mil ataúdes sólo harán reír a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Archivo muerto

Pepe Yunes tiene en la mira a Bola 8. Que le apliquen la ley; que se indague el desvío de recursos al andar haciendo campaña en Estado de México, en la campaña de Delfina Gómez; que se esclarezca quién mueve a las “Brigadas de la transformación”. Recuerda el diputado federal priista que fue Morena el partido que presionó para modificar la legislación electoral y sancionar como delito grave el uso de recursos públicos en temas electorales. Y delito grave es cárcel.

Pepe Yunes, oriundo de Perote, diputado por el distrito de Coatepec, el único priista que ganó su elección, toca una fibra sensible. Sabe que hay evidencia de sobra, la misma que el secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, difundió al pregonar que por instrucciones del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, encabezaba al grupo que apoyaba la campaña de la cuestionada maestra Delfina Gómez, sentenciada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por la rasurada que le metía al salario de los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco cuando la insigne obradorista era alcaldesa de aquel municipio.

Si la ley se aplica, Eric Cisneros, alias Bola 8, no sólo tendría que dejar el cargo sino terminaría en una cárcel. Son ya dos temas en que se percibe la subida de tono que Pepe Yunes Zorrilla le está a su discurso cuando lo que los veracruzanos están esperando es justamente voces que hagan salir de su letargo a la oposición… Por lo menos, la diputada Galindo es chistosa.

Se propone hablar en serio y le salen disparates de antología. Rosalinda Galindo, la conspicua diputada morenista afirma que ella de leyes también sabe, no tanto como los ministros de la Suprema Corte, pero sabe. Y repite la zarandaja de que no debieron invalidar el Plan B de la reforma electoral. Bien dicen que a ignorancia es atrevida. La ministra Galindo, por ejemplo, se compara con los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la mayoría con una trayectoria impecable, a excepción de Yasmín  Esquivel Mossa, centro del más estrepitoso escándalo habido en la historia del Poder Judicial de la Federación por el plagio, robo, fusil o como quiera llamar de su tesis universitaria y también de su tesis doctoral. Rosalinda Galindo sabe de leyes, nada. Si supiera, no habría suscrito la veintena de reformas legales en el Congreso de Veracruz que a la postre los ministros de la SCJN echaron abajo por violentar preceptos constitucionales o porque vulneraron el proceso legislativo, entre ellas la Ley Nahle.

De lo que sí sabe la ministra Rosalinda Galindo, y mucho, es de insertar a su parentela en la nómina del gobierno de Veracruz, succionando el presupuesto hasta donde dé. A eso, ministra Galindo, se le llama voracidad… Movimiento Ciudadano le vuela militantes al PRD, pero con Morena vive una luna de miel en Coatzacoalcos. Se lleva lo poco del perredismo local, pero para seguir siendo comparsa de Morena y trapeador. Se lleva a jóvenes que ilusamente pregonan que tienen con qué tomar el poder. Movimiento Ciudadano es, tácitamente, la pieza más domesticada en la corte del alcalde Amado Cruz Malpica. Callado, con la cola entre las patas, su regidor, Luis Gutiérrez González, todo le aprueba al alcalde.

El líder local de MC, Christopher Alan Santos, ha lanzado dos quejidos y nada más; uno por la exhibición de vehículos sobre la pista de tartán del estadio Rafael Hernández Ochoa y otro haciendo la propuesta para que el 30 por ciento de la recaudación del impuesto predial se erogara en lo que determinara la ciudadanía, que, por cierto, nadie fumó. Son voces acríticas, anodinas, silenciadas ante el desastre político, económico y social propiciado por los desgobiernos de Morena, el de Víctor Manuel Carranza Rosaldo y el de Amado Cruz Malpica, a los que sirven y ante los que Movimiento Ciudadano está postrado. Son priistas disfrazados de oposición, acurrucados en una zona de confort, mientras en el altiplano su líder nacional, Dante Delgado Rannauro, habla y despotrica contra Andrés Manuel López Obrador y su gobierno de caos, y en Xalapa lanza misiles contra el morenista Cuitláhuac García por el régimen de represión. Y acá los ex perredistas ya se confeccionan sus trajes para ser la nueva comparsa de Morena… 

Yasser Emiliano es premio estatal en periodismo ético, a nivel bachillerato. Obtuvo el primer lugar en el género de noticia informativa, representando a la Escuela Secundaria y de Bachilleres Miguel Alemán González. Su tema, “Descontrol del alcohol y delincuencia en las calles”, aborda el dilema de la juventud ante el asedio del alcohol, el riesgo de caer en la adicción, la omisión de la autoridad en la regulación con que deben operar los antros, los crímenes cometidos en bares en todo el territorio veracruzano. Participaron alumnos de Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Gutiérrez Zamora, Córdoba, San Andrés Tuxtla y Coatzacoalcos.

El Certamen Periodismo Ético DGB 2023 “Doctor Antonio Peña Tavarez”, quien fuera fundador de la secundaria Dr. Isaac Ochoterena y formador de alumnos que luego habrían de participar en certámenes nacionales e internacionales. Yasser Emiliano Cárdenas Palomo habló a nombre de los alumnos premiados y destacó la importancia de los foros donde se escucha el pensamiento y las inquietudes de los jóvenes sobre diversos temas, donde son escuchados y se propicia el intercambio de ideas para estar preparados para afrontar lo que el futuro les pueda deparar. Por parte de la Miguel Alemán acudió su director, Jorge Manuel Ordaz Toledo, un comprometido impulsor de talentos y capacidades de los alumnos…