Lunes, 6 de May de 2024

  • Tras luchas contra el cáncer

Muere la periodista Sendy Arlet Guerrero Montejo

  • Después de que se le complicara un trasplante de medula
Lunes, 16 Abril 2018
  • Por:  Murá Donaji

La noche de este lunes, murió la periodista, Sendy Arlet Guerrero Montejo, de 28 años de edad, cuando estaba internada en la clínica número 14 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), luego de luchar por dos años contra el cáncer.

Arlet Guerrero Montejo murió después de que se le complicara un trasplante de medula que le realizaron como parte de su tratamiento contra el cáncer.

Guerrero Montejo, egresó de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (UV) y laboró en varios medios de comunicación de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, durante seis años en el periodismo.

Sendy Arlet Guerrero Montejo trabajo en medios de comunicación como AVC Noticias y Grupo FM, los cuales tuvo que abandonar cuando en el 2016 se le detecto que padecía cáncer.

No obstante, nunca dejó de escribir, ya que, abrió un blog llamado “Siguiendo mis pasos”, su historia enfrentando el cáncer, donde narraba su estancia en hospitales y la guerra que enfrentaba contra el cáncer.

En días pasados Arlet Montejo solicitó sangre y plaquetas para su tratamiento en el que se le practicaría un trasplante de médula.

Luego del deceso de la periodista, compañeros y amigos de Sendy Arlet Guerrero Montejo expresaron sus condolencias a través de las redes sociales.

La reportera, Peniley Ramírez‏ mediante su cuenta de Twitter @penileyramirez escribió: “En 2017 @arlet_montejo fue diagnosticada con cáncer. Escribió su travesía de vivir la enfermedad como periodista sin seguro, en hospitales públicos https://siguiendomispasos.wordpress.com  Hoy mi amiga nos deja un hueco irreparable. Gracias siempre por sus donaciones. Descansa en paz querida”, “@arlet_montejo era una gran aficionada a @Pajaropolitico, en especial al trabajo de @arturoangel20. Ella siempre ansió curarse y volver a una redacción y aún estando enferma no dejó de colaborar con @TestigoPurpura, un medio veracruzano especializado en periodismo de género. ”, “Apenas en enero desde esta cuenta difundimos que @arlet_montejo necesitaba urgentemente unos medicamentos que no tenía el seguro social y ella no podía comprar con su precario ingreso como periodista. Este fue su video de agradecimiento”, “@arlet_montejo recibió 10 mil pesos en donaciones. Sirvieron para los últimos meses, pero no fue suficiente. Nada nos traerá de vuelta tu corazón noble, que vivía el periodismo como tu mayor pasión. Leeremos tu blog, querida, será nuestro homenaje”.

Roxana Iraís Aguirre García publicó en su Facebook: “Los riesgos de un transplante de médula siempre estuvieron bien claros para Arlet, los asumió porque quería vivir, y para eso, hay que luchar. Lo hablamos justo antes de que comenzara su viaje a Puebla, donde la volverían a intervenir. Su lucha contra el cáncer fue tomada por muchos flacos, fortaleza, a veces desesperación y también con el humor negro que le caracterizó siempre. Este es un pequeño homenaje para mi hermana de rizos, con la que me reí a carcajadas cuando le sacó la épica declaración a JDO de los "frutsis y pingüinos" -sí, ella fue- , con la que me pasaba horas recorriendo cada desición que habíamos tomado, las tristezas, y lo mejor fue compartir las alegrías. Nos quedó una fiesta pendiente y la búsqueda del ajuar. Hasta siempre Arlet”.

Testigo Púrpura: “Desde hoy (16/04/2018) Arlet Montejo, una de las integrantes de Testigo Púrpura descansa del dolor, de su enfermedad a la que tanta batalla le dio.
Una guerrera, como la describe quien la conoció. Una apasionada por el periodismo y que creía que esto puede hacer una diferencia.
Los servicios funerarios serán en la Funeraria del Ángel a partir de las 8 de la mañana”.

