En lo que va del mes el índice de agresiones y asesinatos hacia elementos de la Guardia Nacional en la parte norte del país ha ido incrementando considerablemente, situación que asegura que los atentados ejecutados por los sicarios del crimen organizado han sido dirigidos exclusivamente contra policías de diversas corporaciones estatales y municipales.
La creciente escala de violencia en esta zona del país ha dado paso a hechos violentos que incluyen asesinatos de jueces, ministerios públicos, marinos, policías, soldados, así como ejecuciones múltiples y el abandono de decenas de cuerpos descuartizados y en adición a ello se han presentado “narcobloqueos”, como el registrado en una carretera en Nuevo Laredo que afectó el comercio internacional entre Estados Unidos y México.
Ciudades como Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, entre otras, han sido presas de la creciente ola de violencia que tiene como resultado el enfrentamiento entre sicarios y marinos o militares en el que estos últimos resultan asesinados por los civiles armados.
Los acontecimientos registrados indican que los índices de violencia se están acercando a lo presenciado en los años 2010-2012, cuando la guerra entre carteles como el del Golfo, el de Sinaloa y la Familia Michoacana en contra de los ex militares Zetas, afectó la seguridad no solo en el noroeste sino a estados como Zacatecas, Durango y Veracruz.
Las organizaciones integradas por las miles de víctimas de la violencia rechazan las medidas militares anunciadas por el nuevo gobierno de la cuarta transformación, encabezado por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, debido a los hechos suscitados ya que aseguran la presencia del Ejército en las calles ayudó a incrementar la violencia en estas ciudades.
