Protectores de los derechos de los animales han criticado este espectáculo realizado en el campamento Chang Puak en Ratchaburi, en donde monos son encadenados y obligados a realizar actos de entretenimiento para los turistas que visitan un zoológico en Tailandia.
En imágenes y vídeos podemos ver a los pobres primates vestidos, maquillados, realizando actos con fuego y hasta cantando para entretener al público.
Protectores de los derechos de los animales han criticado este espectáculo realizado en el campamento Chang Puak en Ratchaburi, pues, es un acto humillante que va en contra de los derechos de los animales.
De acuerdo a un vídeo, se ve cómo uno de los monos encadenados es vestido con una prenda de color dorado, luego es obligado a saltar a través de un aro con púas, hacer maromas con una pelota y posteriormente mostrar su maquillaje al público.
Se puede observar cómo otro mono, con pantalones cortos, y con una cuerda alrededor de su cuello, intenta escapar realizando varios saltos al aire, después los monos son mostrados interactuando con la audiencia, tocando guitarra y sentados como si estuviesen escribiendo algo.
Jason Baker, vicepresidente senior de campañas internacionales del grupo protector de los derechos de los animales PETA, los entrenadores de estos animales, utilizan tácticas violentas para que los monos actúen, dependiendo del miedo.
“Los monos no eligen caminar sobre sus patas traseras, usar ropa, andar en bicicleta o realizar otros trucos sin sentido y humillantes; simplemente han aprendido a temer lo que sucederá si no lo hacen. Obligan a los animales a una vida de esclavitud (…) La mayoría de estos animales son separados de sus madres al nacer, y sometidos a permanecer en cautiverio, perdiendo la posibilidad de disfrutar de su hábitat natural”.
Tailandia es un país muy reconocido por su turismo, pero también ha sido fuertemente criticado por utilizar a los animales con el fin de proporcionar entretenimiento a los turistas.
PETA está pidiendo a las compañías turísticas que corten todo tipo de negociación, con aquellos destinos que utilicen animales para espectáculos degradantes.
“La opinión pública ha cambiado, y obligar a los animales salvajes a actuar ya no es la forma de atraer a una multitud, pero aún queda mucho trabajo por hacer (…) Todas las compañías de viajes deben dejar de promocionar espectáculos crueles y los zoológicos, y los turistas deben dejar de comprarles boletos, optando por ver animales en sus hábitats naturales, el único lugar al que pertenecen”.