Su última publicación en su blog fue el pasado 18 de febrero del presente año, titulada ‘Limpiando al cien mi cuerpo’

Llevo exactamente ocho días en Puebla, cuatro ya internada, lo que se traduce en más o menos 40 piquetes, el filgrastim ya no duele tanto, tal vez mis brazos se volvieron insensibles a ese dolor o mi cuerpo aprendió a bloquearlo, no sé, la cuestión es que ya no me hace llorar y bajar una corte celestial cada piquete (son cuatro diarios desde el sábado).

El lunes me interné y entré directamente a un aislado, tan aislado que solo pueden entrar médicos, enfermeros y las personas de limpieza, nadie más, mi mamá que es la que me acompaña solo nos podemos ver a través del cristal de una puerta que siempre debe estar cerrada.

El cuarto es amplio y lo mejor es que tiene una ventana enorme que permite que entre mucho sol y no me es tan deprimente al estar totalmente sola y encerrada.

Todas mis cosas antes de entrar fueron desinfectadas, todo, mi ropa, mi shampoo, jabón, pasta y cepillo de dientes, celular, iPad, todo, absolutamente todo y todo lo que entra debe estar empaquetado y el empaque se desinfecta.

Para entrar al baño tengo un par de sandalias exclusivas para ello, no pueden entrar a mi cuarto entonces siempre al entrar y salir hago cambio de sandalias, cosa con la que peleo desde que entré pues -soy la reina del despiste- siento que algún día la voy a regar y puede ser súper malo para mí.

La comida, o sea sigue siendo comida de hospital pero, al menos me llega caliente y todo viene tapadito y en su respectiva bolsa para esterilizar.

No puedo usar toalla, así que me seco con una sábana estéril, mi bata y ropa de cama están esterilizadas.

Estoy en una zona que promete ser casi al cien estéril y súper limpia, al momento no tengo quejas, puedo tener mi escándalo y nadie me dice nada, al momento no me he vuelto loca como para ponerme a hablar con la Baxter (máquina que me suministra con exactitud los medicamentos), así que estoy bien.

El dolor no lo he podido evitar, si no fuera suficiente con el filgrastim, el lunes un residente de medicina interna le tocó hacer mi ingreso y tomar laboratorios, lo resumo, tengo tres moretones en las manos porque no me encontraba venas, así que me picó tres veces, ya podrán imaginar mi cara al verlo.

El martes fue sumamente pesado, me colocaron un catéter majurca, un catéter grueso que permite que salga y entre sangre de mi cuerpo, además de lo sueros y el medicamento, va por el cuello y lo ponen en cama, o sea no me duermen, solo me anestesiaron la zona, el dolor y la incomodidad son horribles, sobre todo ayer, no quería nada de nada, me dolía, me sentía mal y lo único que quería era mi cama, mi casa, hacerme bolita y que nadie me tocara, sí estaba con el drama en su máxima potencia.

El miércoles tuve mejor humor, me tocó bajar para hacer mi primer cosecha de células madre, tres horas conectada a una máquina que me sacaba sangre, la procesaba y me la regresaba sin esas células, algo necesario, esas células que “perdí” son las mismas que me darán vida más adelante.

Hoy a las 5 empieza lo bueno, como dice mi doctora voy a saber “lo que es amar a Dios en tierra ajena”, comienzo con la que promete ser, ahora sí, la última quimio y cómo será la última será la matadora, así de simple, va a arrasar con todo a su paso, siendo lo más notorio el cabello, las cejas y las pestañas, sí una vez más voy a estar calva.

Y como siempre se va a llevar lo malo que pudiera haber y todo lo bueno, el aislamiento va a ser más intenso, mi ropa va a ir a una máquina para ser totalmente esterilizada y ahora el personal que entre lo deberá hacer con ropa de quirófano, o sea botas, guantes, cubre bocas, gorros y demás.

Los días que vienen tal vez sí esté incomunicada casi al cien, así que si no les respondo algún mensaje no es que los haya dejado en visto, es que realmente no puedo tener el celular cerca.

Sigo extrañando mi terruño, me encantaría que la vista que tengo fuera al mar o ya mínimo un río o arroyo pero, veo árboles y creo que con eso es suficiente.

https://siguiendomispasos.wordpress.com/2018/02/08/limpiando-al-cien-mi-cuerpo/

 

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