José Ramón Cossío, ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dijo que lo ocurrido a Fátima, la pequeña de siete años que había sido reportada como desaparecida el 11 de febrero y fue encontrada asesinada siete días después, es, por donde se vea, un caso terrible en términos humanos, sociales y de autoridades.
“Cuando uno cree que la capacidad de asombro llegó a su límite, aparece algo mucho peor”, señaló.
Señaló que aunque el asesinato de la menor no es el único en México, llama mucho la atención por la edad, la saña y la incapacidad de las autoridades para enfrentar los hechos.
Indicó lo dicho por la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien apuntó a una cadena de negligencia de las instituciones en el caso de Fátima.
“Por un lado, generamos grandes derechos constitucionales para niñas, niños y adolescentes, pero como país, no tenemos al conjunto de personas que lleven este caso, que hagan el trabajo que se dice que se debe hacer” ante estas situaciones.
Cossío explicó que prueba de la ineficiencia de las autoridades mexicanas en estos casos, es la filtración del expediente del DIF sobre la situación familiar de la pequeña Fátima. El documento se dio a conocer durante la tarde del pasado 17 de febrero a través de redes sociales. Ahí hacen énfasis en que la menor se desarrollaba en un ambiente complicado.
Resaltó el ministro en retiro que con eso pareciera que el tema se enfoca a decir que la niña tenía una madre descuidada o violenta. Sin embargo, aunque estuvo mal la actuación del DIF en el pasado, “eso no tiene nada que ver con la situación de desaparición y de muerte de esta niña”.
“El DIF no tiene las capacidades institucionales para generar protección a los niños que sabe que están siendo maltratados por sus propios padres”.
Señaló que por la manera en la que suelen actuar las autoridades, lo más seguro es que el caso Fátima haya sido minimizado a un “asunto familiar”.
“Me parece que las negligencias presentes no pueden sobreponerse a las negligencias pasadas o tratar de decir que no hay responsabilidad actual porque tenía unos malos padres'”, dijo.
El ministro en retiro agregó que en México, sin duda, hay un problema de capacidades institucionales de entonces y de ahora, porque no tienen ni los recursos, ni las capacitaciones, ni presupuestos, para hacer lo que como sociedad les estamos encomendando que hagan.
“Se habla mucho de la violencia de género, de proteger a las mujeres, pero no se crean las capacidades institucionales más allá de los discursos para que la autoridad haga lo que tiene que hacer, no por voluntad sino porque se lo ordenan las normas jurídicas que hemos diseñado para que podamos convivir bajo condiciones más o menos razonables“, dijo.
